Reunión
grupal en la Asociación de Amigos de la India de Barcelona,
Catalunya (España) 1985.
Durante
los estudios esotéricos que estamos realizando sobre Teosofía desde
hace más de dos años nos hemos ido introduciendo en zonas
inexploradas y aunque al principio quizás nos ha parecido difícil
de entender,
sin embargo al profundizar en la meditación y al reflexionar
grupalmente, ha ido surgiendo en nuestra consciencia una mayor
comprensión del significado interno, haciéndose más comprensible y
cercano lo que en un principio parecía inalcanzable.
A
medida que avancemos en el estudio introduciremos el conocimiento
sobre las Energías, lo cual es indispensable en el camino superior
que hemos emprendido. Aprenderemos la forma como utilizarlas y
dirigirlas, además añadiremos el estudio sobre el reino Angélico,
pues es preciso tener siempre presente que las energías son
esencialmente dévicas
aunque
también
se
puede hablar
de las energías sin hacer mención a los devas.
El
conocimiento sobre los misterios que oculta la Sabiduría Eterna
es
energía,
que
en su sentido esotérico, es Fuego.
Esto
significa
que un exceso de conocimiento es perjudicial para el grupo o para el
discípulo individual si la comprensión extraída de dichas
enseñanzas es
retenida y si no
es compartida, puesto
que no podemos detener su fluir y cuando lo pretendemos creamos una
gran fricción que literalmente, nos quema.
Entonces,
al empezar a analizar
el
tema propuesto lo primero que
nos viene a la imaginación es
el
signo de la balanza,
es
la imagen más
idónea
y
que puede servirnos de ejemplo o de
analogía.
Sabemos
que el equilibrio
es necesario
y
esencial para
todo
en
el diario vivir y
de
forma muy especial cuando
estamos siendo
sometidos a pruebas kármicas en
que nos
debatimos
entre la luz y la oscuridad, dándonos
la oportunidad de situarnos
conscientemente
por
encima de los pares de opuestos. Si
las pruebas son superadas nos permitirá introducirnos en
el centro de nosotros mismos y
nos
facilitará
el
poder observar en perspectiva quienes
somos realmente, saber cual es el estado evolutivo alcanzado y
hacia donde nos dirigimos.
Cuando
hay lucha en nuestro interior siempre va implícita la indecisión y
el miedo, oscilamos de un platillo de la balanza al otro y esto
ocurre porque nos sentimos atraídos, ahora por los valores
materiales, ahora por los espirituales, o sea que tenemos consciencia
del bien y del mal. Sin embargo, nos da un
miedo terrible tomar
la
decisión definitiva que implique un cambio permanente,
puesto que lo conocido nos da seguridades, no
ocurre lo mismo en el
camino ascendente que
es de una gran inseguridad, por esta
razón nos
da miedo adentrarnos en él.
Si
lo que pretendemos es hallar el equilibrio, la solución no consiste
en tomar partido, en desplazarnos totalmente
hacia
un platillo u otro, sino en situarnos por encima y en el mismo
centro, en el fiel de la balanza, justo en el punto medio, y
esto no es nada fácil.
Al
unirse los opuestos surge algo nuevo y desconocido, tal como ocurrió
cuando el Primero y el Tercer Logos se unieron para dar Vida al
Segundo Universo,
el nuestro.
Fue
de la fusión del Primero y el
Tercer
Aspecto
(Espíritu
y Materia) que surgió a la manifestación, el Hijo, el
Aspecto Consciencia.
Tres
Aspectos superiores que son la manifestación de los tres Fuegos:
Fohat o Espíritu. Solar o Alma, y Kundalini o
Fuego
de la Materia.
De
igual forma en
el microcosmos ocurre
con el ser humano, cuando un hombre y una mujer se unen para traer un
hijo al mundo.
Cuando
el principio masculino y el femenino se fusionan, la dualidad se
equilibra y en esta unión se produce la síntesis justo en el
centro, donde todos los opuestos se reconcilian y desaparece el
conflicto.
