Uno de los grandes misterios que más llaman la atención a las mentes de los estudiantes e investigadores esotéricos es concerniente a la naturaleza de la Iniciación.
Sin embargo los conocimientos por si solos no nos van a dar la respuesta que anhelamos, puesto que la mente concreta tan solo puede investigar sobre el mundo de la forma y una iniciación siempre se produce en los niveles internos, aunque generalmente queda grabada en la mente superior, seamos o no conscientes de tan trascendente acontecimiento.A medida que aprendamos a silenciar la mente y estar más apercibidos a la voz interior, la intuición nos revelará el significado profundo de lo vivido interiormente y despertará en nosotros una nueva y más real comprensión del simbolismo profundo de lo vivido en el proceso iniciático.
Los conocimientos esotéricos no dejan de ser palabras que ocultan realidades internas, esto significa que deberemos adentrarnos en el mundo de las causas, ya que una palabra tan solo es un símbolo y este es una apariencia.
Otro gran Misterio que intriga y desea descubrir el estudiante es quien es el Alma, el Yo superior del que tanto se habla en los tratados ocultos y como puede ponerse en contacto con ella.
Más adelante cuando hayamos andado más en el Camino evolutivo nos daremos cuenta de que siempre existe un más allá, y que el Yo superior o Ángel solar tan solo es un intermediario entre el Espíritu y la materia, entre Dios y el hombre y aquellos Seres que veíamos como inalcanzables no son más que el modelo de perfección hacia el cual nos dirigimos y estamos destinandos a convertirnos.
La comprensión de los grandes misterios al igual que ocurre con las experiencias personales únicamente llega cuando hemos ascendido al nivel de lo que buscamos y podemos vivirlo por propia experiencia. Entonces descubrimos que lo que habíamos imaginado dista mucho de la realidad.
Del Ángel solar sabemos que a medida que evolucionamos influidos por la Voz de la consciencia, que es la Voz del alma, vamos siendo conscientes de Su presencia en nuestras vidas. Su radiación va siendo cada vez más perceptible en la consciencia que empieza a responder a su llamada.
En cada pequeña expansión de consciencia el alma humana en proceso de desarrollo da un paso adelante hacia su Arquetipo, transformándose al paso del tiempo en un ser semejante al que lo individualizó o sea, en un Ángel portador de Luz a la consciencia de los hombres.
Una gran expansión de consciencia continuada durante cierto tiempo o quizás durante años, indica Iniciación.
Después de acumular tantos conocimientos quizás nos hemos preguntado el porqué hemos tenido que encarnar y aprisionarnos dentro de unos cuerpos de materia que limitan casi totalmente la capacidad de ser nosotros mismos, cuando la realidad es que somos divinos en nuestra esencia, somos herederos de los Dioses porque somos el fruto que ha producido la semilla germinada que ellos implantaron en nuestras mentes.
Si os leéis el Mito de Prometeo comprenderéis el porqué quienes nos dedicamos a servir estamos aquí intentando redimir la materia, la propia y la de nuestros semejantes.
La comprensión irá llegando por medio del estudio y más adelante por la propia experiencia interna, cuando hayamos aplicado dichos conocimientos y hayan despertado en nuestro interior una nueva y más elevada comprensión de lo que significa la espiritualidad. No en sentido religioso, sino, Humano.
A medida que se avanza en el Sendero el sentimiento de soledad es más acentuado porque nuestra perspectiva del mundo de las relaciones humanas adquiere un nuevo significado cada vez más impersonal. No es lo mismo la soledad que experimenta un ser humano personalmente que la impersonalidad de un alma avanzada cuya meta final consiste en el total desapego.
Hemos dicho anteriormente que el Ángel solar, nuestro Yo superior es el intermediario entre la Mónada y la personalidad.
Generalmente para los principiantes en estos estudios existe gran confusión sobre lo que representa y como se forma el Alma desde la individualización hasta su total liberación dentro del reino humano.
