El Karma , la Ley de Retribución !

 

Una de las enseñanzas principales que se da en los ashramas de la Jerarquía es que el karma obedece a la Ley de la Gravedad.

Todo cuanto existe en este universo está regido por la ley del karma. Las formas físicas, astrales y mentales concretas están compuestas de materia más o menos comprimida y la materia en sí es imperfecta, por lo cual su atracción genera karma.
Todo cuanto existe gira al entorno de un centro de vida y de consciencia cuya influencia magnética lo mantiene unido a su alrededor. La Gravedad obedece a la ley de Atracción que se manifiesta de muchas maneras y distintos niveles de consciencia.
Lo vemos en el cuerpo etérico de nuestro Logos solar, (lo único que podemos percibir de Su Presencia), cuyo centro radiatorio y potentemente magnético mantiene unido a su alrededor a todas las vidas que lo constituyen. Si por un momento el Logos retirara la atención de Su cuerpo todas las formas que retiene se dispersarían por el espacio. Lo mismo ocurre en un ser humano cuando le llega la hora de desencarnar, el alma retira la atención de sus vehículos y el cuerpo físico se descompone, entonces todos los átomos células y moléculas de sus cuerpos vuelven al depósito universal de energía de donde surgieron cuando fueron invocados por el Ángel solar antes de tomar forma humana.
El Maestro hace lo mismo con sus discípulos, irradia Su energía hacia el grupo y al mismo tiempo lo mantiene unido a Él en cohesión magnética.
Igualmente lo podemos ver en un átomo en torno al cual giran los electrones, neutrones y protones.
El ser humano durante toda su evolución en que desarrolla la consciencia, se mantiene unido a su Arquetipo, el Yo superior, cuya relación karmica sumamente atrayente lo impulsa a avanzar constantemente atraído por la fuerza magnética de Su Ser.
En esto podemos deducir que la Ley del karma no tendría razón de ser sin la relación que existe entre Espíritu y materia. Cuando el ser humano que ha encarnado no responde a la atracción magnética del espíritu, crea fricción y esta fricción genera karma. Sin embargo a medida que se avanza en el Sendero la respuesta a la vida del espíritu es cada vez más frecuente y entonces en vez de crear fricción se produce lo que se ha dado a llamar redención de la materia, lo cual produce la liberación del karma.

El karma es la consecuencia de unas causas que producen sus efectos, es evidente entonces que todo cuanto existe está estrechamente relacionado desde el mismo instante de la creación. Lo generado en cualquiera de los reinos de la naturaleza repercute en los demás produciendo unos efectos y al mismo tiempo la reacción producida crea nuevas causas, sucediéndose causas y efectos de forma interminable.
Sabemos por los estudios esotéricos realizados que formamos parte de un Todo mayor, cuando llegamos ser plenamente conscientes surge en nuestro interior una nueva comprensión de lo que significa la Unidad, nos damos cuenta de que todo está estrechamente relacionado y que estamos en comunicación de forma permanente con todas las vidas existentes en nuestro universo. La evolución no puede entenderse de forma individual cuando comprendemos la ley del karma.

El karma es oportunidad de renovación constante. Cuando un ser humano está preparado para realizar un servicio que le propone el Maestro, para poder ser aceptado antes tendrá que afrontar más karma del que le corresponde en aquella encarnación, pues cuando nos comprometemos a servir la evolución se acelera y el karma que tendría que haberse vivido en dos o más encarnaciones se le presentará en la presente. Este proceso es necesario para que las tendencias personales que todavía están pendientes de ser transmutadas, no sean obstáculos para el trabajo que debe realizar. Entonces la tendencia centrípeta de atracción hacia la materia se invierte y el discípulo inicia el proceso centrífugo de expansión hacia el espíritu, una vez libre de tal prisión descubre por primera vez en su interior lo que significa la Liberación.

El karma siempre revela atracción hacia la materia, sin embargo las lecciones que aprendemos nos dan la oportunidad de rectificar los errores cometidos en el pasado y liberarnos del peso que ejerce la materia en la consciencia.
Todo cuanto inclina al ser humano a sentirse atraído hacia el centro de sí mismo es gravedad. El egoísmo de la materia crea karma y cuanta más gravedad más karma.
La naturaleza de la materia es de egoísmo, de compresión e introversión. La naturaleza del espíritu es de dilatación y expansión. Cuando se entra en el camino del discipulado consciente el karma empieza a ser trascendido y la consciencia del discípulo entra en un proceso de constante expansión.
Qué es pues lo que produce una expansión de consciencia, sino la descentralización de uno mismo.

El Logos planetario de Saturno es el mayor de los Señores del karma, el Gran Benefactor que nos da la oportunidad de redimir la materia y enaltecerla, para que un día lejano cada uno de los átomos que la componen lleguen al reino humano y de este a los reinos superiores. La astrología ortodoxa teme a Saturno calificándolo de maléfico, porque interpretan el karma como un castigo y no como una oportunidad de liberación.
La Tierra está regida por la energía del tercer rayo que nos llega a través de Saturno y a la cual responde la personalidad de nuestro Logos planetario. El verdor que cubre una gran parte del planeta es producto del tercer rayo de Saturno. Si aplicamos la analogía, cuando se nos dice que el karma viene de un sistema solar anterior lo podemos comparar con el ser humano cuando al encarnar trae el karma de la vida pasada.
Se nos dice en los tratados ocultos que en el sistema solar anterior al nuestro el Logos solar desarrolló al máximo la Inteligencia, matizando con este tercer rayo la vida de todo ser creado. Con esto podemos comprender el porqué en nuestro planeta que responde como personalidad al tercer rayo tiene tanta influencia la energía de Saturno.

Podemos pensar que la Tierra es un planeta kármico? Creo que es más que evidente, pero esto no significa que el Logos planetario sea imperfecto, al menos desde nuestra perspectiva humana. El karma que pueda generar un Dios es incomprensible incluso por los seres más avanzados del sistema.
Nos preguntamos ¿por qué se ha dado Agni Yoga a la humanidad de esta nueva era? Agni Yoga nos habla de Atención y de vivir el presente inmediato, el Aquí y Ahora.
A medida que aprendamos a vivir atentos y dejemos de estar condicionados por la memoria del pasado, habremos trascendido gran parte del karma, porque el karma no es más que el pasado que vuelve al presente para ser afrontado y trascendido.

Marta Parramon Elies