jueves, 24 de marzo de 2022

El discipulado consciente!

 


En el año 1945 Alice Bailey dio a conocer al mundo las enseñanzas del Maestro Tibetano, mostrando a la humanidad avanzada que existía un camino superior y que de seguirlo la conduciría a la liberación. Por aquel entonces en todo el mundo únicamente había 400 discípulos encarnados consagrados al servicio de la Jerarquía, la gran mayoría de ellos en cuerpos masculinos. Imaginad lo insignificante que era este pequeño grupo entre tantos millones de almas encarnadas. Sin embargo, durante los años transcurridos hasta el presente y por el hecho de estar produciéndose un cambio de era y de energías, se han sucedido varias generaciones de almas que han encarnado a la par en cuerpos femeninos y masculinos, lo suficientemente capacitadas espiritualmente para preparar la Venida del Instructor del Mundo, inaugurar la nueva era y dar a conocer a la humanidad que existe otra forma de vivir basada en unos valores eternos que conducen a la armonía, al orden y a la verdadera paz y fraternidad mundial. 

El Plan que los Maestros llevan a cabo por medio de Sus discípulos consiste en dar un impulso a la evolución espiritual planetaria y dirigir las consciencias hacia una nueva dirección, pero este proceso únicamente será posible si la humanidad despierta de su letargo. Es por este motivo que los aspirantes y discípulos predispuestos a servir son entrenados en los grupos internos de la Jerarquía, a fin de que se capaciten para despertar las consciencias e introduzcan Luz en las mentes y Amor en los corazones de aquellos seres humanos que tan solo necesitan un estímulo superior para decidirse a dar el paso definitivo hacia el Sendero de Retorno. Aunque a un aspirante al discipulado se lo instruya sobre los principios fundamentales de la Sabiduría Eterna, también se le pide que actualice las enseñanzas de forma voluntaria y creativa según sus capacidades, y las adapte a la etapa actual evolutiva que la humanidad ha alcanzado, mental y espiritualmente. 
Hoy en día ya no se pueden impartir las enseñanzas como se hizo en el pasado. Los discípulos de la era de Piscis vivían una vida mística alejada del mundo, regidos ciegamente por dogmas y supersticiones impuestas por las enseñanzas y fanatismos religiosos, y aunque su devoción fuera muy elevada y lo sintieran en su ser más profundo, todavía estaban orientados astralmente. Ellos se sentían como el rebaño siguiendo al Pastor. Todas las enseñanzas esotéricas sobre la Sabiduría Eterna siempre deben ser fieles a sus Principios, pero si no se adaptan a la evolución mental y espiritual alcanzada por la humanidad avanzada del tiempo que les ha tocado vivir están destinadas al fracaso. Los aspirantes y discípulos aceptados hoy en día deben convertirse en faros de Luz, son almas lo suficientemente adultas como para hacerse preguntas y respondérselas por sí mismos, de manera que se hagan responsables de las enseñanzas que imparten sin tener que importunar al Maestro para que les diga constantemente de que manera y donde deben servir. 
Si el Maestro nos da un servicio es porque confía en nosotros y sabe que podemos realizarlo. Al principio cuando nos comprometemos a servir, nos da miedo equivocarnos, decir algo incorrecto o que no se ajuste a las enseñanzas recibidas porque tememos no haberlo comprendido. Sin embargo, este es un proceso normal, el aprendizaje es necesario y podéis estar seguros de que incluso los Maestros que en su día fueron aprendices de discípulos también se equivocaron, pero es así como se aprende y es así como nos formamos y un día podremos llegar a ser Maestros.
Actualmente, la gran mayoría de servidores, aún habiendo entrado en las enseñanzas esotéricas, siguen siendo devocionalmente místicos y de esto un observador más avanzado puede darse cuenta al ver la forma que tienen de impartir las enseñanzas. En realidad no pueden afirmar que son ocultistas en el sentido más profundo de la palabra. Un ocultista se forma cuando el amor devocional del místico, generalmente dogmático, y la mente superior intelectual, se fusionan. De ahí la necesidad de ser nosotros mismos, de extraer de nuestro interior toda la comprensión adquirida (no me refiero al conocimiento sino a lo que este ha despertado en nuestro ser). Es entonces cuando la mente superior y el amor unificados dan vida al nuevo Hombre. 

