Traducción del Catalán al Español publicado en audio en este blog el 13/05/2014
Reunión grupal en la Sociedad Teosófica Rama Armonía de Barcelona, Cataluña (España) 1999
Centraremos nuestro estudio sobre los tres reinos de la Naturaleza sub-humanos; el mineral, el vegetal y el animal y la influencia que ejercen sobre ellos las energías que los rigen.
Empezaremos por recordar que nuestro universo es septenario, debido a la influencia que ejercen las energías de los 7 Rayos al incidir en este y que toda entidad posee 7 centros receptores y transmisores de dichas energías.
De igual forma, nuestro Logos solar posee 7 chacras principales que son los 7 planetas sagrados, receptores y distribuidores en todo el Sistema de tales energías, llegando por su intermedio a los planetas no sagrados, la Tierra, Marte y Plutón.
Descendiendo algo más nos centraremos en nuestro planeta para introducirnos en lo que nos atañe más de cerca para darnos cuenta de que la analogía puede ser aplicada desde el macro hasta el microcosmos.
Cada uno de los 7 chacras principales de nuestro Logos planetario es un Reino de la Naturaleza. En realidad, cada uno de ellos manifiesta 7 estados de consciencia. En conjunto, la evolución de dichos centros revelan el estado evolutivo alcanzado por el Logos planetario y nos permite a los seres humanos profundizar en la observación y darnos cuenta del nivel de consciencia actual planetario.
Al enumerar a los reinos de la Naturaleza empezaremos desde el superior, el 7º que corresponde a las Vidas Solares, los cuales son aquellos grandes Seres o Rishis que después de haber trascendido la evolución planetaria han sido entrenados en una de las Escuelas de la Logia de Sirio para convertirse en Logos Creadores de Mundos. Superadas las pruebas que han tenido que pasar, han entrado en dicho reino para iniciarse en su propia Creación logoica fuera del sistema.
Sabemos por el estudio realizado sobre el cuerpo etérico humano y la función que realizan los chacras cuando se llega a cierta etapa evolutiva y las energías inferiores se transfieren a los centros superiores, produciéndose al final de la evolución humana la elevación desde el centro básico, el 1º inferior, el cual es el contenedor del Fuego de Kundalini, al 7º superior el Coronario cuyo despertar revela la Presencia Mónádica. Vemos pues que las dos energías superiores; el Espíritu y las inferiores que corresponden a la materia, se reencuentren para volverse a unificar.
En realidad la evolución del reino mineral es un gran misterio que todavía no puede ser revelado; sin embargo, si aplicamos la analogía podemos intuir algo al relacionarlo con el reino de las Vidas Solares. Esta puede ser la razón de que estos dos centros en el ser humano no entran en pleno funcionamiento hasta alcanzar niveles muy avanzados en la evolución.
El Señor del 7º Rayo es uno de los grandes Constructores del universo, el que rige los 7 niveles de éteres con que son construidas todas las formas.
En el reino mineral podemos admirar la belleza de las piedras preciosas cristalizadas formando diversas figuras geométricas. En realidad, cada mineral que ha llegado a la perfección es la materialización de los Arquetipos superiores de su reino, siendo los elementales constructores más evolucionados dentro de reino los que las han construido. Pero además de ser las piedras preciosas y los metales nobles, la manifestación material, los minerales muy evolucionados; sin embargo, existe una especie superior que sobrepasa su vibración evolutiva y son los minerales radioactivos, siendo esta la máxima evolución que debemos alcanzar todos los reinos de la Naturaleza., la Radiación atómica o Radiactiva, el máximo exponente de perfección que nuestro Logos planetario ha de alcanzar por medio de los reinos de la naturaleza a fin de convertir a la Tierra en un planeta sagrado.
El mayor exponente de esta potente radiación es nuestro Logos Solar, que al expandirse por todo el Sistema produce Vida, Luz y Calor, produciendo el movimiento necesario que permite la evolución del Sistema. Esta radiación solar se produce por la constante expansión de Su núcleo atómico, fuente de Vida y transmisor del las energías del Sol Central Espiritual.
Siguiendo con la numeración de los reinos,
El 6º corresponde a Las Vidas Planetarias (a los Logos planetarios)
El 5º es el reino de las Almas liberadas hacia el cual nos dirigimos la humanidad en busca de nuestro Arquetipo.
El 4º reino es el Humano, el Prometeo, o divino Intermediario entre el Cielo y la Tierra, entre los reinos superiores a el y los inferiores.
El 3º es el reino Animal cuyo Arquetipo es el Humano
El 2º el Vegetal que ha de transmutar sus energías hasta entrar al reino Animal
El 1º el Mineral del cual ya hemos hablado, cuya meta o Arquetipo se halla en el reino vegetal.
Además, cada reino de la Naturaleza está regido por dos energías de rayo, excepto el vegetal que responde a la influencia de tres rayos;
el rayo de la personalidad, el rayo del Alma y el rayo Monádico. Algo excepcional comparado con los demás reinos sub-humanos que tan solo responden al rayo de la personalidad y al rayo del Alma.
Este es otro Misterio que se irá revelando al mundo a medida que la ciencia acepte que todas las entidades de cada uno de los reinos tienen una consciencia propia y además, que es inteligente.
Cada energía de Rayo marca un Sendero con unas características propias irrepetibles, aunque todas ellas están matizadas por el 2º Rayo de Amor y Sabiduría, transmitidas por el Logos solar y aunque la forma de andar el Sendero sea distinta para cada ser que las reciba, la finalidad es la misma para todos. Contribuir a llevar a cabo la evolución planetaria tal como el Logos lo tiene planificado, para finalmente concluir con Su Propósito.
Conocer el rayo del Alma significa conocer nuestro Sendero, nos permite saber cuál es el servicio que nos corresponde realizar como almas; reconocer a nuestra familia espiritual, que es el grupo egoico con el cual descendimos a la encarnación, y conocer el rayo de la personalidad que nos indica la clase de instrumento con que contamos para llevar a cabo el servicio.
Generalmente, no se acostumbra a coincidir en el ambiente familiar o cercano con un Alma de nuestro mismo grupo Egoico, aunque a veces puede suceder. Sin embargo, cuando estamos preparados para servir, buscamos la manera de poder relacionarnos con ambientes cuya inclinación interna sea similar. Entonces es cuando existen más probabilidades de encontrarnos con alguna Alma de nuestra familia interna, si esto ocurre, la identificación mutua será instantánea.
Marta Parramon Elies