Cuando nos iniciamos en el estudio sobre Curación esotérica generalmente pensamos que una vez los hayamos adquirido y conozcamos ciertas técnicas podremos empezar a curar, pero el conocimiento por si solo ya sabemos que no es suficiente.
Todo
estudiante de esoterismo que desea penetrar a fondo en su verdadero
significado ha de saber que cuando tratamos
sobre
curación esotérica nos estamos preparando para penetrar en la
consciencia de
los seres
humanos
que
algún
día tendremos
que curar, lo cual significa que la curación debería realizarse
desde el alma, no desde la personalidad.
Un
verdadero curador esotérico no debería centrarse en los efectos de
la enfermedad sino en las causas profundas que la han producido. El
cuerpo físico tan solo revela los síntomas, los efectos de una
causa interna producida en algún nivel de consciencia del
paciente.
Las
causas pueden haberse generado en aquella encarnación presente,
aunque generalmente provienen del pasado, en realidad son el fruto de
nuestras acciones equivocadas que se presentan de nuevo en esta vida
para darnos la oportunidad de rectificar y ser trascendidas.
Sabemos
que el karma es el fruto de nuestros estados de consciencia, físicos,
astrales, mentales o espirituales. Pues no olvidemos que el
karma no
se presenta únicamente a nosotros como consecuencia de los errores
cometidos, sino también de las buenas acciones, tan solo es la
consecuencia de nuestros actos, es la Ley de Causa y Efecto o de
Retribución, que retorna siempre como un boomerang, es algo que
hemos generado nosotros mismos y que mientras no nos hayamos liberado
del reino humano y hayamos redimido la materia de nuestros cuerpos,
volverá a nosotros una vida tras otra. Esta es la razón de que a
medida que purificamos nuestras vidas y aprendemos a amar
incondicionalmente la vibración de nuestros cuerpos es cada vez más
positiva, atrayendo más cantidad de devas solares que sustituyen a
los devas de las sombras. Lo cual significa que al desalojar materia
densa, nuestros vehículos serán
más
saludables.
Cuando
hablamos sobre curación esotérica
debemos
tener muy claro que no es suficiente con tener grandes ansias de
servir y ayudar a los demás a librarse del sufrimiento, ni conocer
las técnicas que precisamos para llevarlo a cabo. No podemos curar
por el simple hecho de sentir compasión.
Hoy
en día debemos saber como prepararnos para atraer a los Devas
de Curación,
de que forma deben ser invocados y cuál ha de ser nuestra actitud
interna para que acudan a nuestra llamada.
En
primer lugar, no todos los seres humanos pueden curar, los motivos
pueden ser diversos, ya sea por razones kármicas, porque no hemos
alcanzado el nivel de consciencia que nos permite hacerlo o porque el
propósito del alma va en otra dirección.
Actualmente
si estamos capacitados para curar no podemos hacerlo como los
curanderos del pasado, los cuales es innegable que la mayoría ponían
el corazón en ello. Sin embargo en nuestra época debemos aprender a
utilizar la mente además del corazón y saber que estamos tratando
con energías angélicas de una evolución muy superior a la del ser
humano. Tendremos que mantener
nuestra mente y corazón enfocados en la persona enferma mientras
dure la curación, sabiendo a cada instante que los devas están
realizando su trabajo
y nosotros
no
debemos interferir con ningún pensamiento ajeno al momento
presente y especialmente
desarrollar la sensibilidad espiritual que nos permita ser
conscientes del cual es la respuesta de los Devas cada vez que los
invocamos.
Nuestra
mente debe ser positiva desde el mismo instante en que se nos pide
ayuda y sabiendo que, *La energía sigue al pensamiento*, jamás
deberíamos visualizar un órgano enfermo si no todo lo contrario, de
esta forma estaremos colaborando y no interfiriendo en la curación
que van a realizar los devas. Es necesario conocer como funciona el
organismo humano aunque la curación la realicen los devas y no sea
física, sino que se originó en el cuerpo astral o el mental, de
esta forma la visualización de los órganos y su función será
siempre la correcta.
