jueves, 11 de septiembre de 2025

Sobre la muerte asistida !

 



Continuación de los 6 primeros artículos  publicados en este mismo  bloc sobre 

"Muerte y Nacimiento


El tema que vamos a tratar hoy constituye una de las enseñanzas más necesarias que se dan a la humanidad en la Sabiduría Antigua, a fin de instruirla y sacarla de la ignorancia del proceso que sigue el alma entre una encarnación y otra.
La muerte forma parte de la vida, y la vida forma parte de la muerte. Todo cuanto existe en la creación está sometido a este proceso de regeneración constante y a los ciclos que se alternan entre actividad y reposo.
La humanidad necesitamos perder el miedo a la muerte, pues aunque hayamos pasado por esta experiencia en infinidad de ocasiones nuestro cerebro es incapaz de recordarlo.
A la gran mayoría de la humanidad le da un miedo terrible tener que afrontarla, aún sabiendo que es un acontecimiento inevitable por el que todo ser viviente tiene que pasar; sin embargo, lo desconocido siempre nos da miedo cuando no está en nuestras manos controlarlo.
También habrá quien no crea en la continuidad del alma o ni siquiera en su existencia. Aunque suele ocurrir que cuando llega la hora de la muerte, las dudas sobre la continuidad y el miedo a lo desconocido aflora en sus mentes.
Sin embargo, para el clarividente esotérico que tiene una percepción más allá de la física, la muerte no existe, porque cuando una persona muere, ve salir al alma del cuerpo y entrar en otra dimensión del espacio. El temor a la muerte solo es debido a la incapacidad humana de penetrar conscientemente en los mundos invisibles.
La muerte no es el único gran misterio, sino que también lo es el nacimiento. La diferencia entre uno y otro es que la muerte del cuerpo físico es una liberación para el alma. En cambio, lo que representa la vida para el ser humano, para el alma, es la muerte.
Aquello que deseamos, poseemos y anhelamos, nuestras relaciones más o menos cercanas, nuestros conocimientos, nuestras creencias y demás... para nosotros representan la vida.
Cuando nos llega el momento en que debemos afrontar la muerte, la consciencia personal que conocemos y con la cual nos identificamos, nos vemos obligados a abandonarla, produciéndose una tremenda rebelión en contra y una gran resistencia a aceptarla.
Esta resistencia produce una larga agonía y sufrimiento que se podría evitar si se tuviera una información adecuada y se supiera que más allá de la vida física existen otras dimensiones, astral y mental y que cuando se llega "allí" después de la muerte del cuerpo físico, se descubre que nos son familiares, especialmente el plano astral, porque cada noche penetramos en ellas al dormirnos.
La muerte no existe! Únicamente existe continuidad.
Lo único que muere son los cuerpos que le han servido al alma como vestidura para llevar a cabo una etapa más de su evolución en este plano más denso. Cuando el alma se haya desplazado a estos mundos más sutiles, una vez abandonado el cuerpo, seguirá conservando la misma consciencia, tal como era antes de dejar el cuerpo físico, pero con la diferencia que ahora se habrá librado del sufrimiento físico y de todas las limitaciones de este plano.
El proceso de la muerte es el mismo que se sigue cuando nos vamos a dormir cada noche. La diferencia entre dormirse y morir es que al dormir únicamente se separa del cerebro el hilo de la consciencia, mientras que en el momento de la muerte, además de separarse el hilo de la consciencia, también lo hace el hilo de la vida. Aun así, el alma sigue existiendo más allá del cuerpo físico que ha abandonado.
Cuando un alma encarna se sumerge en la densidad de la materia, siendo para ella una prisión que la limitará mientras dure aquella encarnación.
Sin embargo, cuando el cuerpo físico muere, el alma se libera y asciende hacia los mundos sutiles, descartando progresivamente los cuerpos físicos, etérico, el astral y el mental que le han servido en aquella encarnación para adquirir experiencias, le habrán dado la oportunidad de expandir la consciencia y redimirla hasta cierto punto.
Una vez se ha liberado de los distintos cuerpos materiales, llega al

