Actualmente en el mundo están encarnando iniciados, discípulos y aspirantes en probación cuya preparación y responsabilidad espiritual frente a las necesidades del mundo los ha conducido a la manifestación física, a fin de darles la oportunidad de entrar a formar parte de las filas externas de los servidores mundiales.
Han encarnado en una etapa en que la consciencia humana está sufriendo grandes crisis de reajuste, debiendo hacerse profundos cambios de adaptación a los nuevos tiempos. Cambios internos cuyas consecuencias se verán externamente en sus obras, dando la oportunidad a los aspirantes en probación de demostrar que están preparados para convertirse en discípulos, cuando sus personalidades se consagren al servicio.
El discípulo sirve al Maestro y su campo de servicio es la Humanidad.
Desde el discípulo más humilde que ha sido aceptado recientemente hasta los iniciados de todos los grados y algunos Adeptos, están encarnando físicamente, siendo la avanzada de la exteriorización de la Jerarquía.
Dicha exteriorización estaba prevista desde que las energías de Acuario empezaron a penetrar en nuestro Sistema solar y particularmente, en nuestro planeta.
Muchos miles de años atrás la Jerarquía habitaba la Tierra. Sin embargo a mediados de la era Atlante dicha civilización empezó a corromperse, penetrando en los niveles más peligrosos del plano astral, practicando la magia negra y el psiquismo inferior para satisfacer sus más bajos deseos, atrayendo hacia la raza las fuerzas del mal que los condujo a la involución, entablándose una gran lucha en los niveles internos entre la Jerarquía Espiritual y las Fuerzas de la Oscuridad.
Actualmente la lucha vuelve a producirse, sin embargo la humanidad está desarrollando su cuerpo mental. Esta vez tiene su consciencia enfocada en la mente y la mente es reveladora la Luz. El ser humano actual tiene una mayor consciencia del bien y del mal y es más capaz de pensar por si mismo, no era así en la era Atlante cuando únicamente se havía desarrollado la consciencia astral y la mente era muy rudimentaria.
Por aquel entonces las fuerzas de la oscuridad salieron vencedoras. Entonces la Gran Fraternidad Blanca decidió retirarse a los niveles internos, dejando que la humanidad aprendiera de sus propios errores y fuera naciendo de nuevo la Luz en sus consciencias.
En nuestra etapa actual y en un Concilio que se celebró en Shamballa a principios del siglo pasado presidido por el Señor del Mundo, se decidió que la Jerarquía volvería a establecerse en la Tierra, pues la humanidad estaba preparada para resistir la potencia de las energías transformadoras que ésta irradia, y se podría dar un impulso muy importante a las Almas hacia el Camino ascendente.
Dicha exteriorización no la realizarán únicamente Cristo y Sus Discípulos, los Maestros de Sabiduría, sino que antes deben ser precedidos por toda una cohorte de ángeles de distintos grados y funciones y también por los iniciados y discípulos pertenecientes a los distintos Ashramas.
Estas mónadas y almas humanas y dévicas están dirigiendo su atención a los distintos planos, a fin de influir en las mentes, en los cuerpos astrales y en los niveles fíco-etéricos de la humanidad, preparando sus consciencias para cuando llegue el momento en que la Jerarquía vuelva a establecerse físicamente en la Tierra, y el Nuevo Orden Mundial se convierta en una creciente realidad.
Todo miembro de la Jerarquía que está encarnado físicamente trae en si la fuerza eléctrica y el magnetismo ígneo del grupo interno del Maestro, creando alteraciones y cambios en las consciencias a través de la irradiación de su aura. El más humilde de los discípulos crea reacciones en su entorno, y según el estado evolutivo de cada persona con quien se relacione, creará atracción despertando su consciencia o rechazo e incluso agresividad. Por esta razón el discípulo se ve forzado a vivir separaciones y tensiones constantes en su vida personal. No es un karma propio el que sufre, sino que es un karma inherente a todo Servicio realizado por un ser espiritual, que trae en si la radiación del grupo interno presidido por el Maestro.
Si esta reacción la produce un discípulo en su entorno y con quienes se relaciona, imaginemos cual será la reacción mundial cuando Cristo Retorne a la Tierra, cuya aura abarca mucho más allá del planeta.
¿Estaremos preparados y seremos lo suficientemente puros, inofensivos en el pensar, en el sentir y en nuestras palabras para poder resistir Su radiación y poder
transformador?
Pensamos que las crisis que vivimos en el mundo son efectos únicamente de los errores humanos. Pero no es exactamente así, porqué aunque las crisis que vivimos son en gran parte generadas por la humanidad, la exteriorización de la Jerarquía con su radiación está acelerando este karma a fin de dar un fuerte impulso a la evolución, removiendo las consciencias y sacando a su superficie el karma acumulado en el pasado, reciente o lejano.
Todo efecto tiene sus causas y la oportunidad que se nos da actualmente de trascender el karma es excepcional. Deberíamos ver en ello el aspecto positivo y recordar que lo que construyamos en el presente determinará el futuro de la humanidad.
Cuando la buena voluntad, el altruismo, y la aspiración espiritual sean demostradas por grandes grupos de seres humanos, el Maestro de Maestros, de Ángeles y de Hombres, regresará para redimir al mundo y señalar una etapa muy superior del Camino, hacia el cual todos estamos predestinados.
Marta Parramon Elies