Traducción
del Catalán al Español publicado en el bloc “Teosofía Rama
Armonía”.
Reunión
grupal en la Asociación de Amigos de la India de Barcelona,
Catalunya (España) 1990
Empezaremos
haciéndonos una pregunta de suma importancia para el aspirante que
ha dado los primeros pasos en el Camino de Retorno,.. ¿Qué
entendemos por "Despertar"?
Cuando
a través del tiempo avanzamos
hasta el punto en que la
mente está
activa ya no
tenemos
suficiente
con
los
conocimientos
que
hemos adquirido,
entonces
empezamos
a buscar
algo
distinto
que nos motive y oriente hacia nuevos horizontes. Esta
es una
época de grandes
cambios
en nuestra
forma de ser y de vivir
y
aunque
todavía
desconocemos
lo que nos depara el futuro ni lo que realmente queremos,
sin
embargo, sentimos
en nuestro
interior
una fuerza extraordinaria que nos impulsa hacia
algo
que hasta
el momento no nos había llamado la atención. En
general
en esta etapa empezamos
a
ser conducidos desde el alma. Si
traemos tendencias
devocionales
y místicas provenientes del pasado, posiblemente
nos
orientaremos
hacia
la religión
y
la espiritualidad en
sus diferentes facetas, aunque
depende del Rayo que nos
predomine
en la actual encarnación
y el destino que nos aguarde, la orientación puede ser hacia la
ciencia, la
economía, las
artes, la
política, la
educación u
otra tendencia...Sea
cual sea la meta que nos
hemos propuesto alcanzar
será
algo
con
lo cual nos sentiremos identificados y
si
no desfallecemos en el intento, una vez alcanzada dará un nuevo
sentido a nuestra vida, siendo
impulsados
hacia adelante en el sendero
evolutivo
y
en sentido ascendente
a fin de que rompamos los límites que nos hemos
impuesto como personalidades
y
empecemos a cumplir el Propósito
que como almas nos propusimos
antes de encarnar.
Sabéis
que como estudiantes de esoterismo llegados
a cierto estado de consciencia avanzada
es
preciso que
hagamos un
recuento de nuestros valores y empecemos
a “separar el grano de la paja" a
fin de quedarnos con lo esencial.
Daros
cuenta de
que
la
forma
y
todo
cuanto
existe en la vida de la naturaleza que posea un cuerpo físico,
tan
solo es la
apariencia,
el “vestido” que vela
la
realidad
interna. El cuerpo físico tan
solo es
el efecto de una causa espiritual que yace
en el interior de cada forma humana y
nos limita la verdadera expresión como
almas,
pues
tan solo es el vehículo de contacto que nos permite relacionarnos
y por
medio de los sentidos nos
conecta con los cuerpos sutiles astral,
mental y... espiritual, si
lo hemos formado.
Aprender a reconocer lo que oculta la forma es necesario si queremos
descubrir quienes realmente somos y el porqué tenemos que ponernos
este “vestido” que en
su apariencia nos
hace ser distintos de lo que somos en realidad. Cuando
hayamos aprendido a reconocer en nosotros mismos las causas que yacen
ocultas tras la forma, descubriremos la Causa que se halla oculta en
todo ser viviente, o sea, que nos habremos conectado con el Alma del
Mundo.
Al
paso del tiempo, toda experiencia proveniente del pasado y
de
la cual hemos aprendido muchas lecciones,
debería ser trascendida. A partir de entonces es cuando frente a
nuestra percepción interna aparecerá
una nueva realidad presentida,
porque en esta larga búsqueda aún sin darnos cuenta la hemos estado
invocando.
Este
nuevo
estado
de consciencia nos revelará,
Quienes somos en nuestra
verdadera
esencia,
de donde procedemos y cuál es nuestro
destino
como
seres humanos.
Al
igual que si hiciéramos un examen de consciencia, deberíamos ser
capaces de reconocer interiormente
aquello que tiene un mayor significado, lo que consideramos como
esencial y más valioso de lo que hemos conquistado
y
ha despertado en nosotros la inquietud de ir siempre más allá de
nosotros mismos hacia
un objetivo superior.
Tan
solo cuando vaciamos la consciencia de lo que no tiene valor puede
haber lugar para lo nuevo que ha de venir.
Una
vez hecho el recuento de nuestros valores podremos mirar de frente
nuestra propia consciencia y escoger las semillas de más calidad que
hemos
alimentado y
han crecido en nuestro interior y a partir de aquí empezar a
Sembrar.
No
deberíamos
detenernos
aunque la vida nos ponga dificultades, (que
siempre las hay)
la realidad que hemos conquistado a costa de duro esfuerzo nos da la
fortaleza necesaria para no decaer. Ahora somos conscientes y
habiéndonos convertido en “Sembradores”, tenemos el deber de
sembrar en tierra fértil, allí donde las almas anhelantes están
esperando acoger las semillas con el corazón abierto.
