miércoles, 5 de noviembre de 2025

El Aspirante a los Misterios y los devas elementales de sus cuerpos !

 


Traducción del Catalán al Español publicado en audio en este bloc el 13/08/17

Conferencia a cargo de Marta Parramon Elies en la Sociedad Teosófica Rama Armonía de Barcelona, Catalunya (España) 2001



Las ansias de penetrar en los misterios ocultos que siente el aspirante espiritual cuando despierta, deben ser precedido por el conocimiento de si mismo, no como un hecho estático y definitivo, sino como una eterna transformación que no tiene límites.

Aunque lo que buscamos se halla en lo interno y más profundo de nuestro ser, al principio no sabemos con certeza lo que esto representa ni como llegar a allí, porque todavía estamos centrados en la personalidad y no sabemos distinguir lo real de lo irreal. Con el tiempo y los conocimientos que poco a poco vayamos adquiriendo se nos irá abriendo la consciencia, aprenderemos a ser impersonales y a separarnos de lo observado, de esta forma podremos ver las cosas tal como son en su verdadero significado. Únicamente actuando de forma objetiva y sin emitir juicios podremos reconocer el fondo de lo observado y aceptarnos a nosotros mismos tal como somos. Será entonces cuando veremos con claridad lo que tenemos que transformar o potenciar y como no, ser conscientes de lo que carecemos, así nos iremos preparando para llegar a ser dignos de ser aceptados en una aula interna de entrenamiento espiritual de la Jerarquía. Habiendo dado el paso que nos adentra en el Sendero de Retorno, donde por primera vez como humanos habremos dejado de dar la espalda a la Luz, iniciaremos el camino ascendente que nos conduce !al Hogar del Padre! de donde surgimos en un remoto pasado como !Hijos pródigos! para descender hasta las profundidades de la materia, adquirir consciencia y evolucionar habiendo olvidado en este descenso nuestras propias raíces divinas.

Si queremos recuperar la consciencia y comprender verdaderamente quienes somos en nuestra esencia y el misterio que yace oculto detrás de todas las formas de existencia, es preciso adentrarnos en las causas que subyacen ocultas tras las formas de cualquier hecho, pensamiento o circunstancia. En el instante en que nos interesamos en conocer el significado profundo de las cosas, se nos abre la consciencia a una nueva percepción y empezamos a interpretar la vida y todo cuanto nos rodea desde una nueva perspectiva. En general, la humanidad común actúa por inercia y la fuerza de la costumbre sin tan sólo preguntarse qué le mueve a obrar de tal o cual forma, porque no se da cuenta de estar viviendo en lo superficial de la existencia. Pero en el momento en que empezamos a hacernos preguntas sobre el sentido de la vida, se abre ante nosotros un campo inmenso por descubrir y unas ansias enormes de conocimiento oculto, pues ahora más que nunca sentimos en nuestro interior la necesidad de ser nosotros mismos. A partir de aquí la mente se agudiza, nos hacemos más observadores y aprendemos a discernir entre lo real y lo irreal, entre lo esencial y lo superfluo que hemos acumulado en nuestras vidas y a lo cual estamos tan apegados.


Poco a poco y debido a las lecciones que aprendemos de la vida y porque nos vamos conociendo al observarnos atentamente, nos damos cuenta de la diferencia que existe entre un pensamiento y un deseo. A primera vista parece fácil de saber, pero cuando la mente todavía no predomina sobre el deseo y las emociones, puede más la consciencia astral que la mental y no somos capaces de verlo debido a la fuerza de la costumbre. Este es el estado de consciencia denominado; Kama-Manas. De ahí que en este largo caminar hacia el Sendero del discipulado, el Alma impulsa al aspirante al desarrollo mental, es esta la razón de que exista la necesidad creciente de conocimiento y que cuando consiga imponer la mente sobre sus deseos de forma natural y permanente y haya aprendido a amar sin esperar retribución alguna, se le abrirá el Portal de la Segunda Iniciación y entrará en el Sendero del discipulado con pleno derecho. Deberá pasar mucho tiempo antes no haya alcanzado la consciencia Causal, sin embargo, al haberse adentrado en el sendero de retorno y al tener sus chacras inferiores al diafragma sumisos a su voluntad, la evolución se acelerará grandemente, así como el desarrollo de la mente superior, entonces habrá aprendido a discernir, a discriminar y a ver con claridad interna la diferencia que existe entre la luz y la oscuridad. Esta es señal de haberse iniciado en un nuevo y más elevado estado de consciencia. Las ansias de transformarnos y de adquirir conocimiento oculto se acentúan al habernos orientado hacia la Luz, aunque todavía no se ha producido conscientemente el contacto con el Alma. Dicho contacto se hace evidente cuando empezamos a servir y nuestra consciencia individualista se siente parte del grupo, entonces esteremos actuando como Alma en encarnación. La consciencia Egoica es grupal, el Alma no conoce la individualidad ni las tendencias personales en si misma, la naturaleza divina de los Ángeles solares es de Servicio y redención de la materia, siendo Su cometido despertar las consciencias y liberarlas de su esclavitud y así, contribuir a llevar a cabo la evolución planetaria, (el Plan del Logos a Quien Ellos sirven.


