Comentarios
Muchas
gracias Marta, por poner en palabras tan profunda reflexión.
A
medida que nuestra mente va profundizando cada vez más en estos
misterios, se abre ante nosotros una nueva visión, un nuevo mundo y,
seguramente, un nuevo camino que recorrer.
Ante
tal profundidad parece que únicamente salen nuevos
interrogantes…
Cuando
hablamos del Ser Andrógino de 5ª Iniciación, ¿hablamos de la
Jerarquía o ya de Shamballa? ¿Dónde se sitúa este gran
Ser?
Parece
ser de vital importancia, entonces, la relación que podamos
establecer entre el Alma y la Mónada… Aunque de todas maneras, ¿no
es el Alma humana un “átomo”, por así decirlo, de la propia
Mónada?
Y
aún más… Si la dualidad es la que rige nuestro universo de 2º
Rayo, con la Ley de Atracción de la que hablas o Ley del Amor…
¿Toda manifestación estará regida por esta dualidad que a su vez
da lugar a la Tríada?
Son
muchos los interrogantes que surgen ante tema de tan enorme magnitud.
Pero tal y como dices…, si vienen a nuestra mente y despiertan
nuestra intuición es que una nueva puerta se está abriendo.
Un
abrazo
Neus
Respuesta
El
camino es Uno con distintas etapas que recorrer. Los interrogantes
son eternos, no tienen límites, al igual que la perfección. Cuando
un Arhad se prepara para recibir la 5ª Iniciación abandona de forma
definitiva el 4º reino y entra a formar parte de las Almas
liberadas. Se ha convertido en un ser Andrógino y se dirige hacia la
siguiente meta donde se le abrirá el portal de la 6ª iniciación y
lo convertirá en un Choan.
Un
Maestro de Sabiduría que ha recibido la 5ª iniciación tiene acceso
a Shamballa, aunque todavía no es aceptado como miembro permanente
hasta haber alcanzado la 6ª Iniciación de
la Decisión en que debe escoger entre 7 Caminos. Al
Chohan que ha recibido la
6ª Iniciación ya
nada le une a la
evolución planetaria, a
no ser, que escoja el Sendero del Servicio
a la Tierra Los
miembros
de la Jerarquía sirven al Plan de Dios e
intuyen
Su Propósito, mientras
que Los
Seres
afiliados a Shamballa lo
conocen y trabajan
para cumplirlo
La
Monada
es Espíritu, dividido desde el principio en dos aspectos de sí
misma a fin de cumplir la Ley universal de Dualidad y con el tiempo,
por
medio de Sus Intermediarios cósmicos,
generar consciencia en los mundos que constituyen
el espacio.
Hablamos de las Mónadas y del Espíritu como algo lejano a nosotros
y sin embargo, aunque tengamos cuerpos físicos, somos Espíritu
manifestado en la materia, estamos aquí en cada instante y en cada
pensamiento o sentimiento que experimentamos o sentimos.
Pensamos
en otros planos o estados de consciencia superiores como algo lejano
y sin embargo, nos están
envolviendo ahora mismo. Lo que ocurre es que los apegos hacia la
materia ciegan nuestros ojos internos y
no nos permiten introducirnos
en
las dimensiones superiores del espacio.
Mientras
exista este universo
en el cual se ha de desarrollar la plena autoconsciencia, la dualidad
existirá, aunque progresivamente tenderá a reunificarse
de nuevo para dar a Luz al Hijo, el Aspecto Amor-Sabiduría
del Logos Solar.
Todo
estado de consciencia superior siempre incluye al inferior, aunque
antes de ascender siempre debe demostrarse que se ha trascendido lo
vivido y ha
sido relegado
al pasado.
Descendiendo en la escala evolutiva, aunque siempre
dentro del Sendero, el discípulo que ha sido aceptado por el Maestro
tendrá que haber desarrollado la intuición superior, esto
indicará que ha conectado con su Tríada espiritual y por
consiguiente con Budhi, el Segundo Aspecto monádico. Este
es uno de los requisitos necesarios para ser dignos de recibir la 3ª
Iniciación,
después de la cual desarrollará significativamente
la
consciencia monádica.
La meta del ser humano consiste en
alcanzar la estatura
de Su Ángel solar cuando
haya
renunciado a su individualidad, entonces
ya
no pertenecerá al reino humano, sin embargo, siempre que le sea
necesaria
información, macro
o microcósmica, podrá
recorrer a los Registros
que guarda celosamente
la Jerarquía desde el principio de los tiempos.
Un
fuerte abrazo
Respuesta
Muchas
gracias Marta,
Gracias
a tu respuesta, vemos que los caminos de evolución son realmente
diversos; vemos que el camino de perfección no tiene límite. ¿Cómo
podría tener límite la perfección? ¿Podríamos decir entonces que
es real, si tuviera un límite? El movimiento ascendente en espiral
nos lleva muy lejos de nuestra propia conciencia para fundirnos con
la Unidad, en un futuro aún muy lejano. Este movimiento nos impulsa
cada vez con más fuerza, con más velocidad, hacia los confines de
nuestra propia identidad...
¿Deberemos
estar atentos, pues, al descubrimiento del camino que debemos andar;
deberemos descubrir cuanto antes cuál es el siguiente peldaño que
debemos subir?
Un
abrazo,
Comentario
Una
vez subido un peldaño tras otro y sentirse firme en él, se nos
abrirá una gran pantalla rodeada de cumbres, mares, tierras y otros
elementos totalmente desconocidos que quizá nos hagan dudar de su
verdadero destino, La magia de una mente serena. Y un amor glorioso
nos hará vencer lo indeseable.
¿Estamos
preparados para caminar entre la permanencia y la impermanencia de
los grandes fragmentos y responsabilidades del Alma y el Espíritu?
Pero si la mente habita en la serenidad y el Amor es radiante, esa
gran pantalla nos mostrará el camino a seguir.
¿Estamos
preparados para lo imprevisible?
Un
Abrazo.
Respuesta
La
evolución espiritual nos dirige en sentido ascendente buscando la
Luz, al igual que lo hace la planta más humilde del bosque.
A
medida que ascendemos en la escala evolutiva se expande la
consciencia, se amplía la perspectiva y se acorta el karma del paso
por este mundo.
La
inseguridad y la indecisión nos hace sufrir, nos da miedo no saber a
donde nos conduce el próximo paso que tenemos que dar para cumplir
con los requerimientos del Alma. Este temor dejaríamos de sentirlo
si en vez de preocuparnos por el futuro aprendiéramos a vivir
intensamente el presente, nos daríamos cuenta de que lo importante
es vivir "el aquí y ahora" pues si no damos respuesta a lo
inmediato estamos viviendo constantemente fuera de tiempo, sin
percibir lo que el Alma nos está comunicando a cada instante.
La
duda es lo que nos hace sufrir, pero si aprendiéramos a confiar en
nosotros mismos y a ser espontáneos, desaparecería la angustia y
nos sentiríamos felices y útiles en el servicio sin preocuparnos
por el mañana, puesto que el mañana no existe.
La
espontaneidad surge como un impulso del corazón, no es de la mente
como en general se cree y esta es la razón de que, si amamos, si
tenemos abierto el corazón de par en par jamás volveremos a tener
miedo. El día que la humanidad hayamos aprendido a amar
incondicionalmente desaparecerá el
temor y
en el mundo reinará la Paz.
Un
fuerte abrazo
Marta
Parramon Elies
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