Un
ejemplo que a menudo he puesto es el del excursionista que quiere
ascender a una alta montaña (símbolo de elevación espiritual)
cargado con su mochila (sus apegos personales) llena de objetos
innecesarios.
Pero
a medida que asciende cuesta
arriba la
dificultad es más grande, la fatiga lo detiene, no puede respirar
bien
y
le es imposible seguir adelante. Si
quiere
llegar a la cumbre no
tendrá otro remedio que
irse aligerando de su carga, hasta quedarse únicamente con lo
esencial e imprescindible y si aún
así es
mucha la dificultad, (que
lo será),
tendrá que abandonar la mochila y todas sus pertinencias. Entonces
se habrá aligerado totalmente de su carga, se sentirá libre y la
ascensión culminará felizmente.
Existen
discípulos
en probación que desdichadamente, no tienen la fortaleza ni la
voluntad superior suficiente para sortear
todos
los obstáculos que vaya encontrando en
el camino ascendente.
Habrá quien
desista
de seguir escalando
porque
le faltarán las fuerzas o quizás
para
no tener que desprenderse de sus apegos;
físicos,
emocionales o mentales, o tal vez, porque le faltará
la confianza en sí mismo y preferirá
dar marcha atrás pensando que lo volverá a intentar en otra ocasión
cuando se sienta más fuerte y
no tenga tantas limitaciones kármicas. Pero
lo
que no recuerda es que
la montaña está
ahí para ser ascendida, que
el karma se acumula de una encarnación a otra y tarde o temprano
tendrá que trascenderlo y
llegar
a la cumbre si quiere liberarse y
lo
más probable es que la oportunidad que se le está dando actualmente
no vuelva a presentarse en esta encarnación.
Vivimos
inmersos dentro de un escudo que nosotros mismos hemos construido
para protegernos de todo cuanto pueda alterar nuestra vida y que
hemos ido construyendo con gran esfuerzo. Pero cuando nos dejamos
atrapar por lo que hemos conquistado en
el mundo material,
cuando nos apegamos de tal forma a ello, sin darnos cuenta nos
convertimos en las víctimas de nuestras propias seguridades.
Romper
los límites no significa que en una encarnación determinada podamos
hacerlo sin más aunque
experimentemos
una
expansión
de consciencia, sino que se trata de ir dejando atrás a cada
instante lo que pertenece al pasado, de
lo cual algo hemos aprendido, pero que sin
embargo nos
limita la libertad.
Toda
encarnación requiere renuncias, desde las más personales hasta las
más superiores que podamos imaginar; la renuncia a los conocimientos
espirituales y al Maestro producen
una tremenda crisis de conciencia,
son las pruebas
más
duras y difíciles de
pasar, así
como la
renuncia a la propia individualidad
al
recibir
recibe la 4ª Iniciación y el
Arhad se
libera totalmente de su consciencia humana para entrar en el 5º
reino.
Imaginad
lo que significa para este
Ser
tener que desprenderse totalmente de la
conciencia
adquirida en el largo ciclo de encarnaciones dentro del reino humano.
Sin embargo, ahora Sabe por propia experiencia que los planos de la
materia tan
solo son una ilusión, un sueño del cual ha despertado.
Visto
desde la perspectiva actual en que formamos parte del reino humano
nos
da miedo
tan
solo con pensar que algún día tendremos que destruir el cuerpo
causal
y con él nuestra individualidad.
Pero
desde la
perspectiva superior alcanzada la
forma como es vivida dicha renuncia cambia sensiblemente.
La
Mónada desciende
a
los mundos de la materia empezando la
evolución aquí en la Tierra
como
mónada
mineral,
teniendo
que renunciar progresivamente
a cada reino inferior trascendido
para seguir ascendiendo en la escala evolutiva de un reino a otro,
convirtiéndose
una
vez alcanzada la perfección en dicho reino, en
una
Mónada
vegetal, luego
animal,
humana y
súper
humana, hasta
haber cumplido
el propósito
por
el cual encarnó regresando
como Hijo Pródigo al Hogar del Padre, de donde surgió en
el principio para
adquirir plena consciencia en todos los planos y sub planos donde se
desarrolla
en
este segundo universo la
“Consciencia” del Creador.
En
cada paso que damos hacia adelante ampliamos
la
consciencia, expandiendo
los límites de nuestro círculo infranqueable
ampliando
la visión y adquiriendo
la oportunidad de ir más allá, siendo la próxima meta un
objetivo más amplio, sutil y más
lleno
de significado.
