Conferencia
a cargo de Marta Parramon en la Asociación de Amigos de la India de
Barcelona, Catalunya España) 1995
A
menudo se habla del karma como si fuera un castigo impuesto sin un
motivo aparente al no ser conscientes de haber obrado mal y esto
ocurre porque no sabemos que la mayor parte del karma proviene de
otras encarnaciones, de un lejano pasado totalmente olvidado. Nos
sentimos víctimas inocentes y nos preguntamos el porqué, . ¿Qué
fuerzas poderosas se mueven más allá de nuestro entendimiento que
no podemos controlar?
Al
entrar en los estudios esotéricos va surgiendo una nueva comprensión
de lo que significa la evolución humana y planetaria en conjunto, al
irse desvelando lo que para nosotros habían sido misterios sobre el
sentido de la vida. Entonces empezamos a entender el porqué son
impuestas las Leyes del karma y de Renacimiento mientras nos
desarrollamos dentro del reino humano. Quisiéramos evitarlas, pero
aunque
fuéramos las mejores personas del mundo no podríamos hacerlo,
porque sin la imposición del karma la evolución no avanzaría ni
podría cumplirse el Propósito del Logos de llevar a todo ser creado
a la perfección.
Saturno
es el Mayor de los Señores del Karma, está estrechamente vinculado
con nuestro Logos planetario desde tiempos inmemoriales, poseyendo un
gran poder sobre la Tierra, siendo
el
planeta más denso y comprimido cuya fuerza gravitatoria mantiene
preso
a
todo ser, reino y especie que se desarrolle en ella.
Del
estudio sobre este vínculo entre los dos Logos, surgen varios
interrogantes y quizás algo más
de
comprensión al profundizar en ello, . ¿Quién es realmente nuestro
Logos planetario? Se
dice que es
un Gran Ser Creador cuyo cuerpo de manifestación, la Tierra, no es
sagrado, y sin embargo, mantiene este estrecho vínculo con el Logos
de Saturno cuya naturaleza sí
es
Sagrada.
El
Logos de Saturno es uno de los Grandes Constructores del Sistema. Uno
de los 7 Espíritus ante el Trono de Dios. Un gran Arcángel
Constructor de mundos. Es el Mayor de los cuatro Señores del karma.
Introduce y
acentúa
en el Sistema la energía cósmica del 3.er Rayo, dirigiéndola
de forma específica a
nuestro planeta Tierra,
o
sea que Saturno y la Tierra irradian
y estan regidos por
la misma energía de Rayo, aunque
evidentemente
no
existe comparación alguna en el efecto y
la forma como es utilizada por
cada uno de ellos y
especialmente, porque la Tierra no es Sagrada.
Es
posible que el vínculo entre ambos Logos provenga del sistema solar
anterior en que el primer Logos solar desarrolló al máximo la
Inteligencia, puesto que el primer Sistema estaba regido por el 3.er
Rayo de
Inteligencia Activa.
Con esta energía y
junto
al 2º Rayo de Amor Sabiduría transmitido por el Logos Solar
actual, el Logos planetario está tratando de desarrollar al máximo
la Consciencia planetaria.
A
los
Cuatro Señores del Karma
se los
simboliza con una Cruz cuyo significado está relacionado con todo
cuanto represente el número 4 en este Sistema., siendo el 4º reino
humano un buen ejemplo. El brazo vertical simboliza al Espíritu y el
horizontal a la materia. El centro donde se entrecruzan forma la Cruz
del Karma, donde simbólicamente el discípulo iniciado está
crucificado entre cielo y tierra mientras sirve a la Jerarquía. En
esta etapa el discípulo se halla como si estuviera “en tierra de
nadie” no es enteramente humano ni enteramente divino, de ahí que
viva una gran crisis de consciencia y sacrificio constantes, teniendo
la
sensación de estar suspendido entre cielo y tierra. Está ahí en el
centro de la Cruz compartiendo
el karma de la humanidad,
con los brazos extendidos, una mano tendida hacia abajo, ayudando a
sus hermanos a ascender y la otra extendida hacia lo alto, conectado
con lo divino, haciendo de Puente de Unión, por Amor y Compasión
hacia sus hermanos.
Recuerdo
una frase del Maestro Tibetano referente a este comentario que
dice así,
."El discípulo iniciado que sirve, vive en el mundo sin ser del
mundo"
La
aplicación de la Ley de Retribución, como también se denomina a la
Ley del Karma, nos da la oportunidad de transformar la materia en
Luz, con el fin de que un día en la conciencia planetaria no quede
ni un solo residuo de oscuridad. Saturno nos obliga a afrontar el
pasado una y otra vez hasta que surge de nuestro interior una nueva
comprensión y descubrimos que toda causa produce unos efectos. Que
nuestros actos, sean buenos o malos, al
igual que un boumeran, tarde
o temprano regresan a nosotros.
