Seguramente
que en algún momento crítico como el que estamos viviendo,
mundial e
individualmente, os
habréis preguntado el
porqué
los seres humanos siempre hemos vivido en conflicto.
Si
ha
llegado la hora de la verdad,
¿significa
que todo lo que se nos ha inculcado a través de
siglos, es
ilusorio?. ¿Acaso las enseñanzas filosóficas, religiosas,
científicas y educativas esconden una verdad que nos ha sido negada
hasta el momento?. Lo que si sabemos es que lo que hemos creído o
nos han hecho creer que era infalible se está desmoronando.
Sin
embargo, la evolución avanza de forma más rápida que en siglos
anteriores, una gran mayoría de seres humanos hemos evolucionado
hasta llegar a ciertos estados de consciencia capaces de traspasar
las barreras que nos han sido impuestas por las fuerzas oscuras que
dirigen la evolución planetaria, las
cuales basan
su poder en fomentar el miedo y mantener en la ignorancia a los seres
humanos que todavía no se han preguntado cuál es el verdadero
sentido de la vida.
Lo
más probable es que dentro de la era de Piscis que estamos dejando
atrás hayamos reencarnado más de una vez y
en cada encarnación hayamos dado un paso más hacia valores no
cultivados anteriormente. En parte,
Piscis ha contribuido a orientar la consciencia de muchos seres
humanos hacia valores espirituales, la
mayoría de
ellos con tendencias místicas
y profundamente
devocionales, hasta
al
extremo de sacrificar sus vidas por amor a Dios. Pero las
religiones que surgieron impregnadas de esta energía pisciana,
también
han
sumergido
en las brumas de un mundo falso, dogmático e ilusorio a las personas
astralmente polarizadas,
(que han sido la gran mayoría) y que
desdichadamente se han dejado conducir a ciegas.
Todas
las eras que
cíclicamente han ido apareciendo,
han contribuido
a la evolución del conjunto del
sistema y han
constituido
puntos clave para
hacer avanzar a
la humanidad. Sin
embargo, todo lo creado tiene sus ciclos de nacimiento, juventud,
madurez, vejez y muerte y a la era de Piscis le ha llegado su
final.
La
Era de Acuario está dándonos pruebas visibles de su presencia,
trayendo con ella una gran fuerza vital por medio de los éteres de
Séptimo
Rayo, impulsando a los Devas a construir
las
formas que han de ir surgiendo a medida que avance la nueva
civilización. Es evidente que estas energías acuarianas están
trastocando los valores que hemos cultivado hasta el momento,
produciendo el desorden mundial que existe por doquier.
Lo
oculto y equívoco se está haciendo visible para que nos demos
cuenta de que existe una realidad de la cual no éramos conscientes.
No me refiero únicamente a las causas que lo originaron, sino a los
efectos tangibles y reprobables: a la codicia, la corrupción, la
inmoralidad, la usura y las crueles injusticias que están causando
tanto sufrimiento al mundo.
Existe
una frase que se dice que dijo Cristo refiriéndose a la era de
Piscis..."Al final de los tiempos la verdad será proclamada
desde los tejados"
Naturalmente
que no se refería al fin del mundo sino al final de la era. ¿Acaso
no es esto lo que se está produciendo en todos los sectores del
vivir humano? Está saliendo a luz lo mejor y lo peor de la raza
humana. Surge ahora porque inauguramos la nueva era y estamos
capacitados para darnos cuenta de cuál fue la causa y cuáles son
los efectos cuando se transgreden las Leyes divinas.
Las
nuevas tecnologías han proporcionado un campo extensísimo en la
comunicación y esto es un síntoma evidente de las influencias de la
nueva era de Acuario, la era de las comunicaciones, las cuales nos
ponen en estrecha relación con el resto del mundo, pero también con
otras dimensiones dentro del sistema y otras humanidades que las
habitan y
nos ha sido negada su existencia.
Inevitablemente,
un
cambio de era producen
grandes cambios en la consciencia humana, aunque a costa de duro
esfuerzo y el sufrimiento de muchos. Pero es que no podemos entrar
libremente en la nueva era sin hacer cambio alguno y si no aprendemos
por propia experiencia lo que implica el desapego.
"No
se puede poner vino nuevo en odres viejos"... Esta frase lo dice
todo.
Los
cambios se aceleran debido al fuerte impulso que trae el nacimiento
de Acuario, unos cambios drásticos que no podemos eludir y que tarde
o temprano producirán el nuevo orden mundial del cual no tenemos ni
la más remota idea de como se va a desarrollar la nueva
civilización, ni como se establecerán las relaciones humanas en el
futuro.
