viernes, 19 de mayo de 2023

El Cuerpo Etérico, los Nadis y las Energías !

                                                                 

Reunión grupal en la Asociación de Amigos de la India de Barcelona, Catalunya (España) 1987

Partiendo de la aplicación de la analogía que tenemos por costumbre utilizar en nuestro grupo, iniciaremos el tema propuesto para hoy sobre el cuerpo etérico y las energías que circulan por su medio, desde el macro hasta el microcosmos. Recordad que cuando creamos haber hallado una analogía, si queremos extraer su profundo significado, tendremos que procurar olvidar lo que nos dicen los estudios que hemos adquirido, dando, de esta forma, vía libre a la intuición y sin condicionamiento alguno por lo que sabemos intelectualmente Si la analogía está bien aplicada, producirá en nuestro interior nuevos despertares, pequeñas, o quizás grandes expansiones de consciencia en etapas avanzadas, puesto que en cada nueva revelación penetraremos más y más en los misterios ocultos.

Entonces seremos plenamente conscientes de que la verdad únicamente puede ser descubierta por uno mismo. Y aun así, lo más seguro es que cada uno de nosotros, la interpretará desde su propio ángulo cuando la descubra, aunque en esencia hayamos descubierto lo mismo.
Toda enseñanza sobre las antiguas filosofías verdaderamente espirituales, es Sagrada, y puede ser interpretada desde siete niveles de consciencia distintos, significa que cada cual las interpretará desde su propia perspectiva o estado de consciencia. No es que las enseñanzas cambien a medida que ascendemos en la escala evolutiva, porque Todo en absoluto está escrito desde el Principio de la Creación, sino que lo que cambia es la interpretación que nosotros hacemos de ellas.
Para nuestra propia evolución y el posterior servicio que tendremos que prestar, no es suficiente creer ciegamente en lo que se nos ha enseñado por el hecho de estar transmitido por el Maestro y mantenerlo grabado en la memoria como un conocimiento, debemos ser nosotros mismos quienes hallemos el hilo de conexión, preguntándonos siempre el porqué de las cosas, de manera que cuando observemos una galaxia, o un sistema solar, veamos la correspondencia y analogía que existe con un átomo, y aunque en apariencia su forma sea similar, no es suficiente con hallar esta semejanza visual, pues de lo que trata la analogía hermética (oculta), es del desarrollo y la evolución interna, partiendo siempre su interpretación desde el núcleo (el Centro de Vida) alrededor del cual giran todos los sistemas, planetas, o electrones mientras permanecen en su estado evolutivo. Este tan solo es un ejemplo, para que os deis cuenta de que tenemos todas las respuestas a nuestro alcance si somos atentos observadores de todo cuanto constituye la naturaleza atómica, humana, planetaria o universal.

Un discípulo iniciado lleva a cabo su investigación partiendo siempre desde el macrocosmos y en sentido descendente, porque su Alma ha recorrido varias etapas más allá del Sendero que el simple aspirante y conoce hasta cierto punto las Leyes superiores que rigen la evolución. Entonces, para dar a conocer a sus discípulos avanzados como funciona la evolución microcósmica, empieza adentrándose en el macrocosmos. Sin embargo, todo proceso de investigación comienza por un aprendizaje, y es lógico suponer que la investigación que realiza un grupo de principiantes se produzca a la inversa, o sea, empezando por lo más cercano y conocido.
Aun habiendo adquirido muchos estudios esotéricos durante años, si estos no han producido cambios sustanciales en la vida del estudiante, significa que no han hecho mella en su interior, aunque en teoría se los sepa de memoria. Entonces, ha quedado un vacío por llenar, un vacío que tan solo puede ser llenado con la comprensión profunda de dichos conocimientos, lo cual produce cambios substanciales en su vida, porque, internamente, él ha cambiado. Así que únicamente podemos decir que hemos comprendido cuando lo descubrimos y experimentamos por nosotros mismos.

