martes, 2 de agosto de 2016

Transferencia de energías planetarias y humanas! (2ª parte)




Cogiendo el hilo allí donde lo dejamos en nuestra conversación anterior, seguiremos en la etapa en que el discípulo es puesto a prueba por el Maestro, a fin de que demuestre su enfoque y control mental sobre su cuerpo de deseos.

Durante un larguísimo período de tiempo el aspirante al discipulado ha desarrollado la mente concreta, ha aprendido a ver la diferencia que existe entre lo real y lo irreal, entre el bien y el mal. Ha adquirido muchos conocimientos, ha sido feliz temporalmente y también ha sufrido dolorosas experiencias que le han servido para aprender las lecciones que precisaba para poder seguir avanzando.

Aparentemente en este período de tiempo el karma que vive es similar al de la humanidad común; sin embargo, a medida que se acerca al discipulado la respuesta que da a la vida y a las circunstancias ya no es la misma, pues su reacción proviene de un estado de consciencia superior.
Más adelante se da cuenta de todo cuanto ocurre en el mundo y fuera de sí mismo, entonces empieza a interesarse cada vez más por las grandes injusticias que azotan a la humanidad, por su ignorancia y el sufrimiento que al igual que él está padeciendo. Por primera vez se identifica con ellos y siente dentro de sí la compasión en su corazón. A partir de entonces van creciendo en él las ansias de contribuir a aliviar el dolor del mundo. Esta actitud da muestras de estar transfiriendo las energías del plexo solar al corazón.
Sumergido en su vida astral durante infinidad de encarnaciones, ha vivido grandes desequilibrios emocionales que le han hecho sufrir; sin embargo, en todo este proceso ha desarrollado la mente lo suficiente como para discernir y darse cuenta de las causas que lo han inducido a actuar de una forma determinada, lo cual le ha permitido aprender muchas lecciones que le han dado la oportunidad de cambiar de orientación.
El Maestro observa a la multitud esperando ver la intensificación de luz en la cabeza de algún ser humano en medio de la gran masa. Cuando ve sobresalir una luz vibrante sabe que se halla frente a un discípulo, un futuro servidor del Plan. Entonces decide ponerlo a prueba y en el momento en que los astros estén en la posición adecuada, el karma se precipitará en la vida del discípulo, poniendo a prueba su capacidad de control astral.
Cuando por fin y en medio de una gran crisis personal, sin que él sea plenamente consciente del cambio producido en su interior, se le está dando la oportunidad de demostrar que ama a los demás más que a sí mismo y que su vida de deseos está siendo sublimada en Amor.
Es en esta segunda iniciación que el discípulo en probación sufre la prueba más difícil de superar.
Han tenido que pasar muchísimas encarnaciones desde que recibió la primera iniciación en que demostró haber transformado el instinto en intelecto. Se ha sumergido plenamente en su vida de deseos hasta transformarla en aspiración espiritual, . Ha despertado el amor en su corazón y desarrollado considerablemente su cuerpo mental.
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Ahora el Maestro espera a ver si las pruebas que le ha impuesto serán superadas o si el discípulo no las resistirá y preferirá esperar a que le llegue otra oportunidad, que generalmente acostumbra a ser en otra encarnación. Si esta es la decisión que ha tomado el discípulo, habrá dejado perder la gran oportunidad que se le ha dado de ser aceptado por el Maestro, recibir la Iniciación y actuar definitivamente como servidor consciente dentro de la Jerarquía.
Las pruebas kármicas previas a la iniciación le provocarán grandes desequilibrios emocionales que consistirán en el desprendimiento de lo que más ama y hasta el momento le ha ofrecido más seguridades.
Si pasa las pruebas, su carácter y vida de relaciones personales cambiarán sensiblemente porque él habrá cambiado. Entonces empezará un conflicto inevitable entre las relaciones que establece con su familia y las personas con quien se relaciona.
La radiación y magnetismo superior que ha adquirido alejará de su vida a las personas que no están preparadas para resistirla, en cambio, habrá otras que se sentirán mucho más atraídas por la vida espiritual y se acercarán a él.
Cuando el control astral es definitivo, el discípulo cambia visiblemente sus valores. La vida mundana ni las trivialidades ya no le atraen y las personas que lo rodean no comprenden su creciente impersonalidad.
De ahí que en los estudios esotéricos se insiste a los aspirantes al discipulado el olvido de sí mismos a fin de prepararse para cuando les llegue el momento de demostrar este desapego.