Las tendencias de los Rayos pares, impulsan al Alma en evolución hacia el aspecto devocional y religioso, así como los Rayos impares son de tendencia más mental y científica. (Los dos grupos se rigen por la Ley de dualidad, al igual que todo lo creado en este segundo universo) Durante una larga etapa evolutiva parece haber una gran distancia entre ambos; sin embargo, la evolución los va acercando paulatinamente hasta que bien entrados en el Sendero del discipulado se produce la fusión. Ninguno de los dos puede alcanzar la liberación por separado. Ya no son místicos ni tampoco ocultistas, son seres cuya sabiduría los ha conducido a la plena consciencia de Unidad esencial de la que forman parte. 
 
Es necesario estar bien preparados para el servicio porque la situación planetaria es acuciante. Acuario es La Era de las Comunicaciones, tanto internas como externas y su finalidad consiste en unificarnos en todos los sentidos con el resto de la humanidad y también más estrechamente con los demás reinos sub humanos, especialmente con el animal. Cuando un reino da un paso adelante, los inferiores también lo dan. Esto nos da a entender que los apegos deben ceder el paso al altruísmo, al desprendimiento, a la consciencia de fraternidad y la capacidad de compartir. Las teorías y la dependencia pertenecen a la consciencia de la era anterior, es necesario ser prácticos y que los conocimientos adquiridos dejen de ser una teoría para de esta forma estar preparados para poner los cimientos del edificio que habrá de sostener la nueva civilización. Acuario ha de manifestar el Espíritu encarnado en la materia. Es una era práctica y la humanidad tenemos que empezar a asumir nuestras responsabilidades pensando en el bien común, no únicamente en una pequeña parte. 
En las obras de cada día y en todas las relaciones que establezcamos allí donde el destino nos lleve, no intentando inculcar nuestros conocimientos, sino dando ejemplo, amando sincera y desinteresadamente. El verdadero servicio consiste en despertar las consciencias y el Amor demostrado de manera inteligente es lo único que puede despertarlas, de manera que cada cual siga el camino que le señale su Alma sin imposición de creencia alguna. Cuando desarrollamos la mente superior y el verdadero Amor descubrimos que el Dios que hemos adorado, quizás durante varias encarnaciones, no está fuera de nosotros tal como nos enseñó la religión. 

Muchísimos seres humanos han dado la vuelta al mundo e ido a los confines de la Tierra buscando al Maestro para que le instruya sobre los grandes Misterios y como establecer contacto consciente con su Alma, sin saber que el Maestro y el Alma son Uno y además no son humanos. Ellos pertenecen a un Reino superior del Cual nada sabemos, trascendieron esta etapa hace quizá, miles de años. Además, que cuando el discípulo está preparado para recibir el reconocimiento del Maestro, es Este Quien se acerca al disccípulo, no a la inversa. 
Cuando buscando al Maestro hayamos dado la vuelta entera al mundo nos hallaremos de nuevo en el punto de partida. Esta era la meta que perseguíamos, porque Dios, El Alma y el Sendero se hallan en nuestro corazón y es aquí donde deberíamos buscarlo, no en lo externo a nosotros. 
La causa de nuestro caminar por la vida buscando respuestas en los conocimientos religiosos o esotéricos no es más que añoranza, el recuerdo inconsciente de nuestros orígenes divinos a los cuales deseamos retornar. Estemos atentos a nuestros actos, pensamientos, deseos e inspiraciones superiores, pues ellos nos dirán a cada instante donde tenemos enfocada la consciencia.
 