Algunos aspirantes que se inician en el camino superior empiezan buscando información en las distintas creencias filosóficas, religiosas o de otro orden y en distintos lugares, anhelando encontrar algo superior con lo que puedan identificarse y aunque tanto conocimiento diverso en principio puede confundirlos, sin embargo, algunas almas humanas les es necesaria dicha experiencia para aprender a discernir y finalmente hallar su propio camino con el cual se identificarán (por vibración similar) en cuanto lo encuentren.

Este despertar de la consciencia, cuando hemos andado un buen tramo del camino y despiertan en nosotros las ansias de servir desinteresadamente. llama la atención de los grandes Seres que guían a la humanidad y a partir de entonces estas almas serán atraídas (en su sueño nocturno) hacia las aulas internas de entrenamiento espiritual, a fin de darles la enseñanza y el impulso necesario que los guiará hacia zonas de conocimiento más profundo y los preparará para que se adhieran a las filas de los servidores mundiales, capaces de despertar las consciencias adormecidas de sus hermanos.

Durante la trayectoria que va desde el aspirante espiritual al discipulado, el nivel de consciencia y la comprensión interna va aumentando progresivamente a lo largo de muchas encarnaciones. Actualmente este es un paso importantísimo para un gran sector de la humanidad que está despertando de su letargo y se halla en esta etapa evolutiva.


Adentrándonos en la relación humano-dévica, es importante saber que la humanidad no evolucionamos como un reino separado de los demás, sino que lo hacemos conjuntamente con el reino dévico. Somos dos evoluciones que avanzamos paralelamente unidas produciendo creación. Cada reino evoluciona dentro de su propia Jerarquía, sin embargo la colaboración es mutua y de gran trascendencia evolutiva para el sistema. Sin esta unión sería imposible la evolución tal como la conocemos en nuestra vida planetaria, pues para dar forma a la Creación es precisa la existencia de esta Dualidad porque, para que el Propósito del Creador pueda ser concretado, se precisan formas que den cabida a las entidades que las habrán de ocupar y llevar a cabo la evolución.

Existe una máxima esotérica que la mayoría de nosotros conocemos,.. “ El hombre piensa y el deva construye”

Los Devas en sus diversas jerarquías son Constructores de formas, desde las más densas y materiales construidas por los devas elementales, hasta los grandes Arcángeles constructores de sistemas solares, galaxias o universos. El ser humano es el Creador, el que visualiza mentalmente la forma (consciente o inconscientemente) y los devas la construyen.


Sabéis que existen tres Aulas internas donde se imparten enseñanzas cada vez más amplias y profundas ascendiendo a grados superiores a medida que progresamos y superamos las pruebas o "exámenes" que se nos imponen. El nivel de enseñanzas que se imparten en estas tres escuelas las podemos comparar con la enseñanza primaria, el bachillerato y la universidad. Son las llamadas esotéricamente; el Aula del Aprendizaje para el aspirante, el Aula del Conocimiento para el discípulo iniciado hasta la tercera Iniciación y el Aula de la Sabiduría donde entran los Maestros y Grandes Iniciados. Como veis, corresponden a tres distintos grados evolutivos.