En realidad el Alma es Una dividida en infinidad de chispas divinas que se introduce en la vida de la Naturaleza para crear Consciencia por medio de la semilla de la mente implantada al individualizar a los seres primitivos semi humanos. Esta semilla es engendrada por un grupo de Ángeles solares surgidos del corazón del Logos a fin de llevar a cabo el Plan y producir el desarrollo de la consciencia. El Ángel solar que nos acompaña durante toda la evolución dentro de nuestro reino pertenece a otro grupo de Ángeles solares distinto a los que produjeron la individualización en la Tierra.
Sin embargo cuando se habla de la individualización se dice que como seres individualizados tenemos un alma propia. Es aquí en este punto donde existe la confusión entre lo que es nuestro Progenitor o Arquetipo como Alma divina y lo que es el alma humana.
Sin mente no sería posible el desarrollo de la consciencia y por lo tanto el desarrollo del alma.
¿Por qué separamos el alma humana del Alma Divina?
En primer lugar damos el nombre de alma humana a la propia consciencia (la semilla) la cual al igual que cualquier criatura posee los genes de sus progenitores. La analogía es perfecta...
Primero es necesario el desenvolvimiento, las experiencias y el despertar al mundo que le rodea. Ocurre lo mismo con la mente o alma humana. Al principio debe ser cuidada, protegida y educada. Al paso de los años va formando su propia personalidad convertida en un ser completo de la misma especie que quienes lo engendraron, pero con la diferencia que tiene su propia individualidad. Cuando el alma humana ha crecido lo suficiente llega al punto culminante en que se ha convertido en una Alma divina, o sea, en un ser angélico. Ha pasado por las experiencias del reino humano al igual como lo hicieron en un remoto pasado un grupo de Ángeles solares y ahora se ha convertido en un miembro más del 5º Reino de las Almas liberadas.
O sea que pasa por el reino humano viviendo experiencias que desarrollan su conciencia. Este desarrollo le permite llegar a ser plenamente consciente de su condición divina.
Así que cuando hablamos del Alma, deberíamos saber que la semilla está en nuestro interior y que las experiencias a través del tiempo nos permiten descubrir nuestra propia realidad. De ahí que las relaciones son necesarias para que podamos reconocernos en cada contacto que establecemos y en cada nueva experiencia.
Habiendo integrado la personalidad aparecerá la autoconsciencia y empezará la construcción del Antakarana, ese Puente de Arcoíris que nos conectará con el Ser que ha sacrificado Su propia evolución por Amor y Compasión hacia la humanidad sufriente.
Una vez se ha construido el Puente de unión la Mónada podrá utilizar la personalidad integrada y consagrada al servicio del Señor del Mundo.
El Ángel solar habrá cumplido Su misión y a la Mónada ya no le serán necesarios intermediarios porque los cuerpos purificados del Iniciado resistirán sin ser destruidos las energías ígneas de Su Ser.
El Ángel solar posee consciencia monádica, al igual como la posee cualquier ser andrógino como son los Maestros de Compasión y Sabiduría. El Plano Monádico es el segundo de los 7 planos dentro de este sistema, de él surgen las mónadas humanas y las dévicas que han de llevar a cabo la evolución del sistema solar. De ahí la gran influencia monádica en esta etapa actual evolutiva en que debe desarrollarse el Amor y Sabiduría que nos llega por medio de Júpiter, el planeta sagrado portador del 2º Rayo Al mismo tiempo el 2 significa dualidad, necesaria para el desarrollo posterior cuando los dos polos se funden en una unidad y surge el tercero, el Hijo, que no es más que la Consciencia Solar.
Siguiendo como de costumbre la aplicación de la analogía hermética, si indagáis sobre todo cuanto representa el número 2 en sentido oculto, en primer lugar habréis hallado algo con evidencias de dualidad para luego daros cuenta de que los pares de opuestos se relacionan entre sí por la Ley del Amor que es la Ley de Atracción.
Marta Parramon Elies
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