Cuando en vez de pedir sintamos la necesidad de dar lo mejor de nosotros mismos sin esperar reconocimiento alguno, habremos dado el paso definitivo en el Sendero de Retorno y nos habremos convertido en verdaderos servidores de la Gran Fraternidad Blanca. Este cambio en la consciencia nos indica que ha llegado a nosotros el llamado del Alma. Con el tiempo, la meditación y el servicio nos reconocemos como seres divinos, descubrimos el porqué hemos encarnado, el servicio que debemos prestar y cuál es el grupo egoico al cual pertenecemos. Las preguntas y la incertidumbre sobre nuestra procedencia egoica, el servicio que debemos prestar, cómo, donde y de que manera, son una duda constante en las primeras fases del discipulado. No penséis que todos los seres humanos avanzados espiritualmente, como puede ser un discípulo e incluso un iniciado, saben con certeza desde su juventud para que ha venido al mundo. Si estudiáis la vida de los grandes Iniciados que han encarnado en cuerpo físico, veréis que muchos de ellos para saber Quienes son, han de pasar varios años de su vida, antes no despiertan la plena consciencia y comienzan el Servicio que han venido a prestar. Quizás todavía quedan residuos kármicos en su consciencia pendiente de encarnaciones anteriores que deben ser trascendidos. También puede ocurrir que deba esperar a que se produzcan ciertos aspectos planetarios en los cielos que favorezcan con sus energías la misión que ha venido a cumplir. 
Un aspirante al discipulado debe saber cuáles son sus líneas de rayo, especialmente el rayo del Alma y el de la personalidad, porque esta última ha de convertirse en su instrumento. De esta forma, además de saber cuál es su Sendero y de donde procede como parte de su grupo Egoico, sabrá de qué equipo personal dispone como instrumento del alma, que le servirá para llevar a cabo el servicio que le sea asignado por el Maestro. Seguramente muchos de vosotros sabéis que existen 7 Grupos egoicos, cada cual respondiendo a uno de los siete rayos. Nuestra procedencia parte de uno de los Señores de Rayo y de un planeta Sagrado, por lo cual estudiando las características de los 7 rayos, observándoos a vosotros mismos y agudizando un poco la intuición, podréis averiguar quien es vuestra familia espiritual, cuáles sus características y la clase de servicio que estáis destinados a llevar a cabo. Puede ser en la política, en la educación, en la filosofía, en el arte, la ciencia, en la religión o en algún sector social donde debáis aplicar el orden o hacer reformas. Esto no significa que el destino os tenga que llevar a ocupar un cargo de relevancia social o de cualquier otro orden, podéis ser aspirantes, discípulos aceptados e incluso iniciados, vivir una vida de familia aparentemente común y pasar desapercibidos. Sin embargo, quienes hayan adquirido cierto nivel de sensibilidad espiritual sabrán reconoceros, " Por sus frutos los conoceréis". 

