El desapego y la soledad !

Las crisis mundiales que actualmente vivimos individual y mundialmente en gran parte son debidas a la resistencia que ofrecemos al cambio, la cual nos impide aprovechar la oportunidad de dar un giro total a la evolución planetaria.

La resistencia siempre es debida al miedo, a los apegos. 

Todo lo que nos atrae y permitimos que nos ate pertenece a la Ley de la Gravedad, a la Ley de Atracción asociada a la  vida de los tres mundos, físico, astral y mental concreto, cuyo  magnetismo nos mantiene atados a los valores materiales y  nos aprisiona el alma. Esta actitud nos une inexorablemente a la Ley del karma.

El apego a la materia nos impulsa a encarnar una y otra vez  hasta que llegados a cierta etapa del camino superior nos orientamos hacia la vida del Espíritu, entonces empezamos a ser dueños de nuestro destino, trascendiendo el karma más rapidamente que en etapas anteriores. 

La evolución desde el momento en que emprendemos el camino de retorno cuando empezamos a vislumbrar la Luz del Alma y se nos abre la Puerta de la primera Iniciación en que nos convertimos en Aspirantes espirituales, consiste en la renovación y el rechazo constantes de los valores que una vida tras otra hemos ido acumulando. 

La vida del reino humano está matizada por la renuncia y la consiguiente adquisición de nuevos y más elevados valores que nos permiten desarrollar la consciencia por medio de las experiencias y las lecciones que aprendemos de ellas. 

Esta renuncia constante desde que la mente empieza a desarrollarse en gran parte es obligada por el karma, pues la humanidad que todavía no es capaz de pensar por si misma y se deja llevar por lo que le dicen o enseñan los demás, tiene un miedo terrible a desprenderse de lo conocido aunque no le haga feliz. No sabe valerse por si sola y se aferra a lo que ha hecho suyo por el miedo tan enorme que le da tener que afrontar lo desconocido.  

Cuando el ser humano ha llegado a la etapa evolutiva en que ha desarrollado la autoconsciencia, las renuncias son más acuciantes, pues ya no se trata únicamente del desapego de los valores materiales sino que la propia alma lo conduce por el camino de la liberación de si mismo, para que se desapegue de su individualismo que tanto le ha costado construir y tanta seguridad le da. 

Este requisito previo a la Liberación es el desapego de lo que significa el aspecto materia, entonces nada de lo que impliquen valores materiales podrá apartarlo del camino que libremente ha escogido, pues su consciencia ya no pertenecerá al reino humano, aunque esté encarnado en cuerpo físico, viva en familia y aparentemente sea un ser humano normal.  

Pero todavía existen unas causas más profundas del porqué de los apegos mientras no se ha llegado a la etapa final del Sendero y es la añoranza inconsciente de nuestros orígenes divinos. 
Estamos apegados a las personas que amamos, a nuestras posesiones, a nuestras ideas, a nuestros conocimientos y a nuestras creencias espirituales porqué nos dan la seguridad de no estar solos y de una continuidad, pues la soledad, aún estando muy evolucionados, nos sigue dando miedo.

Si fuéramos conscientes de lo que significa la vida, del porqué hemos encarnado y la importancia que tiene el reino humano para la evolución planetaria, tendríamos un concepto muy distinto de lo que significa ser verdaderamente Humanos. 

No queremos desapegarnos de lo conocido porqué somos posesivos y por el miedo a quedarnos sin nada a que agarrarnos. En realidad los seres humano nos sentimos vacíos porqué somos individualistas y desconocemos que formamos parte del Alma Una. 

Buscamos llenar este vacío en las relaciones personales, en las distracciones de todo tipo y en satisfacer nuestros deseos, sin embargo por más posesiones materiales e incluso personas queridas que tengamos cerca nos seguimos sintiendo insatisfechos. Es un sentimiento de soledad que se siente en el interior, un vacío que no podremos llenar hasta que nos orientemos en dirección ascendente.

Se trata de llegar a ser plenamente conscientes y dar el paso definitivo que nos librará del miedo, porqué el miedo siempre se halla en la indecisión. Una vez lo hayamos dado desaparecerá de nuestra vida la creencia ilusoria de ser individuos a parte, siendo plenamente conscientes de formar parte de un Todo mayor, que jamás hemos estado solos, aunque en la vida personal no hayamos sido conscientes de esta realidad. 

Marta Parramon