El reino Vegetal y el reino Dévico !

Es extraordinario todo cuanto ofrece el reino vegetal al conjunto del planeta, por ser este el reino que transforma el Prana en fluido vital y lo expande hacia las vidas de todos los reinos.
Seguramente muchos de vosotros al entrar en un bosque habréis visto a un árbol imponente y aislado de los demás ocupando todo un claro del bosque. Estos árboles no están ahí aislados ni se han desarrollado con tanta belleza por casualidad. Indica que son entidades mucho más evolucionadas que el resto de los árboles que forman el conjunto del bosque.
También del reino vegetal se han extraído desde tiempos remotos los principios activos medicinales que curan a hombres y animales, y estas plantas en su gran mayoría son las que dan perfume.
Cada planta, ya sea una hierba, una flor, un matorral, un árbol o la vegetación marina, son entidades dévicas elementales de muy diversa evolución, cada una de ellas realiza la función que le corresponde, colaborando conjuntamente con las demás especies en la construcción del reino.
En todos los bosques existe su "Señor" el Deva protector que controla la evolución de dicha zona, al igual que cada especie por separado tiene también un Deva que hace la función de director y protector y muy por encima en evolución está el Gran Deva o el Alma de todo el reino.
En el reino vegetal es donde "florece" con mayor esplendor y variedad el reino Dévico, habiendo Devas de una evolución muy superior a la de aquellos que forman parte de los cuatro elementos y que conocemos como Sílfides, Salamandras, las Ondinas o los Gnomos.

En las enseñanzas religiosas siempre se ha dicho que "Dios crea a Su imagen y semejanza". Pues los devas constructores al igual que los seres humanos y cada cual en su propio reino, hacemos lo mismo.

¿Qué quiero decir con esto? Pues que aunque no se haya desarrollado la clarividencia y no puedan verse a los ángeles, a los devas, a las hadas, a los gnomos u otros desconocidos espíritus de la naturaleza que todavía no se han dado a conocer en las enseñanzas ocultas, sí que los podemos imaginar o visualizarlos mentalmente, observando por ejemplo a una flor o a un árbol.

Quien es aficionado al dibujo, antes de iniciarlo seguramente hará un esbozo de lo que tiene en su imaginación o del modelo que tiene frente a sí. Un buen artista empieza su obra basándose en los arquetipos, teniendo siempre como regla inicial la geometría de las formas.

Un abeto por ejemplo, tiene forma triangular o de cono, una flor de cinco pétalos forma un pentágono o estrella de cinco puntas, un pino piñonero estará formado por un círculo o esfera y una línea vertical cilíndrica...
Cada especie, cada entidad o forma creada sea de un reino u otro tiene una forma geométrica más o menos regular que podemos percibir a simple vista, pero al igual que ocurre con los cuerpos del ser humano, lo que vemos físicamente tan solo es la vestimenta de la entidad que la habita. En realidad el cuerpo físico que es el más comprimido es el doble exacto del etérico cuya forma mucho más dilatada y sutil es idéntica a la entidad que la ocupa. Cuanto más avanzado espiritualmente es un deva, más luminoso acostumbra a ser y menos perceptible la forma. Las entidades angélicas de evolución superior pueden adoptar la forma y el tamaño que desean, pueden aparecer con una forma semejante a la humana si es preciso, aunque esto no es habitual. En general si esto se produce, el clarividente no le ven rasgos faciales ni tampoco las manos. Ellos son pura energía que responden a distintos rayos según a cuál jerarquía angélica pertenezcan y según su nivel evolutivo. Los hay de todos los rayos y sutilezas, lo cual les da un matiz de distintos colores más o menos puros.
Si algún día aparecen ante vosotros, tan solo veréis su cuerpo etéreo que para él es su cuerpo físico, pero no al propio deva que habita aquella forma, pues sabemos que ellos no poseen un cuerpo físico denso como el humano y que cuanto más avanzada es una entidad, menos forma poseerá.
Si deseamos tener algún contacto con devas superiores, antes tendremos que haber incorporado en nuestras vidas un nivel de pureza y de amor lo suficientemente elevado para que se acerquen a nosotros.

Utilizando la imaginación creadora y sabiendo que todo ser es hecho a imagen y semejanza de su arquetipo, cuando observéis una flor imaginad al deva que la habita, la cuida y provee su crecimiento. El doble etérico del deva es muy parecido a la flor aunque mucho más dilatado y vaporoso, más cuanto más evolucionado sea. Al principio quizás aparecerá ante vuestra visión por encima de la flor como un chispazo, pero casi seguro que quedará grabado en vuestra retina, aunque de momento no estéis seguros de si ha sido un reflejo del sol o una entidad dévica.
Si la forma observada es un abeto similar a un cono, también lo será el deva, se verá por encima del árbol y a su alrededor una aura generalmente de color violeta que puede tener una anchura de 50 cm o más, esta aura etérea es el propio Deva que lo compenetra y protege con su manto de Luz.

En cuanto a las plantas olorosas, cuanto más perfumadas sean tanto más luminosa y expandida será el aura de la entidad que lo habita pues indicará mayor evolución.

Toda forma geométrica regular es un arquetipo, al igual que para el ser humano lo es el Constructor del cuerpo causal, nuestro Ángel solar cuya forma es la estrella de cinco puntas.
El ser humano con brazos y piernas separadas del cuerpo, si reseguimos su perfil nos dará la estrella de 5 puntas.
Se trata de ser observadores, al principio lo imaginaremos, pero a medida que nos vayamos identificando con el reino vegetal, la visualización será cada vez más cercana a la realidad. Cuando sepamos apreciar la belleza del reino y lo amemos verdaderamente, entraremos en contacto con los devas porque se habrá establecido una corriente de energía magnética entre los dos reinos y entonces aparecerán ante nuestra visión.

Marta Parramon Elies