Durante
los días, semanas o el tiempo que sea necesario para restablecer la
salud del ser humano, deberemos mantenernos en constante contacto con
los devas. Si dejáramos de invocarlos, ellos se retirarían.
Por
otro lado, si
queremos curar tenemos que estar muy precavidos, sabiendo que cada
enfermedad es una entidad y que si conseguimos liberarla del cuerpo
del enfermo, (cosa poco probable a no ser que tengamos una
preparación muy
superior)
corremos el riesgo que penetre nuestro cuerpo, si es que antes no
conocemos la técnica de protegernos y la forma de destruirla. Pues
no sería nada inteligente ni compasivo
liberar a una de estas entidades y dejarla flotando
en los ambientes circundantes, pues al cabo
de un momento
habría ocupado el cuerpo de otra persona o una vez expulsada del
cuerpo que poseía, seguiría atenta esperando el momento oportuno
para volver a introducirse en él.
La
mayor protección que podemos poseer es la pureza de los
tres vehículos
y la compasión que nos une al grupo interno y al Maestro.
El
conocimiento del Rayo del Alma y también de nuestra personalidad,
(la cual será utilizada por el Alma cuando esté integrada y
dedicada al servicio) es imprescindible para conocernos a nosotros
mismos y saber cuál
es
la técnica de curación que deberemos emplear si es que este es
nuestro propósito. Conocernos a nosotros mismos significa conocer
cuál es nuestro Sendero y nuestro cometido en esta
encarnación.
Cuando
hemos desarrollado la compasión debido al desarrollo del centro
cardíaco, nos llega la oportunidad de curar sin haberlo buscado,
significa que el magnetismo que irradia nuestra aura es lo
suficientemente puro como para iniciarse en el proceso de
curación.
Siempre
que investiguemos sobre la propia consciencia deberíamos estar muy
atentos por dentro y por fuera de nosotros mismos, sabiendo que lo
que nos ocurre o lo que somos externamente son los efectos de unas
causas. Seamos atentos observadores de nuestra propia consciencia.,
estudiemos las características de cada Rayo y cuanto más
profundicemos más nos identificaremos con el propio. Tened presente
que el Alma únicamente posee consciencia grupal y no le interesan
las cosas mundanas. El
Alma es Una.
Sabéis
que existen los grupos egoicos de los cuales formamos parte. Somos
Almas que vinimos a oleadas a la manifestación para cumplir el
propósito de nuestra Mónada espiritual.
Cada
grupo egoico procede de uno de los planetas sagrados, el cual
personifica una energía de Rayo, aunque no todos los Rayos están en
manifestación, sino que se alternan cíclicamente.
Daros
cuenta de que como almas no somos terrestres, nuestro verdadero Hogar
no es la Tierra.
Cuando
conozcamos a que rayo egoico pertenecemos sabremos de qué planeta o
Señor de Rayo formamos parte, cuál es nuestro Sendero y que misión
nos corresponde realizar en la Tierra, pues cada planeta sagrado
distribuye al resto del sistema uno de los 7 Rayos.
¿Sabemos
de donde venimos y a donde regresaremos algún día como Hijos
Pródigos a la Casa del Padre, de donde surgimos como una Unidad para
manifestarnos en infinidad de chispas divinas esparcidas por el
mundo? ¿Provenimos a caso de Júpiter como egos de 2º Rayo?... ¿o
de Saturno, Señor del 3.er
Rayo?… Actualmente está viniendo una oleada de egos de 7º Rayo
debido a la influencia de Urano, el Señor del 7º Rayo regente de
Acuario.
Una
frase que se dice en La Sabiduría Eterna es
esta…
*Hombre,
conócete a ti mismo como al Uno imperecedero*
Marta
Parramon Elies
En el libro del Maestro Tibetano sobre Curación Esotérica podéis encontrar la técnica de curación utilizada para cada tipo de Rayo si es que estáis interesados
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