La energía aprisionada dentro de cada átomo espera ser liberada.
Cada átomo es una esfera que contiene dentro de sí un núcleo de vida y de consciencia que no podemos comparar con la del ser humano, pero que sin embargo, demuestra sensibilidad y capacidad de atraer o rechazar. Se distingue por el movimiento giratorio, el poder de discriminar y su capacidad de desarrollo, conteniendo dentro de sí gran cantidad de moléculas que en conjunto forman el átomo mismo.
Hemos empezado hablando del microcosmos para recordar que la consciencia es universal y que la analogía puede ser aplicada
- quizás no en los detalles- sin embargo, lo que descubramos nos permitirá hallar ciertas correspondencias que nos ayudarán a comprender el porqué de esta frase tan repetida. "Igual es arriba que abajo e igual es abajo que arriba" y de esta forma podremos hallar el hilo de conexión que une lo grande con lo pequeño, entre el macro y el microcosmos, entre el espíritu y su manifestación más densa la materia.
Hoy nos centraremos en el estudio sobre la Radiación, cómo aumenta paulatinamente en el planeta y cuál es su causa, teniendo en cuenta que - alma y átomo- son términos sinónimos. Así que cuando estamos nombrando a cualquiera de las entidades o elementos, estamos refiriéndonos a conglomerados de moléculas con un tipo de consciencia que en su conjunto constituyen una forma, matizada por cierto grado de energía que viene dada por la radiación que emite el núcleo, el cual contiene la vibración del individuo o entidad de que estemos tratando.
El Sol, desde nuestra perspectiva es un átomo macrocósmico, siendo el más fiel exponente de lo que significa la radiación atómica. La luz y el calor que irradia proviene de Su cuerpo etérico Solar, siendo para nosotros lo más externo que podemos percibir de Su naturaleza divina. Nadie en este sistema por muy elevada que sea su evolución puede descubrir al Ser interno, este núcleo ígneo que es, .." El Sol Central Espiritual", .. Fuente y causa de Su Poder macrocósmico, ni mirar a Dios cara a cara sin quedarse ciego. Sin embargo, esta radiación nos transmite la Vida, es la causa del movimiento y la prolongación evolutiva a toda Su Creación.
En proporción a la iniciación que el alma humana recibe, los átomos de materia densa van siendo substituidos por átomos búdicos cuya radiación superior es atómica. Esto significa que cuanto más avanzado es un ser humano más radiación emite a su entorno a través de su aura y más estimula la consciencia de quienes están a su alcance. Se dice de Cristo, que Su Aura es tan sumamente radiante que abarca todo el planeta.
Nos preguntamos ¿Qué significa este núcleo cuya energía se libera cada vez de forma más acelerada a medida que avanza la evolución, produciendo la transmutación del plomo de los deseos en el oro de la Sabiduría? Sabemos que todos los reinos de la naturaleza ascendemos en la escala evolutiva de un subplano a otro hasta llegar al superior atómico, para entrar posteriormente en el subplano inferior del reino superior y así, seguir avanzando sin cesar de un reino a otro hasta la total liberación.
La energía atómica es Espíritu!
Los seis sub planos inferiores son materia o substancia elemental.
En realidad lo podemos comparar con la ascensión del fuego de kundalini, cuando en cada iniciación rompe los límites que separan al ser humano de un estado de consciencia a otro. Cuando la trama etérica que separa los chacras es rasgada de manera natural (sin que se haya provocado), se abre ante el iniciado un estado de Ser incomprensible que hasta aquel momento había sido únicamente presentido.
La radiación atómica existe en cada uno de los siete planos de la manifestación. Existen átomos físicos, astrales, mentales, búdicos, y de forma interminable allí donde exista la manifestación o creación de los mundos.
A medida que evolucionamos en el camino ascendente, al traspasar el nivel físico atómico, los átomos substituidos dentro del cuerpo del aspirante que recibe la primera iniciación, serán una cuarta parte. Este estado indica el control consciente de su vida física.
Al recibir la segunda iniciación en que el discípulo demuestra su control astral y de deseos, la materia total substituida será la mitad.
En la tercera iniciación el iniciado deberá demostrar pleno control sobre su cuerpo mental, habiendo sido substituidas tres cuartas partes de la materia densa.
En la cuarta iniciación de la Gran Renunciación, la Mónada espiritual tomará posesión de la personalidad del Iniciado liberando a su intermediario el Ángel solar, cuya misión de conducir al hombre-animal a la supra-consciencia se habrá cumplido. El iniciado de la 4ª iniciación convertido en un Arhad se habrá liberado totalmente de la materia densa de sus cuerpos y si todavía está encarnado, su aura totalmente radioactiva se habrá iluminado y expandido tan extraordinariamente que su radiación causará profundos efectos sobre la consciencia planetaria.
Esto nos lleva a la comprensión del porqué de las palabras de Cristo; "Cuando Yo retorne a la tierra no vendré trayendo la Paz, sino la Espada", yo me pregunto ¿hemos comprendido lo que Cristo quiso significar con Sus palabras?.
Si la radiación de un discípulo consagrado al servicio del Maestro, que contiene un 50% de átomos búdicos en sus cuerpos produce transtornos, cambios y transformaciones de todo orden a su entorno al estimular la evolución de las conciencias,
imaginemos lo que está provocando la Venida de la Jerarquía con la entrada en el planeta de discípulos, iniciados, Maestros de Compasión y Sabiduría, de Ángeles de diversas categorías espirituales y aún más, .. Lo que se va a producir con el Retorno de Cristo.
El desorden actual en el mundo es debido en parte al karma generado en la era anterior, pero también a la entrada de la era de Acuario con las nuevas energías transmutadoras, aunque nos parezca que no es justo que ciertos acontecimientos creen tanto sufrimiento y desorden, en realidad el karma no es más que la oportunidad que se nos da de iniciar una nueva forma de vivir más incluyente, fraternal y humana. Acuario nos brinda esta oportunidad y si somos capaces de trascenderlo y demostrar a la práctica que amamos verdaderamente sin esperar retribución alguna, en cuanto venga el Instructor del Mundo hallará una tierra fértil donde se desarrollará la nueva civilización que ha de conducir a tres quintas partes de la humanidad al Sendero del discipulado.
Marta Parramon Elies
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