A medida que avanzamos en el sendero evolutivo vamos siendo conscientes de la existencia de otras formas de vida con las cuales hemos convivido desde el principio de los tiempos sin saberlo, no se trata únicamente del reino dévico, sino de otras evoluciones y humanidades que no evolucionan en la superficie del planeta. Sin embargo, los tiempos están cambiando y lo que durante largo tiempo no se nos ha permitido conocer debido a que se hubiera producido una interferencia evolutiva, quizás por ambas partes, y porque la razón humana no estaba preparada para tal acontecimiento, actualmente la humanidad estamos en proceso de vivir una profunda transformación y para ello mucho de lo oculto debe ser revelado. En general también se desconoce la existencia de entidades que evolucionan en otras dimensiones y pueblan el espacio que nos rodea, en particular me refiero a una humanidad desconocida y sin embargo siempre presente en nuestro planeta.
En teoría quizás ya lo sabemos por las enseñanzas ocultas recibidas, Blavatsky en su gran obra maestra, “La Doctrina Secreta” nos da muchísima información al respecto. Todo cambio radical en lo que hasta el momento ha dado sentido a nuestras vidas, puede ser traumático en un principio, pero también muy necesario cuando se trata de despertar a la realidad, al ser destruida la ignorancia de saber que jamás hemos estado solos y que la evolución y gran parte de las creencias que nos han inculcado a través del tiempo han sido falsas o tergiversadas. Un contacto consciente con seres (no de otros mundos) de los cuales no conocemos nada, en principio puede darnos miedo pues ya no se trata únicamente del temor que puede producir lo desconocido, sino del impacto psicológico tan tremendo que ya se está empezando a producir individual y colectivamente al darnos cuenta de la falsedad e ignorancia donde se asienta la vida humana y sobre el concepto que hemos tenido hasta este momento de nosotros mismos y de la evolución en conjunto como humanidad. Todo cuanto se nos ha hecho creer desde que existimos como nos ha mantenido en la ignorancia de nuestro propio ser, de nuestra procedencia y la finalidad de nuestro paso por este mundo, siendo evidente que todo en absoluto está cayendo por su propio peso. Mucho de lo que se ha considerado esotérico (oculto) hasta el momento, debe salir a la luz y formar parte de la consciencia humana.
*La evolución planetaria forma parte de un gran experimento* estas palabras son del Maestro Tibetano). Estamos iniciando con un gran impulso los albores de una nueva era, que nos da acceso a una realidad insospechable mucho más amplia de lo que jamás hubiéramos imaginado, una realidad que nos invita a adentrarnos en los grandes misterios aún no revelados y de los cuales formamos parte. Llegados a esta etapa presente y a pesar de estar viviendo una época de transición de eras, lo cual conlleva un cambio radical en la forma de ser, de pensar y de vivir, surge con gran fuerza en nuestro interior las ansias de formar parte integrante de este Nuevo Mundo, de conocer la Verdad por nosotros mismos empezando a plantearnos preguntas hasta ahora no formuladas sobre el significado profundo de la existencia, de esta forma la consciencia se enfocará desde una nueva, incluyente y más elevada perspectiva, revelándonos lo que hasta el momento nos había sido negado.
A partir de aquí en un futuro no muy lejano, la individualidad quedará en segundo plano y las prioridades habrán cambiado sensiblemente nuestra forma de entender la vida y las relaciones porque empezaremos a ver al mundo con otros ojos. Desde hace algún tiempo la ciencia se está introduciendo de forma extraordinaria en la investigación sobre física cuántica cuyos descubrimientos concuerdan sorprendentemente con realidades consideradas esotéricas o espirituales que enlazan la filosofía interna y la ciencia y demuestran que existe una realidad más allá de lo tangible. Sin embargo, todavía existe una gran resistencia por parte de científicos de mente cerrada y materialista que está poniendo “palos a las ruedas” a quienes dentro de la ciencia se atreven a abrir sus mentes e ir más allá de lo estrictamente concreto al hacer público lo que la misma ciencia les está revelando.
Sin embargo, desde nuestra perspectiva filosófica y abierta a los avances científicos nosotros estamos atentos a los acontecimientos en todos los sectores del vivir humano, vemos que frente a la gran incertidumbre mundial actual y a pesar del gran desconcierto, existe una visible inquietud que está removiendo las consciencias y despertando a muchísimas almas como jamás se había producido. En este despertar la tendencia ya no es religiosa como lo fue en el pasado en el sentido fanático, devocional e inmobilizante, sino que la orientación actual de un gran sector de la humanidad se está enfocando cada vez más mentalmente hacia los valores espirituales y a la vez prácticos, con todo lo que ello implica. Se está produciendo un Despertar colectivo.
Frente a tal trascendencia del momento en que se nos impone un cambio tan radical sobre todo cuanto conocemos, surge de nuestro interior una demanda urgente de hallar respuestas a nuestros interrogantes, así como la necesidad de profundizar e ir más allá de nosotros mismos para hallar la Verdad y la verdadera causa que subyace detrás de nuestra existencia, saber quiénes somos verdaderamente, el porque de la ignorancia, el sufrimiento y porque nos vemos obligados a encarnar en este mundo sabiendo que en nuestra esencia somos divinos. Seguramente que frente a estas preguntas muchos de vosotros pensaréis que los libros nos dan estas respuestas, pero no se trata de acumular conocimientos y saberlo en teoría. De lo que se trata es de despertar en nuestro interior la profunda comprensión escondida detrás las palabras.
Marta Parramon Elies

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