HP.
Blavatski
El
idioma de los Devas es el Silencio
El
Silencio la Palabra y los Devas van siempre unidos en cualquier
proceso Creador.
Nos
preguntamos, .. ¿Cómo podemos incorporar el Silencio en nuestras
vidas para poder atraer la atención de los devas, . ?
Hablar
del silencio pueda parecer una contradicción, sin embargo, cuando se
empieza a servir es necesario un proceso de entrenamiento grupal que
nos ayude a dar los primeros pasos por medio del estudio, la
meditación, el autoconocimiento y el servicio. Para que nazca en
nuestro interior este silencio tan anhelado, no es preciso tan solo
controlar la palabra, los pensamientos o los deseos que causan tanto
ruido en los niveles internos, sino de adoptar una actitud totalmente
nueva, serena y desapasionada frente a las relaciones que
establecemos y a los acontecimientos que transcurren en el devenir de
nuestra vida, a fin de hallar este centro de paz y equilibrio en el
corazón donde nada pueda perturbarnos.
Cuando
internamente hayamos llegado a la comprensión de la importancia del
Silencio, nuestra vida cambiará, . Cambiarán nuestras relaciones,
nuestro carácter y la forma que tenemos de entender la vida.
En
primer lugar es necesario el alineamiento de nuestros vehículos
siendo el mejor sistema la meditación, hasta alcanzar esta paz
personal que se produce cuando nos centramos en niveles mentales. Sin
embargo, hay que ir más allá a fin de hallar las respuestas
trascendentes que nos estamos formulando, aunque llegados a este
estado de consciencia las respuestas ya no serán concretas porque
habremos trascendido la personalidad y en estos niveles todo es
abstracto. Es en esta abstracción donde podremos intuir lo que
significa el Silencio, entonces los devas se harán presentes en
nuestras vidas.
El
silencio va naciendo en nuestro interior a medida que recorremos las
distintas etapas del camino, desde que recibimos la primera
iniciación como aspirantes espirituales y en las aulas internas se
nos enseña a conocer a los devas elementales. Entonces el vehículo
que ha sido iniciado entra en una quietud desconocida al haber
orientado su consciencia a niveles mentales, aunque todavía no haya
eliminado totalmente sus tendencias más instintivas y le quede por
trascender residuos kármicos a este nivel. Sin embargo, lo
conquistado se hará permanente.
Al
paso de muchas encarnaciones y experiencias la consciencia se habrá
expandido, la mente y el corazón estarán plenamente activos,
servirá orientado por su Alma y se le preparará para recibir la 2ª
iniciación.
Es
a partir de entonces que el discípulo iniciado entrará en contacto
plenamente consciente con el reino dévico, con algunas de sus
Jerarquías de elevada evolución espiritual y el mundo oculto se le
hará visible. Reconocerá al Maestro al Cual está sirviendo y al
grupo interno que rige y del cual a partir de entonces será un
miembro más.
Entonces
el Silencio que va penetrando en lo más hondo de su ser se hace
evidente en lo externo y el control de la palabra es en hecho debido
al desapego de su cuerpo mental. Sus valores han cambiado. Los
pensamientos son símbolos que el iniciado aprende a sintetizar al
máximo para cuando llegue a convertirse en un Logos Creador,
entonces tan solo con pronunciar una Palabra, .“El Verbo”
surgirán los mundos.
Sin
embargo, la palabra no podrá ser creadora si antes no va precedida
del profundo Silencio alojado en su corazón.
Se
está acercando a la etapa final del Sendero y debe aprender a Crear
formas mentales de elevada vibración, conjuntamente con los Devas
constructores que las materializarán en el plano mental. Se está
iniciando en la “consciencia” monádica, que en realidad no es
consciencia porque más allá del Alma la mente es trascendida una
vez se ha recibido la 3ª Iniciación Jerárquica.
Quienes
aman la Naturaleza y se sienten identificados con ella saben que en
su atenta observación se puede entrar en un profundo silencio. No es
necesaria la meditación aprendida en los estudios ni el alineamiento
de los vehículos porque en esta atención profunda nos hemos elevado
sin proponérnoslo, entonces tan solo se precisa abrir el corazón,
dejarnos penetrar por el Amor y la Paz que la Naturaleza nos
transmite para entrar en contacto con los Devas del Silencio. La más
elevada forma de meditar es la Contemplación separada totalmente de
los sentidos, cuando todo nuestro ser está impregnado del Silencio
que nos envuelve.
En
este instante lo único que se siente es Amor, pero no un amor hacia
un paisaje o a nada en concreto, sino que el Amor lo es todo y lo
abarca Todo, está dentro y fuera de nosotros mismos. Esta es la
Consciencia de Unidad del plano Búdico que únicamente la
alcanzaremos cuando las formas elementales desaparezcan y nos hayamos
situado en el centro de nosotros mismos.
El
Silencio se produce a medida que aumenta la radiación e iluminación
de los cuerpos, cuando al recibir cada una de las iniciaciones son
introducidos en nuestros vehículos átomos búdicos radiactivos,
expulsando la substancia elemental que hasta aquel momento habitaba
aquel cuerpo.
En
las etapas finales del Sendero aumenta considerablemente el contacto
monádico por vía de la intuición. Entonces podemos tener la
certeza que la intuición no es Egoica, sino que es Monádica.
Quienes
han alcanzado el Silencio Creador ya no pertenecen al reino humano.
Se han librado de la dualidad y de la vida en los tres mundos al
haber transformado la materia de sus cuerpos en Espíritu.
A
medida que la radiación atómica va penetrando en los cuerpos,
aflora en la vida del iniciado la consciencia monádica y el Silencio
se hace más patente dentro y fuera de Sí mismo.
Vemos
pues que la finalidad del reino humano consiste en convertirse en
creador, en un verdadero Mago consciente y llegar a formar parte de
la Jerarquía Espiritual, contribuyendo de esta forma a la evolución
planetaria de cualquiera de los reinos.
El
contacto dévico y el Silencio vienen como consecuencia de una
evolución espiritual y todos nosotros estamos en camino.
Marta Parramon Elies
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