Llegado a esta etapa previa a la segunda iniciación, el discípulo, que ya tiene conocimiento de los mundos ocultos, es plenamente consciente que su vibración espiritual es lo suficientemente elevada como para llamar la atención de las fuerzas de la Luz y de la oscuridad, las cuales luchan entre sí para lograr la supremacía. A la derecha el bien y a la izquierda el mal, enfrentados en el interior de su consciencia.
Sin embargo, pese a las dificultades, el discípulo, que en esta etapa está regido generalmente por el signo de Escorpio y por el sexto rayo proveniente del planeta sagrado Neptuno, pronuncia con plena convicción estas palabras...
* Guerrero, soy y surjo triunfante de la batalla*
Pese a las dificultades se mantendrá firme en el estado superior de consciencia que se ha ganado con duro esfuerzo.
Además de las pruebas astrales que se han de pasar en la segunda iniciación, vuelve a ponerse a prueba el control físico de cuando recibió la primera iniciación, aunque ahora su estado de consciencia es mucho más avanzado y no le es tan difícil de superar. En la tercera Iniciación, cuando sea puesto a prueba el control del Alma sobre su cuerpo mental, las pruebas se van a producir en los tres niveles de consciencia; mental, astral y físico. Entonces podrá demostrar que ha trascendido totalmente su personalidad y la atracción hacia la materia.
En la etapa previa a la segunda iniciación, el Karma del discípulo es acelerado, precipitándose una carga excepcional de los residuos astrales que quedan todavía pendientes por trascender.
No pensemos que todos los discípulos resisten la tensión de tal prueba; sin embargo, aunque no reciban la iniciación en aquella encarnación, no por esto dejan de ser discípulos. Aunque la expansión de consciencia y el consiguiente avance hacia la tercera iniciación se demorarán al no haberse producido la imposición del Cetro iniciático que le hubiera abierto la consciencia a un estado muy superior.
Vemos, pues que en la primera iniciación, el instinto se ha transformado en intelecto al elevarse las energías del centro Sacro al Laríngeo, siendo el chacra estimulado por el Cetro iniciático, el Cardíaco. Los Maestros consideran esta iniciación menor como la admisión en el Sendero.
En la segunda iniciación, la que tratamos hoy, el deseo se ha transmutado en aspiración espiritual al elevar las energías del Plexo solar al Cardíaco, siendo el Laríngeo el centro estimulado por el Cetro de Poder.
Durante la imposición del Cetro son desalojados del cuerpo del iniciado átomos de materia densa de cada uno de los cuerpos, siendo substituidos por átomos búdicos, produciéndose en su aura el doble de radiación que emitía antes de recibir la primera iniciación.
A partir de entonces, aún conservando la personalidad, será el Alma quien tomará las riendas de su vida y se expresará a través de ella. El estímulo recibido en el centro Laríngeo y el pleno desarrollo de su centro Cardíaco le permitirá desarrollar la mente superior en los niveles abstractos e intuitivos y al ser aceptado por el Maestro entrará a formar parte de Su Ashrama.
El discípulo iniciado vivirá una gran expansión de consciencia que puede durar muchos años. Se le abrirá la visión interna a los mundos ocultos más allá del plano astral. Entrará en contacto consciente con el Maestro y el grupo interno, con Devas de superior evolución. Recibirá instrucción sobre las energías y como invocarlas y utilizarlas. Se le permitirá conocer a otras entidades que pueblan el espacio, a los devas elementales o espíritus de la naturaleza en distintos planos y mucho más...
Siempre que se ha llegado a un nivel evolutivo superior, la visión interna incluye a las dimensiones inferiores, aunque ahora la perspectiva y capacidad de control está muy por encima.
Todo cuanto pueda aprender, experimentar y vivir un discípulo iniciado aceptado por el Maestro, le es permitido porque habrá demostrado ser un Servidor del Plan, ya que en un Ashrama de la Jerarquía tan solo entran quienes demuestran ser Servidores consagrados.

Marta Parramon Elies.



1 comentario:

  1. Duras pruebas que, como bien dices, no todo los discípulos son capaces de soportar, quedando siempre la esperanza de saber que, aunque poco, cualquier mínimo esfuerzo servirá para, quizás en una próxima vida, encontrarse en mejores condiciones y con mejores cuerpos para superar dichas pruebas.

    Gracias Marta por este segunda parte sobre este interesante tema.

    Un fuerte abrazo

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