La
meta del ser humano consiste en ser libre, sin embargo, hasta que no
nos
situemos
por encima de los
opuestos seguirá
existiendo dualidad y por lo tanto el
desequilibrio.
Más
adelante seguiremos
ascendiendo
por la escala evolutiva buscando una libertad cada vez más
trascendente hasta alcanzar la total Liberación.
Mientras
no hayamos
ascendido al 5º
reino de las Almas Liberadas estaremos estrechamente unidos al
aspecto
Conflicto del 4º
Rayo, pero
cuando
en nuestra consciencia florezca el Equilibrio,
hallaremos la Armonía en
nuestro interior y descubriremos que esta Realidad existe en toda la
Creación.
Daros
cuenta que con el desarrollo de
la
mente surge una mayor necesidad de libertad. Una libertad que tiene
diferentes matices y grados de expresión según el estado evolutivo
alcanzado. No
es lo mismo libertad que Liberación. La total liberación únicamente
la podremos alcanzar cuando el yo personal se haya desapegado del
aspecto material de la
existencia,
los
apegos son la mayor prisión que nos hemos construido nosotros
mismos.
El
cultivo de unos ideales superiores nos conduce a la Liberación. Ya
no es un deseo de libertad personal lo que buscamos, sino que este
anhelo proviene de una demanda interna,
del Yo superior que se aproxima al centro de los opuestos con el fin
de liberarse.
La
mayoría de seres humanos saben lo que significa la libertad, en
teoría, pero no como una auténtica vivencia y
esto
no es suficiente.
¿Cómo
podemos liberarnos y
qué
significa la Liberación?
Cuando
hemos experimentado al máximo con los apegos personales y nos
seguimos sintiendo vacíos, llega una vida concreta en que nos damos
cuenta de que hemos estado buscando la libertad por un camino
equivocado. Nos hemos aprisionado nosotros mismos aislándonos de los
demás, levantando barreras a nuestro alrededor para defender lo que
creíamos que era la libertad. Entonces es cuando nos planteamos un
cambio de rumbo porque en nuestro interior sigue habiendo una especie
de añoranza de "algo" que en principio no reconocemos,
pero que nos impulsa a buscar en la dirección opuesta a la que nos
habíamos orientado hasta el momento. Esta añoranza es el recuerdo
inconsciente de nuestros orígenes divinos hacia los cuales nos
dirigimos una vez hemos entrado en el Camino
de Retorno.
Los
valores materiales son temporales e ilusorios y jamás podrán llenar
este vacío que sentimos en nuestro interior.
En
la atención puesta en el centro
cardíaco hallaremos la clave de la liberación, porque únicamente
en el corazón
existe el
perfecto equilibrio y es
aquí donde se produce
la síntesis de todos los opuestos.
Cuando
el iniciado recibe la cuarta iniciación la
individualidad desaparece y
se convierte en un Arhad, un Adepto dentro de la Jerarquía
espiritual,
entonces
es
liberado
al Ángel solar de su enorme sacrificio habiendo
cumplido
su misión de conducir al hombre hasta el
Centro
de Paz
donde no existe la dualidad ni el
conflicto,
este “Lugar”
es el plano Búdico.
Esta
es la verdadera Liberación que los seres humanos vamos conquistando
a través de infinidad de encarnaciones, incorporando paulatinamente
en nuestras vidas esta
paz
que surge de lo más hondo del
corazón
y
que
algún
dia sentiremos en nuestro ser como algo inmenso que lo compenetra
Todo sintiéndonos
parte de Ello.
Marta
Parramon Elies
Comentarios
El
centro de equilibrio que tanto nos cuesta encontrar en un mundo
revuelto en que, quizás lo que menos exista es precisamente eso,
equilibrio.