 Marta Parramon Elies 

 Comentarios 

Es muy difícil para quien no tiene la intuición mínimamente desarrollada poder percibir cuáles son sus rayos, puesto que en cierto modo todos nos afectan y a todos respondemos, seamos conscientes o no. Es uno de los problemas que se plantea (imagino) a quienes desean conocer sus rayos, puesto que se ha de tener una personalidad bien integrada o un alma que predomine con fuerza en el individuo, para que se distinga sin ninguna duda sus rayos. Es parte del juego de la vida, experimentar, probar, errar o acertar, y así ir progresando, pero no deja de ser un aspecto, este el de los rayos, que si se supiese con exactitud, podría ayudar. Respuesta Sabemos que nuestro universo es septenario, por lo que las energías de los siete rayos que son la manifestación de Siete Grandes Constructores procedentes de las estrellas de la Osa Mayor, penetran en el sistema atraídos por el Logos a fin de poder llevar a cabo Su Creación. Sin embargo, al igual que toda entidad microcósmica, el Logos posee una característica particular de rayo que le da una cualidad propia y distintiva. En este caso como Alma, es la del 2º Rayo de Amor y Sabiduría. Una vez las ha asimilado y cualificado con Su Rayo de Amor las expande a través del aura solar hacia los confines de Su círculo infranqueable. La analogía es perfecta si sabemos ver que cada entidad solar o humana, poseemos siete centros o chacras. Las energías "viajan" por el espacio compenetrando todo cuanto existe sin detenerse jamás. Cuando hacen impacto en nuestros vehículos, producen cambios y alteraciones más o menos perceptibles, trastocando nuestros estados de consciencia, haciendo resaltar, a veces de forma trascendente nuestras tendencias personales o egoicas. Estén despiertos o no, los chacras distribuyen las energías para vitalizar todo el organismo. El tipo de energías a que responda cada uno de ellos vendrá dado por la línea de rayo egoico, personal, astral o físico., por su karma o estado evolutivo y según el signo solar que haya nacido le regirá las energías de un planeta u otro y un elemento determinado. También sabemos que los chacras por encima del plexo solar cuando son activados por las energías de rayo, despiertan estados de consciencia superiores en el ser humano. Los chacras que tienen más activos la humanidad común son los inferiores al diafragma, lo cual revela al clarividente el nivel evolutivo del individuo en cuestión. Los chacras principales en esta etapa evolutiva logoica son los planetas sagrados. En la religión católica son llamados "Los Siete Espíritus ante el Trono de Dios". Pero aunque recibimos todas las energías de rayo no significa que seamos receptores a todas ellas. En primer lugar, porque en el momento de individualizarnos penetró en nuestra alma infantil la energía de rayo de nuestro Grupo Egoico, un subrayo monádico de nuestro Ángel solar. Este rayo regirá nuestra evolución humana hasta el día en que entremos en el quinto reino y liberemos al Ángel. A partir de entonces sabremos cuál es nuestro rayo espiritual Monádico porque habremos ascendido al nivel del Ángel solar. Al rayo de la personalidad únicamente se responde si el individuo está integrado, pues generalmente un aspirante espiritual regido por sus deseos, el rayo que más predominará en su vida será el de su cuerpo astral. Si somos conscientes del rayo al que pertenecemos como almas, también sabremos cuál es el de nuestra personalidad y aún más el rayo del cuerpo astral, pues lo superior siempre incluye lo inferior. Hay que profundizar y ser constantes en el estudio y la observación si realmente estamos interesados en descubrir quienes somos, de donde venimos y hacia donde nos dirigimos, pues al hacerlo sabremos con exactitud cuál es nuestro Sendero, para que servicio estamos capacitados y cuál es el propósito de nuestra Alma. Además, sabremos de qué planeta sagrado procedemos como grupo egoico. 

Pregunta 

Cuando los siete rayos estén en plena armonía, veremos este gran cambio en favor de la humanidad. Cuando esto suceda habremos llegado a la edad adulta. Seremos Almas en Irradiación… En el Servicio prestado la inquietud hace que nos movamos y lleguemos a liberarnos. 

Respuesta 

Toda vida existente es el resultado del trabajo constructor de los 7 rayos. Nos transmiten con su vibración particular una cualidad propia a cada uno de los cuerpos que utilizamos; el físico, emocional, mental... Cuando estos tres rayos se sintetizan, surge un rayo más potente, el de la personalidad, que predominará a partir de entonces con más fuerza para ir dando paso al rayo del Alma. Más adelante el rayo personal y el causal, también se sintetizarán y entonces descubriremos cuál es la Fuente de donde surgimos y cuál es nuestra primordial vibración espiritual, el Rayo Monádico. Pero cuando todavía somos aprendices no sabemos usar estos maravillosos instrumentos que nos llegan a través del Logos solar. Aunque cada uno de los siete rayos confiere una cualidad propia que le caracteriza, en realidad la energía es neutra. Podemos poner un ejemplo; es lo mismo que cualquier instrumento sofisticado que llegue a las manos de un niño sin experiencia. Si no sabe como utilizarlo puede hacerse mucho daño o causar algún desastre. Sin embargo, a medida que nos vamos haciendo "adultos" aprendemos a emplearlo, pudiendo realizar con él grandes y magníficas obras de arte. No son las energías las que nos traen desarmonía, sino que somos los seres humanos quienes no sabemos adaptarnos a ellas. El único Sendero que nos conduce a los pies del Maestro y a la Iniciación es el Servicio. 

 Un fuerte abrazo

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