Sabemos
que lo
que somos hoy es el fruto del pasado, habiéndose
sucedido
causas y efectos de una encarnación a otra de
forma
interminable, hasta
que
a
partir de cierta etapa evolutiva
empezamos
a
sintetizar
al desprendernos de lo no esencial y
a adquirir nuevos y más elevados valores. Además
de haber incorporado
nuevas experiencias que nos han abierto la auténtica
comprensión
de
lo que significa en
su conjunto la
evolución planetaria,..el
Plan de Logos)
Una
comprensión que no es despertada
únicamente por
las
enseñanzas
que nos
brindan los
libros sagrados, sino
una
nueva
y más elevada interpretación
de
su contenido.
Es
preciso
romper
los límites que nos confinan en la inercia del pasado y entrar en la
corriente de la nueva era como
almas libres
del peso que tanto nos condiciona, abiertos a las Leyes divinas
que iremos descubriendo y
que ya
están empezando a
regir mundialmente.
Cuando
nos adaptemos a ellas
la
Fraternidad mundial se
habrá hecho realidad.
Marta
Parramon Elles
Comentario
Hola
Marta y companys,
Si
así es, un camino donde lo importante no es la meta sino el camino
mismo. En este sentido, como bien dices Marta, el desapego para
llegar a la cima es la clave, desapego que no es resignación sino
aquella actitud que no niega la realidad, sino que "sin cerrar
los ojos" es consciente de las dificultades, pero las afronta
con un corazón abierto que nos da la espontaneidad de la
vida.
Siempre
me ha gustado la frase "solo hay que reconocer el siguiente paso
a dar" porque muy a menudo el exceso de información/
posibilidades/
deseos/aspiraciones/apegos/mente
…, nos confunden, y no nos permiten ver algo tan sencillo como el
presente más
inmediato,
aunque solo sea el salir a la calle a comprar algo que necesitamos y
por el camino saludar a un vecino, ver una flor o sentir la brisa de
un atardecer.
Un
abraçada
Respuesta
La
simplificación de la propia vida es la clave.
Sabemos
que los conocimientos pueden llegar a saturarnos
volviendo
cada vez más compleja
nuestra mente. Con
esto no quiero decir que el conocimiento no sea necesario, pero todo
tiene sus límites que sin duda deberíamos saber reconocer.
Cuando
a menudo hemos hablado de la renuncia o el desapego, no se trata de
esperar a ser grandes discípulos para ponerlo a la práctica, se
trata de ser capaces de no apegarnos a partir de ahora mismo, de
utilizar lo adquirido en el momento oportuno y quedarnos tan solo con
lo esencial.
Desde
que venimos al mundo y empezamos a ser conscientes, física, astral y
mentalmente tenemos que renunciar constantemente a algo, porque la
dualidad forma parte de la vida y en este camino siempre hallamos
bifurcaciones que nos fuerzan a decidir seguir por un camino u otro,
renunciando naturalmente a uno de ellos.
¿Porque
sufrimos tanto? Generalmente por
la indecisión, porque
nos resistimos a escoger uno de los dos caminos, no queremos
renunciar a lo que conocemos y nos da seguridades o porque los dos
caminos son atrayentes y entonces es cuando nos damos cuenta que
tarde o temprano tendremos que escoger un camino u otro. El de la
derecha ascendente, pero lleno de inseguridades o el de la izquierda
conocido que nos inmoviliza
y detiene la evolución o nos hace retroceder. Llegados a cierto
estado de consciencia no existe el término medio, únicamente existe
el Bien y el Mal.
Frente
a este dilema nos damos cuenta que el camino de la derecha conduce a
una alta
montaña
que se
debe escalar
hasta
llegar a la cumbre. Aunque
queramos
ascender no
podremos
cargar con todo el peso adquirido por
nuestro pasado, porque
nada más empezar ya nos habremos
rendido. Sin embargo, si no queremos quedarnos rezagados deberíamos
perder el miedo y aventurarnos por caminos no trillados todavía
Como
he dicho anteriormente, es precisa la simplificación, ser sencillos
e inteligentes (como tu mismo comentas) pero libres por completo del
peso de los recuerdos, las costumbres, tradiciones
y también de la mayoría de conocimientos intelectuales que tan solo
reservamos en la memoria como algo concreto
y superficial.
Hay que desechar lo inservible, aquello que en su momento nos fue
útil, pero que ahora ya pertenece al pasado.
Tan
solo
hay
que reconocer el siguiente paso a dar, como
bien dices tu...
pero para dar este paso tendremos
que ser intrépidos
a fin de poder afrontar
lo desconocido, acostumbrados como estamos a las seguridades, pues el
camino espiritual está lleno de misterios que tan solo
lo
desvelaremos
cuando hayamos dado el paso.
Una forta abraçada
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