Siguiendo con la analogía, nos centraremos en las energías que circulan por el cuerpo etérico humano, partiendo de lo superior.
Nuestro Sistema solar es el Centro Cardíaco dentro del Cuerpo Etérico de Aquel Gran Ser cuyo nombre no puede ser revelado. Daros cuenta de que estamos haciendo referencia a nuestro sistema y que las energías cósmicas de los 7 Rayos provienen del Cuerpo Astral del Logos Solar, (El plano Búdico Cósmico) siendo este Su cuerpo etérico dentro del cual están Sus 7 Chacras que son los que reciben, asimilan y distribuyen las 7 Energías por todo el sistema, a través de los Grandes Señores de Rayo, cuyos Cuerpos manifestados son los 7 Planetas Sagrados. Al penetrar en el cuerpo etérico Solar se dividen en 3 Fuegos o estados de Consciencia, (La Triplicidad manifestada) y estos a la vez se dividen y subdividen en 7 emanaciones ígneas de la Vida Una, produciendo análogamente, un efecto similar a lo que ocurre cuando penetran las energías en un cuerpo etérico humano o de cualquier ser que vive y evoluciona en este sistema, según el reino o la especie.
El principio es el Uno inmanifestado, el Espíritu puro. Cuando entra en manifestación se divide en Tres Aspectos ígneos de Si mismo; El Fuego de Fohat, el Fuego Solar y El Fuego de Kundalini. También denominados; Fuego Eléctrico, Fuego Solar y Fuego por Fricción o Fuego de la Materia. Al penetrar en la materia se dividen en siete cualidades o aspectos básicos que coloran la Creación, confiriéndoles a cada reino o especie, sea superhumana, humana, sub humana, o elemental, una cualidad y una apariencia particulares.

A medida que nos introducimos en el estudio esotérico sobre las energías, vamos siendo conscientes del campo tan amplio de investigación que se abre ante nosotros sobre la realidad de los mundos ocultos, lo que representan para la evolución cósmica las energías de los 7 Rayos y su gran poder transformador en la vida de la Naturaleza.
Sus efectos son internos y externos a la vez, produciendo cada uno de ellos un tipo particular de radiación que transforma la vibración de la materia atómica y los elementos moleculares en todos los planos y sub planos del sistema.
No podemos hablar del cuerpo etérico si no conocemos las energías de los siete rayos, siendo de capital importancia la función que realiza el cuerpo vital al absorberlas, asimilarlas y distribuirlas por medio de los nadis, los chacras, el sistema endocrino y la corriente sanguínea por todo el organismo.
Los Nadis en el cuerpo etérico corresponden a la Vida, el aspecto Espíritu.
Su contraparte en el cuerpo físico denso es el sistema nervioso, que es la analogía del Alma. Cuando se fusionan se exteriorizan por medio del sistema endocrino, el cual representa el aspecto materia.
Así vemos que los tres; los nadis, el sistema nervioso y las glándulas endocrinas, son las analogías materiales de los Tres Aspectos divinos -Vida, Cualidad y Apariencia- a los cuales responde esotéricamente el ser humano y lo hace ser en el plano físico lo que es.
Hemos hablado a menudo sobre el cuerpo de energías o etérico por lo cual hoy no entraremos en más detalles, tan solo deberíamos recordar que este cuerpo permite con el tiempo y la evolución el contacto entre el cuerpo astral y el físico con el mental., con la personalidad cuando está integrada, con el alma, y al finalizar el Sendero del discipulado con la Mónada vía el Antakarana. Vemos, pues la función que realiza como intermediario, conectando a la entidad que lo habita con las distintas dimensiones que lo envuelven al permitir la correcta distribución de las energías con sus correspondientes estados de consciencia.

