domingo, 20 de junio de 2021

El simbolismo de las formas y los Reinos de la Naturaleza!



Todas las formas existentes que podemos ver o percibir con nuestros sentidos físicos son símbolos que ocultan realidades internas.
Cada forma creada es el vehículo "el vestido" de la entidad angélica que la ha construido y que lo utiliza para poder relacionarse con su entorno, llevar a cabo el propósito oculto de su especie particular y evolucionar conjuntamente con los demás reinos de la Naturaleza con los cuales está estrechamente vinculado.
La forma de un universo, de una galaxia, de un sistema solar, de un planeta, así como cada uno de los individuos dentro de cada reino o de cada especie, como puede ser la hoja de un árbol, una gota de agua, una mariposa, un pájaro, una persona, un átomo químico, son la apariencia de entidades dévicas

de distintos estados evolutivos y diferentes propósitos para los que han estado creados, habiéndose revestido de formas más o menos sutiles según cual sea el lugar que ocupan en el Plan del Creador.

Generalmente cuando miramos las cosas no las observamos, entonces tan solo vemos la superficie, lo aparente. Nos lo miramos de forma distante sin preguntamos qué causa oculta hay en el hecho de que todos los reinos de la Naturaleza evolucionen y tiendan a la belleza y la perfección.
Lo que permite que una forma se desarrolle más o menos rápido y llegue a perfeccionarse al máximo se debe a que su alma ha podido transmitirle la vida, confiriéndole además, una cualidad propia que se manifiesta visiblemente en su apariencia.
Saber observar las formas, ser plenamente conscientes de que solo son símbolos y tratar de penetrar en su interior desarrolla la intuición, nos acerca a las Causas y a la conciencia egoica donde el Ángel Solar está expectante esperando poder descorrer los velos de materia que nos mantienen en la ignorancia de nuestros orígenes divinos.

Si estamos interesados en descubrir lo que para nosotros todavía son misterios ocultos en cada uno de los reinos y la vida que si mueve evoluciona por medio de ellos, tendremos que aprender a simplificar nuestra mente, tan acostumbrada como está a acumular conocimientos, porque una mente puramente intelectual complica y niega la sencillez que conduce a la realidad lisa y llana. Si nos podemos desprender de este condicionamiento, nuestra forma de ver y comprender la vida será mucho más auténtica y real.
En cuanto observamos un árbol, un pájaro, una gota de agua, una piedra, una mariposa, una hoja que cae del árbol, una hormiga y todo lo que nos podemos encontrar a nuestro paso, deberíamos saber que en su interior evoluciona una la entidad dévica. Incluso, la apariencia o cuerpo humano es el equipo que utiliza el Ángel solar del cual somos una emanación. Es por su medio que la forma puede vivir y seguir su curso evolutivo.

El cuerpo físico es el más comprimido de los cuerpos que posee toda entidad. Pero el deva que hay detrás de la forma, aquel que la ha construido es de una sutileza totalmente etérea. Cada entidad ha alcanzado su propio nivel evolutivo y cuanto más evolucionada es, más dilatada será su aura y más puros sus colores. El deva construye a su imagen y semejanza tal como lo hace el Creador de nuestro Universo.
Podemos imaginar cómo es la forma etérea del deva que ha construido una amatista, una flor, un pájaro o un ser humano? Porque si somos hechos a imagen y semejanza cada forma física debe ser parecido al deva que lo ha construido.

El día que nos iniciamos en el mundo de las causas y penetremos conscientemente en los mundos ocultos, cada forma que observemos tendrá un nuevo significado para nosotros. Uno de los requisitos necesarios para poder ver los devas es la pureza de intención, demostrar la total inofensividad cuando amemos más a los demás que a nosotros mismos; la observación profunda de todo cuanto nos envuelve y la capacidad de utilizar el discernimiento y la imaginación creadora.

La humanidad estamos desarrollando la mente psicológica que nos adentra más allá de lo aparente. Esta capacidad de profundizar en la consciencia nos acerca a las causas y quizás en un tiempo no muy lejano seremos conscientes de la presencia dévica. Ya sabéis que no es lo mismo entrar en contacto con los elementales que en sí son materia, que con devas de superior evolución. Si son Devas cuya misión está relacionada con el servicio, es posible que empecemos a colaborar conscientemente con ellos en la gran Obra Mágica de crear formas. Entonces para nosotros, el mundo de las apariencias quedará relegado al pasado, porqué habremos trascendido los efectos donde evolucionan las formas elementales. Viviremos en el mundo de las Causas, unas causas que nos conducirán a otras realidades que nos elevarán más allá del plano del Alma.



Marta Parramon Elies

No hay comentarios:

Publicar un comentario

La Teosofía en la Nueva Era !