El
karma siempre proviene del pasado, ya sea cercano o lejano, generado
en la actual encarnación o en las anteriores. En realidad, la
evolución desde el principio de los tiempos está formada por una
sucesión de causas y efectos, esto significa que lo que somos en la
actualidad, individual o colectivamente, no es más que el fruto del
karma que hemos acumulado al generar consciencia una vida tras
otra.
Actualmente
nos hallamos frente al reto más importante que la humanidad hemos
tenido que afrontar desde el principio de la evolución en esta
cuarta ronda. Nuevas energías procedentes de una estrella de la
constelación de Acuario se están introduciendo en el Sistema
alterando todo lo establecido. Su energía es dinámica, produciendo
una transformación constante en los valores, en las consciencias y
en las formas, obligándonos a romper con todo lo establecido, la
crisis de resistencia es inevitable y esta actitud crea un poderoso
karma.
Esta
situación la estamos viviendo en este nuevo ciclo de Acuario en que
su regente planetario Urano, portador del 7º Rayo, nos obliga a
adoptar unos valores totalmente innovadores, dinámicos y adaptados a
las necesidades del momento. La inestabilidad que nos trae Acuario
nos obligará a estar atentos al presente inmediato. Podríamos decir
que es el extremo opuesto de lo que representa Saturno. Esta
divergencia de energías es lo que genera el conflicto actual en el
mundo entre estos dos grupos predominantes de seres humanos; los que
responden al conservadurismo Saturnal
aferrado al pasado y a las seguridades, y aquellos más
Uranianos, que
anhelan la libertad, el progreso y construir creadoramente por sí
mismos un nuevo mundo.
Urano
se irá imponiendo a medida que vayan encarnando nuevas almas y
personalidades de 7º Rayo capaces de establecer nuevas formas de
relación
en todos los ámbitos del vivir. Lo desconocido acostumbra a darnos
miedo, sin embargo, Acuario no nos permitirá adormecernos, tan solo
se trata de adaptarnos y
dar respuesta a
cada instante a lo que vaya viniendo.
Este
proceso de cambio ya se está precipitando sobre la Tierra, la era de
Piscis quedó atrás y estamos viendo de manera acelerada que los
cambios son inevitables.
Han
de cambiar totalmente los conceptos que tenemos sobre la relación de
pareja, familiar y socialmente.
Está naciendo una nueva cultura en que el concepto de individualidad
ha de dar paso a la colaboración mundial en todos los aspectos. La
memoria dejará de condicionar a las futuras generaciones y esto
significa que el pasado ya no regirá por
completo nuestras
vidas. Esta capacidad de no dejarnos condicionar por los recuerdos de
lo aprendido, ya sea en
las relaciones, creencias de todo orden, o conocimientos, nos
librarán grandemente del karma, porque el propio dinamismo acuariano
nos impulsará a vivir el día a día, el presente inmediato.
Todo
en absoluto dará un giro de 180 grados. No podemos buscar
seguridades en esta nueva era, tendremos que aprender a vivir el
presente y adaptarnos a las circunstancias a cada instante de
nuestras vidas. Este dinamismo cambiará el mundo en pocas
generaciones. El proceso de avance en la evolución se acelerará
grandemente porque la mente vibrará en una nueva sintonía más
científica y al propio tiempo más creativa e intuitiva y
libre
de los prejuicios que nos impiden ser nosotros mismos.
En
todo este proceso de cambio interviene el karma, porque antes de
considerarnos acuarianos tendremos que recapitular las experiencias
vividas en la era anterior, afrontarlas y ser plenamente conscientes
de que es urgente un cambio en la consciencia mundial.
La
Libertad unida a la responsabilidad y el bien común han de ser los
valores que prevalezcan en las relaciones y la comunicación entre
todos los seres humanos sin excepción.
Saturno
nos frena, detiene e impide llevar a cabo lo que nos proponemos si
antes no hemos descartado lo inservible, para que afrontemos de
frente
y
sin miedo la situación y nos demos cuenta de que la evolución no
puede existir sin movimiento. Para ello es preciso renunciar a algo
(no me refiero a los objetos, al dinero o a seres queridos, sino
también a nuestros deseos, recuerdos, tradiciones, conocimientos,
costumbres y creencias, a lo cual estamos fuertemente apegados y nos
inmovilizan, hundiéndonos en la crisis y dejando perder la
oportunidad que se nos da de dar un paso importantísimo hacia la
liberación del Alma al
iniciar una etapa superior del camino.
El
karma y la fuerza de la Gravedad están estrechamente relacionados.
Si encarnamos una y otra vez en la Tierra es porque su potente
magnetismo nos atrae y esto significa que todavía nos identificamos
con la materia. El día que nos hayamos librado del peso del karma,
dejaremos de encarnar, habremos invertido los valores y nuestra
atracción hacia la materia se habrá diluido para ser substituida
por la fuerza expansiva del Espíritu.
Entonces
las puertas al reino de las Almas se abrirán de par en par y nos
permitirá ver Quienes verdaderamente
somos
en nuestra esencia divina.
Marta
Parramon Elies
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