Partimos
de la conciencia de masas a la individual y de esta volvemos a la
grupal. En un principio necesitamos que nos guíen y tomen
responsabilidades los otros. Con el tiempo vamos experimentando que
es absurdo ser lo que otros quieren que seas y necesitas ser tu
mismo. Empiezas a sentirte diferente y eres criticado e ignorado por
la masa. La soledad empieza a hacer mella en ti, pero no estás
dispuesto a dejar de ser tú, ya que has experimentado tu
individualidad y la consideras primordial en tu vida. Dependiendo de
la fortaleza de carácter, quizás sufras, pero te niegas a ser como
los otros, puesto que empiezas a creer que no eres como los otros. La
soledad te abruma, cada vez pesa más y atraviesas crisis personales.
Te consideras de otro planeta y no entiendes que no pueda existir
gente como tú, que no se deje llevar por la conciencia de masas y la
manipulación por parte de algunos. Reflexionas y ves que siendo como
los otros no eres feliz, pero al mismo tiempo siendo tu mismo tampoco
acabas de encontrar esa felicidad tan anhelada. Sí, es cierto que te
encuentras más cómodo siendo tu mismo, pero te desesperas viendo
como no puedes compartir tu forma de ser con los demás. Llega un día
en el que dejas de pensar tanto en ti mismo y enfocas tu atención en
los demás. Ves que la gente tiene sus problemas aunque los oculte y
haga ver que es feliz. Intentas ayudar a alguien cercano a ti y, sin
darte cuenta, vuelves poco a poco a relacionarte con otros. Con el
tiempo te relacionas cada vez con más gente y no te encuentras tan
diferente a ellos. Un día reflexionando sobre ti llegas a la
conclusión de que esa felicidad que tanto busca la gente y que tú
creías que encontrarías buscándola en solitario no existe. Vuelves
a intentar ayudar a los demás y en un momento de lucidez descubres
que es en la felicidad ajena donde encuentras la tuya propia.
Descubres que cuanto más piensas en ti mismo, más te alejas de lo
que deseas, y es cuando piensas en los demás cuando empiezas a
encontrar una profunda satisfacción que te complace y llena. Después
de un largo periodo entiendes que vuelves a pertenecer al grupo pero
de forma diferente. Ya no te molesta asumir responsabilidades y
actúas igualmente de acuerdo a tu individualidad y diferenciación
como ser, pero buscando el resultado en el beneficio del grupo, no en
el propio.
Conciencia
de
rebaño
(de masas) — conciencia individual — conciencia grupal.
Gracias
Marta por este interesante artículo.
Un
fuerte abrazo
Neus
Respuesta
Es
muy difícil poder mantener el equilibrio al
principio de haber emprendido
el camino espiritual.
A
veces nos sentimos como si estuviéramos en la cuerda floja, sin
embargo, a pesar de la incomprensión que podamos padecer en este
mundo que nos rodea, cuando actuamos de acuerdo a los valores
superiores, el Maestro
nos tiende la mano dándonos la fortaleza y seguridad que
necesitamos.
El
Maestro Tibetano nos da una invocación para meditarla en
profundidad. Las tres últimas frases son esenciales: (el olvido de
uno mismo, la inofensividad y la correcta palabra.)
Un
problema que surge en el camino del discípulo y que a veces lo
desanima y retarda su avance es que quisiéramos que los resultados
de nuestro esfuerzo fueran inmediatos. Quizás pensamos que actuando
correctamente durante una corta temporada será suficiente para
purificar nuestros vehículos y convertirlos en instrumentos puros
para el Yo superior, pero
para que las células y átomos de nuestros cuerpos físico, astral y
mental hayan podido regenerarse totalmente, antes tenemos que haber
trascendido el karma que nos limita. Este karma son las tendencias
provenientes del pasado y que nos impiden avanzar en el camino.
Tienen que pasar como mínimo siete años antes, no haya cambiado la
vibración de nuestros cuerpos. Suponiendo que hayamos sido
constantes en el esfuerzo.