Se
nos ha dado mucha información esotérica sobre lo que debe llegar a ser la
nueva era y los cambios que deberían producirse en los valores humanos,
sin
embargo, todavía lo interpretamos desde una perspectiva pisciana, aferrados
como estamos al pasado. En realidad, somos el fruto del pasado, el resumen de muchas causas y efectos. La
adaptación a los nuevos tiempos y la nueva forma de entender la vida y las relaciones, con todo cuanto nos rodea y forma parte de la creación de este mundo, no
es un proceso fácil, especialmente para quienes
se niegan a aceptar que, llegados al final de cada ciclo de vida, al cual lo denominamos,..muerte, son inevitables, ya sea el final de la manifestación física de una galaxia, de un sistema solar, de una
civilización, de un ser humano o de una célula.
Piscis
nos sumergió en un mundo de emociones y deseos hasta que el ser
humano avanzado empezó a desarrollar la mente y a sentir la llamada
de su Yo superior desde el corazón, sin
embargo, la mente tan solo la desarrolló un limitado número de
seres humanos. Acuario acelerará el desarrollo de la mente, contribuyendo
a transmutar las emociones y elevarlas a niveles superiores de
consciencia, (aunque en principio dominará la consciencia astral en gran parte de la humanidad). Cuando la era haya avanzado hasta el segundo decanato de
Acuario regido por el planeta Mercurio, muchísimos seres humanos
habrán fusionado la mente y el corazón, Entonces habremos aprendido
otros sistemas de comunicación, no precisamente tecnológicos. Las
personas más avanzadas habrán desarrollado los sentidos a niveles
superiores en los distintos planos y ya no precisarán la tecnología
científica para comunicarse. Sin embargo, todo cuanto descubra en su
interior el ser humano de Acuario deberá ser concretado en hechos y
formas tangibles, no olvidemos que el Señor del 7º Rayo es el más
grande
de los Constructores de formas del sistema,
Su misión consiste en, ! Hacer descender el Cielo a la Tierra! o
sea, en materializar el Espíritu. Esta es la misión de Acuario y la
de los discípulos que actualmente están sirviendo a la Jerarquía
espiritual
del planeta.
Lo
que sentimos ahora la humanidad es un gran desconcierto e
inseguridad,
sufriendo las
consecuencias de una
lucha tremenda entre dos energías opuestas, dos estados de
consciencia que se evidencian en dos grupos de
seres humanos
cuyos valores difieren ampliamente. Uno de ellos está aferrado al
pasado, negándose a desapegarse de lo que cree que le pertenece, no
únicamente de
lo material, sino de
las
creencias, las costumbres y tradiciones, y en general de
su
modo de entender la vida y las relaciones humanas.
El
otro grupo se siente
con
fuerza para afrontar el reto de hacer frente a lo desconocido y a la
vez se
hace
responsable frente
a la
oportunidad que se le
da
de
contribuir a crear un nuevo
mundo. Lucha
por
la
libertad porque
sabe que esta conduce a la liberación
de la esclavitud del pensamiento y el progreso general que
ha de traer
nueva
vida
y mayor consciencia de lo que significa ser verdaderamente
Humanos.
Si
dividimos por tres
los 30 grados que ocupa cada constelación en el zodiaco,
veremos que cada sector está formado de 10 grados, o sea, de 3
decanatos, los cuales son muy reveladores por la fuerza de Rayo que
imprimen sobre el desarrollo de la nueva cultura y civilización que
está naciendo.
Una
era astronómica
tiene
una duración aproximada de 2200 años, si la dividimos en tres
partes o ciclos nos dan aproximadamente unos 733 años por decanato.
El primer ciclo de Acuario está regido por Saturno.
El
segundo, lo regirá Mercurio, el que conducirá a niveles de comunicación inexistentes en la actualidad, además de la relación que se establecerá con otras humanidades que desenvuelven su evolución desde tiempos inmemoriales en el interior del planeta y en dimensiones más allá de la estrictamente física. Dicha comunicación se desarrollará en distintos niveles, interna y externamente.
El
tercer decanato está regido por Venus, el cual traerá la apertura
de la mente científica en todos sus grados y
el
equilibrio entre los opuestos, y entonces
el
Ser
Andrógino ya no será una excepción.