En la primera Aula interna de entrenamiento espiritual donde van los aspirantes, se enseña a conocer al reino elemental y a los espíritus de la naturaleza, esto es de suma importancia, porqué conocer a los devas elementales representa conocer nuestras propias tendencias personales, ya que cada uno de los cuerpos que utilizamos; el físico, el emocional y el mental concreto, los han construido ellos bajo la dirección de un Deva elemental de superior evolución que a la vez, percibe la vibración emitida por los estados de consciencia que el ser humano le ha proporcionado. Podemos darnos cuenta entonces, que es el ser humano con su capacidad mental o de deseos, el que está impulsando la evolución de los elementales constructores de sus cuerpos, o sea, que a medida que el hombre avanza también lo hacen los elementales, que en sí constituyen la materia, una materia que ha de ser redimida por los estados de consciencia superiores que va adquiriendo el ser humano.


La estructura de la forma física la construyen una serie de elementales del reino mineral con los que colaboran los Gnomos, siendo ellos quienes forman parte del reino Mineral o el elemento Tierra. Las Ondinas forman parte del elemento Agua y de todos los líquidos y fluidos que posee un cuerpo. Pertenecen al reino Vegetal y construyen cada una de sus especies en colaboración con las Hadas que dan color y perfume a las flores, además, los Gnomos les facilitan los nutrientes minerales. Los Silfos forman parte del elemento Aire, siendo los más evolucionados de entre los reinos elementales. Ellos cuidan de que el oxígeno, el aire y el sonido fluya a través y por todos los reinos de la naturaleza. En realidad, los elementos se combinan, formando parte y colaborando conjuntamente en la construcción de las formas de todos los reinos.

A medida que los elementales evolucionan y llegados al nivel superior dentro de su elemento, se van incorporando al superior. Así pues, llegados al reino humano, podemos ver que nuestros cuerpos están constituidos de substancia de los cuatro elementos. Además, de un quinto elemento del cual hablaremos próximamente, el Éter.

Las Salamandras y los Agnis del Fuego, (según cual sea el estado evolutivo alcanzado por la entidad de quien se trate) tienen una misión muy especial que cumplir como elemento. Ellos permiten que todo ser en evolución pueda mantener el calor necesario que precisa para poder vivir y evolucionar. Aplicando la analogía entre el macro y el micro cosmos podríamos decir que los Agnis son las entidades mayores que constituyen el elemento Fuego. Ellos son Fuego o radiación solar, el fuego o núcleo central de cualquier planeta, el calor del cuerpo humano o de un simple átomo. Representan la vitalidad, el fuego de kundalini latente en toda vida en evolución, situado en la base de la columna vertebral en ser humano, así como el fuego de los volcanes que arde en el mismo centro de la Tierra. Cuando Agni se retira de la forma, ésta se descompone, porqué en sí el elemento Fuego proporciona la Vida. Este efecto podemos verlo en la Luna, que detuvo su rotación cuando se retiró la Vida de su cuerpo físico, el Fuego central o Kundalini logoico.


Volviendo a la evolución del Aspirante espiritual y haciendo referencia a una etapa bastante avanzada de la enseñanza que este recibe sobre los elementales y porqué su consciencia está fuertemente polarizada en su vida de deseos, se le enseña a conocer a los elementales astrales, puesto que conocerlos a ellos significa conocerse a si mismo. La enseñanza consiste en aprender a hacerlos sumisos a su voluntad superior o sea, a controlar sus tendencias emocionales, siendo el propio ser humano el responsable de que estos devas menores evolucionen. La vibración que emitimos con nuestros deseos más o menos elevados repercute en la evolución del deva elemental responsable de la construcción de dicho cuerpo. Por esta razón en las enseñanzas recibidas se recomienda a los aspirantes al discipulado que utilicen la mente discernitiva analicen y discriminen antes de dejarse llevar por la tendencia astral, que sometan mentalmente a sus tendencias emocionales, aprendan a escuchar la voz de la consciencia y respondan al llamado del Alma. Todo cuerpo inferior o (estado de consciencia) en este caso el astral- no puede ser controlado si no es por el inmediato superior.

Nuestro destino como Humanidad, consiste en conducir a estados de consciencia superiores a los devas elementales dándoles a construir formas de pensamiento lo más elevadas posible. Llegará un momento en que los tres elementales se habrán entrefundido creando una consciencia unificada, naciendo de dicha fusión el poderoso Elemental de la personalidad.

Cuando la mente y el corazón del aspirante al discipulado predominen en su vida y se inicie en el servicio desinteresado, habrá dado los pasos iniciales que hay que dar al prepararse para la 2ª Iniciación.


Marta Parramon Elies


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