Deva-Chan (el Cielo de los Cristianos) donde entrará en un profundo reposo de paz y bienestar, esperando que se den las condiciones oportunas para volver a encarnar.
En realidad el Deva-Chan no es un lugar, sino que es un estado de consciencia.
Cuando el alma desencarnada llega al Deva-Chan forma a su alrededor una esfera dentro de la cual vivirá con solo desearlo y por el poder de la imaginación, (pues cabe recordar que la imaginación es creadora) todas aquellas experiencias que hubiera querido vivir en su vida y el karma se lo impidió. Este es un estado de bienaventuranza que sirve al alma humana de bálsamo por todos los sufrimientos vividos en aquella encarnación a fin de poder entrar en una nueva vida sin el recuerdo del sufrimiento que pudo haber padecido anteriormente. (Quizás es por esta razón que normalmente no se nos permite recordar las encarnaciones anteriores) Cada alma posee su propio Deva-Chan de acuerdo a sus aspiraciones y tendencias cultivadas durante la encarnación.
Para esta alma, su Deva-Chan constituirá una vivencia mucho más real que la propia vida física, habiéndose liberado de todo sufrimiento, ya que el karma, cuando el alma ha dejado atrás sus vehículos mortales, no puede seguirle hasta este nivel de consciencia superior.

Marta Parramon Elies

Comentarios
Este es un tema que, sea por el miedo a la muerte o por la inquietud hacia lo desconocido, suele interesar a la mayor parte de la humanidad.
La temática del artículo no me resulta ni extraña ni desconocida, pero agradezco la forma en la que, con sencillez, nos haces llegar estas enseñanzas, ya que nos permiten asimilarlas de una forma más fácil y clara.
Científicamente, ya está demostrado que la energía no se extingue, se transforma, y eso es lo que ocurre cuando alguien desencarna. Su esencia no desaparece, simplemente se sutiliza y transforma.
Esperaremos la siguiente parte del artículo.
Un fuerte abrazo

Respuesta
Personalmente hace algunos años conocí a un señor mayor que formó parte de mi familia. Era una persona bondadosa, inteligente y de trato excelente, bastante introvertido, aunque existía un gran aprecio por ambas partes.
Un día que en una conversación familiar saqué el tema de la muerte me cortó en seco, negándose a oír hablar de ello y prohibiéndonos a los que estábamos presentes que en su casa se volviera a hablar sobre la muerte. Aunque él no la nombró por su nombre, sino que se limitó a decir *no se puede hablar de esto*.
Aparentaba no creer en nada más allá de esta vida física; sin embargo, lo temía.
¿Cómo se puede temer algo cuando se está tan seguro de que no existe nada, más allá de este plano?
Quizás en el fondo de su ser y de forma totalmente inconsciente, todavía conservaba un mal recuerdo del final de su vida anterior.
Unos años más tarde enfermó y no tardó mucho tiempo en dejarnos.
Todo y sabiendo que se estaba muriendo, lo aceptó de manera pacífica y serena hasta su último suspiro, sin dar ninguna sensación de temor.
A veces el miedo a la muerte no se produce únicamente por tener que abandonar a los seres queridos o a lo que hemos acumulado de conocimientos o posesiones materiales, o por el terror a ser aniquilados, sino que por alguna razón, quizás dolorosa, todavía podemos mantener el recuerdo inconsciente de alguna muerte terrible acaecida en otra encarnación.
Por esto no es recomendable esotéricamente someterse a regresiones para saber que fuimos o que nos ocurrió en otras vidas. Si llegáramos a saberlo sin estar debidamente preparados, la experiencia podría ser traumática, condicionar el presente e interferir en la evolución alcanzada. Además, es muy difícil que se pueda acceder a vidas anteriores si no se tiene acceso a la consciencia causal, pues la memoria de toda nuestra existencia se halla en los átomos permanentes protegidos por nuestro Yo superior.
Un fuerte abrazo

Comentario
Vida y muerte son una misma energía de átomos en diferentes direcciones, fusionándose a la vez para una Vida Única.
El reposo y la actividad es totalmente necesaria para la evolución Cósmica Universal.
Vida de Vidas en encarnaciones que siempre son la misma con distintos ropajes y personalidades.
Dios dicen que descansó, no cesó su trabajo... así también nosotros nos vamos nutriendo de la misma experiencia.
Nuestro trabajo físico es también de actividad y descanso... así que por analogías podemos entender.
Cuando la humanidad en general se dé cuenta que el alma está aprisionada en el cuerpo, abrirá sus alas y ese miedo a la muerte cesará.
Una abraçada.

Respuesta
A medida que nos vayamos introduciendo en el tema sobre la muerte y el nacimiento irá surgiendo con más comprensión la realidad de una existencia permanente.
El Deva-Chan y el proceso de volver a nacer, al igual que todo lo que haga referencia al tema, lo trataremos con detalle, a fin de conocer si existe o no existe actividad fuera del cuerpo físico una vez abandonado este, pues todo depende del nivel de consciencia alcanzado y del propósito que tenga el Alma en la nueva encarnación.
Un abrazo.

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