Centrándonos
ya
en
el primer decanato regido por Saturno que es el que nos interesa en
esta etapa evolutiva, veremos: Saturno
es un
planeta
sagrado, cuyo Logos es el Mayor de los Señores del karma, el que nos
da la oportunidad de rectificar los errores cometidos en el pasado y
nos impulsa a evolucionar, para
que un día podamos alcanzar la liberación de la esclavitud que
mantiene al alma
humana
prisionera del planeta.
Saturno nos obliga a afrontarnos a nosotros mismos y a nuestra propia
consciencia a
fin de que
nos reconozcamos, nos veamos y aceptemos tal como somos. Sin
embargo, cuando
hacemos referencia al karma, lo
vemos como algo temible, sin ser conscientes de que el mundo es un
reflejo de lo que somos la humanidad y si estamos dispuestos a
enfrentar la realidad y
poner
la
solución
al conflicto actual, mirémonos al espejo del mundo y seamos capaces
de admitir que la responsabilidad no es de unos pocos, sino de cada
uno de los individuos que formamos parte de este planeta y
que gran
parte del
karma lo hemos creado entre todos a lo largo del tiempo y
de muchas encarnaciones.
Daros
cuenta de que las
energías de
Acuario actualmente
ya
se
están
manifestando en
los diversos niveles de consciencia, siendo claramente notable su
fuerza
transmutadora en
nuestras vidas.
La propia experiencia nos evidencia y confirma que los valores
cultivados hasta el momento no son compatibles con los que requieren
las energías de Acuario. Debemos
reorientar la consciencia más allá de nosotros mismos. Casi
todo cuanto hemos construido está basado en valores materiales, en
el egoísmo y el deseo de poseer, habiendo dejado arrinconados los
valores superiores sin importarnos las consecuencias que ahora nos
vemos forzados a enfrentar.
Análogamente
a
como ocurre con una era, podemos
dividir la vida de un ser humano en tres etapas, siendo la primera de
ellas de recapitulación de la vida anterior, que puede tener una
duración entre 25 y 35
años aproximadamente, almacenada en los átomos permanentes que contienen la memoria
de la
anterior encarnación. Generalmente
la
gran mayoría de seres humanos no recuerda
las experiencias vividas de
su
vida
anterior, pues la memoria de lo que fuimos en el pasado desaparece al
deshacernos temporalmente de la individualidad a
medida que descartamos cada
uno de los vehículos hasta
penetrar
en
el Devachan. Toda esta memoria queda almacenada en los átomos
permanentes de cada uno de los cuerpos hasta que volvemos a encarnar
y la recuperamos.
Al
reencarnar, acostumbra
a ocurrir que
nos vemos obligados durante los primeros quince, veinte o más años
a vivir una vida de experiencias kármicas, una preparación
necesaria para que se cumpla el propósito del alma en aquella
encarnación. Para recuperar plenamente la consciencia tendremos que
esperar a que los devas constructores del los
cuerpos
hayan construido los chacras y les hayan imprimido la misma frecuencia vibratoria que poseían
en
la vida anterior. Los años que transcurran dentro de esta primera
etapa dependerá del estado de consciencia evolutivo que se haya alcanzado, entonces, es posible recuperar la plena consciencia desde la infancia si es
que se ha llegado a un estado evolutivo muy avanzado o quizás por razones
kármicas quizás
tengamos que esperar
a que pasen los años para manifestar las tendencias adquiridas
anteriormente, recogiendo de nuevo el hilo de la consciencia que nos
une al pasado y de esta forma poder seguir evolucionando en
la presente encarnación.
Si
aplicamos la analogía entre el ser humano y la influencia que
recibimos de las energías de Acuario, además del efecto producido
por Saturno en este primer decanato, comprenderemos el porqué de la
crisis mundial actual.
La
Tierra, como bien sabéis, es el vehículo físico denso a nuestro Logos planetario. Antes
de encarnar en la Tierra, el Logos evolucionó
en
otro planeta, hasta que, habiendo cumplido Su propósito, le llegó la hora de desprenderse de él y entrar en
reposo a la espera de una nueva encarnación. Al volver a encarnar se
revistió con un Cuerpo distinto al anterior adecuado a Su estado
evolutivo, (al igual que ocurre con un ser humano), este nuevo Cuerpo
es la Tierra, que análogamente también
puede dividirse su ciclo evolutivo en tres etapas. La primera, siempre consiste en rememorar (recapitular) el
pasado para enfrentarse al
karma
generado
anteriormente y así poder trascenderlo.