Todo cuanto existe en la creación es energía y nosotros la humanidad no somos una excepción. Es por esta razón que siendo energía formamos parte de un chacra dentro del cuerpo del Señor del Mundo, la Humanidad, somos Su centro Laríngeo, regida por la energía del 3.er Rayo de Inteligencia Activa.
La actividad o inactividad de los chacras dentro del cuerpo etérico determina los estados de consciencia que predominan en una vida determinada o en una época de grandes cambios internos cuando se produce la transferencia de las energías de un chacra inferior a otro superior y que conocemos esotéricamente como, Iniciación.
Estamos investigando sobre el cuerpo etérico intentando comprender lo que representa para la vida en manifestación, no olvidemos que de entre los 7 sub planos del plano físico, el etérico es el superior, tanto si nos referimos al macro como en al microcosmos.
El cuerpo etérico es el conductor del prana solar, prana planetario y el prana de las formas, produciendo distintos efectos sobre las entidades que las reciben según el estado evolutivo y el uso que se hace de ellas.
Cuando las energías inciden sobre los éteres planetario, humano, sub-humano o atómico, penetran a través del centro superior que se halla en todo ser vivo, siendo de alguna forma al equivalente al polo norte planetario o solar y dirigidas al centro Esplénico, este Centro es una réplica en miniatura del Sol de nuestro sistema solar.
Científicamente, sabemos que todo astro solar o planetario más o menos esférico, en su parte superior y análogamente a lo que en el ser humano es el centro Coronario, posee una ligera depresión, o sea que no es totalmente esférico. Es por esta depresión por donde penetran las energías y el Prana Solar.
Si hemos observado alguna vez la belleza mágica de las auroras boreales o australes, podemos estar seguros de que hemos visto a entidades dévicas de gran evolución, (pues toda energía es esencialmente dévica) dejando su impronta en el cuerpo etérico planetario. De igual forma, las energías pueden ser vistas entrando y saliendo del centro coronario de un ser humano o de un fruto más o menos esférico si se posee visión etérica.
Después de haber penetrado en el cuerpo o forma, salen del mismo centro superior con una potente eclosión de energías en forma de cascada que envuelven todo el cuerpo, matizándolo con los colores de los rayos que han sido atraídos por aquella entidad.
Una vez han sido absorbidas y asimiladas las energías entrantes, siguen su curso en movimiento continuo, saliendo al exterior del doble etérico, siendo estas energías lo que se denomina, aura de salud, mezclándose con las auras de los ambientes con quien se relaciona y con todas las formas de vida que existe en el planeta. Ya que el Éter, reúne en sí mismo la Consciencia Universal.
De esta forma podemos imaginar cuan complejo es el contenido de los éteres planetarios dentro de los cuales estamos inmersos, pues está constituido por todos los estados de consciencia y vibraciones en constante movimiento y transformación, producidos por multiplicidad de especies y reinos de la naturaleza que en conjunto forman el aura del cuerpo físico del Señor del Mundo. Si el éter dejara de existir, todo cuanto constituye la creación se desintegraría. No existiría ninguna forma en todo el universo, ya que todo cuanto nos envuelve y compenetra es Éter. Por su intermedio nos llega la Vida y permite el desarrollo de la consciencia por medio de los sentidos.
Para el clarividente que observa, el doble etérico le revela el grado evolutivo del alma o ser encarnado. Es el cuerpo que nos facilita la continuidad de consciencia en otros planos y determina la vitalidad o falta de ella según el karma de la entidad que lo ocupa. En cada uno de los planos todas las formas creadas están constituidas de éter de distintos grados vibratorios, desde el primero hasta el séptimo superior.
El éter es el conductor y distribuidor de las energías que circulan de forma interminable por todo el sistema, dejando su impronta en cada vida y en cada elemento con el que entra contacto. Es el medio por el cual el hilo de la vida y el de la consciencia pueden llegar a cualquier forma de vida permitiéndole evolucionar.

Marta Parramon Elies



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