Conferencia a cargo de Marta Parraron Elies en la Asociación de Amigos de la India de Barcelona 1989.
Descendiendo a niveles inferiores al Logos solar hoy nos centraremos en el cuerpo etérico planetario, el cual, interpenetra todas las formas; átomos, células, moléculas de cada especie y reino, incluido el reino dévico, así como también todo cuanto ha sido construido por la mano del hombre.
Sabiendo que todo es energía más o menos comprimida y poseedora de distintas frecuencias vibratorias según el plano o subplano donde se manifieste, es evidente que cada una de ellas emite su particular radiación, siendo ésta producida por la electricidad que conduce el cuerpo etérico planetario a través de los “nadis” o corrientes de energía, cualificando a todo el sistema dentro del cual estamos inmersos.
Por ejemplo: una simple pared que aparentemente es inerte y compacta, está formada por un conglomerado de moléculas que el clarividente ve moviéndose a grandes velocidades sin colisionar unas con las otras, las cuales aparecen como destellos relucientes microscópicos de luz eléctrica. No importa que sea algo natural o que lo haya construido la mano del hombre, sigue siendo igualmente parte del éter planetario, el que nos transmite la Vida del Logos y con el cual los devas construyen y reconstruyen constantemente cualquier tipo de forma dentro del Plano Físico Cósmico en sus distintas manifestaciones.
Una vez el Logos solar ha absorbido dentro de Su Cuerpo etérico las energías cósmicas de los 7 Rayos y habiéndolas asimilado y añadido Su propia Cualidad, las proyecta hacia los siete planetas sagrados como energías pránicas solares, los cuales son la manifestación externa de siete entidades Constructoras Arcangélicas, nombrados por la religión como; !Los 7 Espíritus ante el Trono de Dios! o como también se conocen en esoterismo como; *Los Siete Grandes Constructores del Sistema* y con dicho éter impregnado de la Consciencia del Logos, los devas construyen las formas de la naturaleza en nuestro planeta.
Sin embargo y sabiendo que las energías se atraen por vibración similar o se repelen y que nuestro universo es septenario, es fácil deducir que existen siete tipos de éter, siete vibraciones o niveles de Consciencia logoicos.
Centrándonos en el ser humano cada cual absorberá el tipo de éter que le corresponde por vibración similar según sus estados de consciencia.. Cuanto más evolucionado es un ser humano más prana solar absorbe directamente a través de su piel y especialmente a través de la respiración, siendo el resultado una vida más saludable y un cuerpo etérico más libre de impurezas, depende en gran medida del nivel de consciencia alcanzado.
Si queremos comprender la naturaleza de la energía, no podemos olvidar que cada vez que la nombramos, ya sea energía solar, lunar, humana o subhumana, nos estamos conectando con el reino dévico en algunas de sus jerarquías. La analogía es perfecta. Todo se reproduce de la misma forma, salvando naturalmente las grandes distancias que existen entre un átomo, un ser humano o un Logos.
Si no fuera porque existe un cuerpo de energías no podríamos ser conscientes en ninguno de los planos, ni tan sólo del físico denso, pues es evidente que sin el cuerpo etérico, que es el molde sobre el cual los devas construyen el físico, no existiría la Creación tal como la entendemos, ni podría desarrollarse la consciencia por medio de los sentidos físicos.
Hay otra cuestión que hay que tener en cuenta; cada plano y subplano son etéricos, ya sea que investiguemos sobre el plano astral, el mental, del búdico, el atmico, monádico o el ádico. Siendo así, las auras que puede ver un clarividente avanzado, ya sea astral, mental o causal, son compuestos de Éter.
El cuerpo etérico solar, planetario o humano, es el intermediario que permite acceder a las diferentes dimensiones del sistema, entendiendo cada dimensión como estados de consciencia, donde los devas de cada uno de ellos realizan un trabajo constructor extraordinario. Ellos son la energía etérica, ya sea astral, mental o del sistema y también de los vehículos del ser humano. De ahí que cuando investigamos sobre los rayos que rigen cada uno de nuestros cuerpos de la personalidad, aún sin ser conscientes la mayoría de las veces, lo que estamos haciendo es reconocernos en el Deva constructor de cada vehículo. Los 7 Rayos son las principales energías que mueven la evolución planetaria y nosotros, de una u otra forma, respondemos a un subrayo del Rayo Primordial según cuáles sean nuestros orígenes monádicos.
Existen tres grupos de devas de distinta evolución, dedicados a la construcción de las formas...Los devas solares, devas lunares y devas planetarios. Cada grupo tiene una misión específica que cumplir dentro del Plan que se ha propuesto llevar a cabo el Logos solar.
La misión de estos devas solares (no me refiero a los Ángeles solares sino a otra jerarquía angélica, aunque procedente del mismo Centro Logoico) consiste en transmitir la Vida del Logos y expandirla por todo el sistema; dichos devas son la Energía pránica que podemos ver si somos atentos observadores durante el día, especialmente si la atmósfera está limpia y el azul del cielo es muy intenso, en estos días el prana solar aumenta considerablemente. En invierno en un día soleado y frío pueden verse con gran actividad cerca del mar en las playas, así como en las altas montañas. No es necesario ser clarividente para verlos, tan sólo consiste en observar fijamente el cielo y veremos una gran cantidad de chispas muy pequeñas de intensísima luminosidad y rápido movimiento. Estos devas son los menos avanzados dentro del grupo solar, sin embargo, pertenecen al primer subplano, que aunque sea físico, están muy evolucionados por el hecho de ser devas solares.
Existen otro grupo de devas solares que se precipitan como rayos de sol en la superficie de las aguas, produciendo intensos resplandores chispeantes y siempre en movimiento, éstos en general son de mayor tamaño que los devas pránicos, manifestándose en grupos y en formas muy variadas.
En este caso, no penséis que vais a ver a los ángeles con alas y en forma humana tal como generalmente se representa a los ángeles. El reino dévico avanzado es pura Luz, aunque a veces se puede intuir una forma dentro de su radiante cuerpo etérico.
Marta Parramon Elies
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