Todo en la creación se reproduce de la misma forma en distintos niveles y estados de
consciencia evolutivos, tanto en el macro como en el microcosmos,
sabiendo que el karma es una Ley Universal que impulsa a la
perfección.
En
este segundo universo el Propósito del Logos Solar consiste en
desarrollar la plena Consciencia y hacer posible el segundo Aspecto
de Amor y Sabiduría. Sin embargo, para hacerlo posible debe haber
despertado un nuevo chacra dentro de Su cuerpo etérico logoico, lo
cual significa que cuando se haya cumplido, habrá sublimado las
energías de un chacra inferior a otro superior, cuya vibración
alterará notablemente
Su
estados de Consciencia.
Tengamos en cuenta que los Chacras
principales
del
Logos Solar
son los planetas sagrados.
Sabemos
que en todo proceso iniciático están implicadas las energías que
fluyen a través de los chacras. El proceso siempre es triple
y los Tres
Fuegos están implicados. Cuando el discípulo ha elevado
definitivamente las energías de un chacra inferior a su octava
superior, ya es un iniciado, pero es necesario que la Jerarquía lo
reconozca y lo prepare para la Iniciación, a fin de darle un
poderoso impulso con la aplicación del Cetro de Poder al estimular
un chacra superior que a partir de aquel instante activará grandemente su movimiento y frecuencia vibratoria. Toda iniciación superior es recibida en un momento solemne en que el iniciado despierta a un estado del ser indescriptible y a una elevada comprensión de la realidad oculta y de algunos de los
Misterios mayores que para él han dejado de serlo, produciendo en su interior una gran
expansión de consciencia que cambia radicalmente todo su ser, naciendo en él
una comprensión interna repleta de significado.
Si
comparamos el proceso iniciático del Logos con el de un ser humano y
reflexionamos sobre los estados de consciencia que alberga cada
chacra dentro del cuerpo etérico y además lo relacionamos con los
planetas de nuestro sistema, quizás podréis intuir cuáles son los
planetas
que forman este triángulo que conduce a la Iniciación solar.
En
primer lugar, debemos tener en cuenta el chacra que ha elevado las energías a su octava superior; luego, el inferior que ha quedado pasivo, (en obscuración) y en
segundo lugar, cuál
de ellos está siendo estimulado por el Cetro de Poder enla cremonia iniciática. Igualmente,
podemos aplicar la analogía a nuestro Logos planetario, siendo Sus
chacras los reinos de la Naturaleza.
Finalmente,
nos
preguntamos si todo
cuanto se ha vivido en el
pasado ha servido para prepararnos para este gran acontecimiento.
Es
difícil un cambio de era, especialmente cuando se trata de dejar al
margen los apegos de todo orden; físicos, astrales y mentales con
todo cuanto incluyen.
Estas son pruebas iniciáticas para toda la humanidad en distintos
estados de consciencia, pero especialmente para quienes están en
proceso de " revertir la rueda" y convertirse en servidores
del mundo.
Centrándonos
en la Tierra y
en
este primer decanato de
Acuario regido por Saturno, vemos que el karma positivo y negativo generado por la humanidad
durante la era anterior se está precipitando sobre el planeta.
Estamos
recapitulando lo generado anteriormente.
No son momentos para reflexionar únicamente, sino que debemos actuar
y ser plenamente conscientes de quienes somos en nuestra verdadera
esencia, reconocer lo que la humanidad hemos hecho
de bueno y de malo durante estos 2200 años que ha estado Piscis en
manifestación. Nada puede ser resuelto favorablemente si no
reconocemos la realidad, viéndonos
tal como fuimos/somos y sabiendo que toda causa produce unos efectos podremos comprender el porqué de las crisis actuales y que es lo que
tenemos que cambiar o potenciar. Una nueva era requiere Cratividad, Libertad y Responsabilidad, y no olvidemos que;...
!El
ser humano crea su destino con sus propias obras!
El
mundo es el reflejo de la consciencia humana y sabiendo que somos
creadores, podemos cambiar potencialmente
los valores caducos y
separativos
y empezar a construir el edificio que ha de albergar a la nueva
civilización, asentándolo
sobre unas bases firmes donde quepa todo ser creado sin distinción
alguna.
Tengamos
siempre presente que todo cuanto hagamos o no hagamos por los demás nos lo estamos haciendo a nosotros mismos, pues lo realmente
verdadero es que la Vida es Una.
Marta Parramon Elies
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