Al tratar sobre las Siete Energías Creadoras de nuestro universo nos hemos introducido en los dominios del Reino Dévico, en los éteres de donde los Devas constructores elementales o no, de todos los planos y subplanos extraen la substancia que les será necesaria para la construcción de las formas. Hemos hablado sobre el doble etérico como el cuerpo que distribuye las energías, que compenetra todas las formas macro y micro cósmicas y de los nadis, el fuego eléctricas que circula sin cesar produciendo grandes transformaciones en las consciencias y sobre las cuales los elementales del cuerpo físico construyen el sistema nervioso. Si utilizamos la analogía, llegará un momento en que al pensar sobre el micro o el macro-cosmos, surgirá ante nuestra consciencia la comprensión de que existe un hilo de conexión con el Todo. Entonces descubriremos que, *lo de arriba es igual que lo de abajo y a la inversa* Cuando esta realidad se haya convertido en certeza, nuestra perspectiva respecto a lo que significa la evolución y por ende la espiritualidad, cambiará sensiblemente. Al nombrar el doble etérico en general, deberíamos tener presente que nuestro universo es trino, evolucionando bajo tres Aspectos superiores provenientes de...*Aquel Ser sobre el Cual nada puede decirse* y del cual nuestro Logos solar es Su Centro Cardíaco. Esta triplicidad son emanaciones de cada uno de Los Tres universos, actuando como tres Fuegos o estados de Consciencia al mismo tiempo, aunque tan solo uno de ellos está activo desde nuestra perspectiva evolutiva actual, penetrando en los éteres del espacio e impregnando y condicionando con Su Cualidad y Propósito a toda la Creación.
El *Primer Universo* cuyo Poder es Fuego Eléctrico, el Fuego del Espíritu.
El *Segundo Universo* cuya Entidad cósmica impregna con Su poderosa radiación de Fuego Solar todo cuanto ha creado, desarrollando en la actualidad, Amor Inteligente.
*Tercer Universo* el anterior al nuestro, es *Fuego por Fricción* en el cual se desarrolló al máximo la Inteligencia con cuya sustancia etérica los devas están construyendo en la actualidad las formas de todo ser creado. Vemos pues que este Segundo universo en el que nos estamos desenvolviendo como células dentro del Cuerpo del Logos solar, toda la sustancia con la que son construidas las formas en sus diversas vibraciones, desde el mismo átomo hasta el ser más avanzado, posee algún tipo de inteligencia.
Nuestros Ángeles solares realizaron Su máxima evolución en este Tercer universo cuya Inteligencia Activa llegó a convertirlos en los Seres más avanzados en sentido espiritual. Siendo un grupo específico de Ángeles solares los que descendieron a nuestro mundo de desdicha, trayendo el Fuego de la Mente a los hombres. Provinieron del mismo Centro Cardíaco del Logos solar, aunque la finalidad de Su misión consiste en liberar al ser humano de la esclavitud de la materia y la ignorancia de sus orígenes divinos, al dotarlos de Mente y de Consciencia. Nosotros el reino humano somos células dentro del cuerpo del Logos planetario formando el Tercer Chacra principal (el Laríngeo) en esta etapa evolutiva, al igual como nuestro Logos planetario es un chacra menor, (al no ser un planeta sagrado) dentro del cuerpo del Logos solar. Cumple su función absorbiendo las energías entrantes asimilándolas, proyectando en ellas Su propia Cualidad y difundiéndolas hacia todo el planeta por medio de Sus intermediarios. Las distribuye a través de Su aura etérica, dentro de la cual nos hallamos todos los seres que Él ha creado. La analogía se repite sin cesar. Los seres humanos, el reino animal o un átomo, realizamos la misma función en nuestro propio nivel. Vemos pues, que existen Tres universos, tres chacras cuya energía se comunica con el resto del Cuerpo de una Entidad Universal, expandiéndolas hacia las galaxias, las estrellas y sistemas solares. Hacia los Logos Creadores de mundos, de éstos a sus reinos de la naturaleza, a los individuos y al conjunto de átomos, células y moléculas con que se inicia la creación. Todos estamos utilizando éteres que han sido modificados constantemente al ir descendiendo desde sus orígenes hasta llegar a nosotros, estando impregnados de una particular vibración e infinidad de estados de consciencias. El conjunto de estas energías revelan la consciencia universal, planetaria o humana. Todo cuanto pensamos o sentimos, sea superior o inferior en su vibración, lo expandimos al espacio mezclándose con los éteres que nos envuelven. Seamos conscientes de ello, sabiendo que tenemos la responsabilidad de limpiar estos éteres para ir retornando a los orígenes donde el Éter se convierte en la Sustancia Primordial y la diversidad se transforma en Unidad.
Marta Parramon Elies
Gràcies Marta!
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