Es
cierto que en el camino del discípulo se siente una creciente
soledad a medida que avanzamos. Sin embargo, esta soledad es
compensada cuando el olvido de uno mismo empieza a ser una realidad
en nuestras vidas, entonces la consciencia se enfoca en lo interno y
allí descubre que como Alma superior jamás está sola, porque el
Alma es Una, que expande Su Luz hacia todos los seres humanos aunque
su consciencia se cree
individual
al principio de su evolución.
La
soledad es dura de soportar cuando lo que deseamos es el contacto
personal con quienes nos rodean. El Sendero superior no es fácil de
recorrer, pues para poder dar los pasos hacia la Liberación
tendremos que renunciar a muchas tendencias personales. Ello debe ser
así si lo que deseamos es ascender al reino superior del Alma
Liberada. Cada reino de la naturaleza avanza dejando atrás lo
vivido, incorporando en sí mismo paulatinamente la consciencia del
reino superior.
Cuando
hacemos referencia al olvido de uno mismo, no significa que nos
tengamos que abandonar como personas, sino, desapegarnos de lo que
nos condiciona y entorpece el camino para que sea el Yo superior
quien dirija nuestras vidas y no los elementales de nuestros
cuerpos.
El
primer paso consiste en desapegarnos de los valores materiales, la
voluntad de mantenernos firmes en nuestros principios superiores y el
olvido de nosotros mismos. Una vez conseguido y demostrado como algo
permanente, nos viene la recompensa en forma de expansión de
consciencia y
la oportunidad de servir al
Maestro.
Gracias
por tu valioso comentario
Un
fuerte abrazo
Comentario
Me
encontré en la entrega. Cuando empecé verdaderamente a dar, a
compartir todo lo que venía a mi vida vía mis blogs para no
molestar a nadie en directo, todo cambio. Mi vida se equilibró, se
dirigió hacia donde en el fondo siempre quise ir... ayudar a los
demás. Fue una época donde me abandonaron muchas cosas y personas,
pero hoy ha vuelto tanto a mi vida, que en oración, solo sé decir:
Gracias.
Gracias
a ti también Marta por tus magníficos artículos, me gusto tu
comentario.
Un
fuerte abrazo
Respuesta
Tu
experiencia es la que vivimos todos los seres humanos que hemos
decidido ir contra corriente en una sociedad que en general es
superficial, competitiva e insensible hacia los valores
superiores.
Cuando
decidimos dar el paso definitivo hacia una meta superior nuestra vida
cambia de rumbo, entonces atraemos energías de superior vibración
espiritual que hasta el momento nos eran desconocidas.
Al
ascender en la escala evolutiva nuestra radiación aumenta en
intensidad, produciendo alteraciones de todo orden con quienes
estamos relacionados, porque las energías que expande un ser
avanzado a través de su aura son transformadoras. Cuanto más
avanzado es un ser humano más dificultades tiene para poder
congeniar con la mayoría de la humanidad. Su radiación superior no
puede ser asimilada por quienes no están preparados para resistir
una mayor potencia espiritual y porque las cuestiones personales para
él dejan de ser el pan de cada día. Entonces se produce un rechazo
de su entorno o a la inversa, se produce atracción y poder de
comunicación superior que supera la relación establecida hasta
entonces.
La
consecuencia de este cambio produce rupturas y separaciones porque se
cambia la forma de pensar y de entender la vida, adquirimos nuevas
amistadas y nos relacionamos con nuevos ambientes que vibran en una
misma sintonía y están más de acorde con lo que somos.
Cuando
se produce un cambio en la consciencia, también cambia nuestro
entorno, ya sea por atracción o por repulsión.
Este
es un tema para reflexionar cuando nuestra vida se ha vuelto
estática. Cuando la rutina es la norma de la vida y nada cambia de
manera substancial, es
señal de que estamos deteniendo
nuestra evolución y
a la vez,
interferimos en la de nuestro entorno y en el avance de la humanidad
en conjunto. La vida del discípulo está llena de limitaciones y
frecuente soledad, sin embargo, en su interior cada vez se siente más
cerca de sus semejantes.
Un fuerte abrazo
No hay comentarios:
Publicar un comentario