Reunión
grupal en la Asociación de Amigos de la India de Barcelona,
Catalunya (España) 1996
Todos
cuantos nos hemos iniciado en los estudios esotéricos, sabemos que
existen dos leyes de primordial importancia para que la redención de
la materia pueda cumplirse y alcanzar un día más o menos lejano la
liberación de la materia. Estas dos leyes son; la Ley de
Renacimiento y la Ley de Causa y Efecto, dicha también, la Ley del
Karma.
No existiría evolución sin redención y si el alma no pudiera encarnar y adquirir consciencia a través de los distintos planos y subplanos que paso a paso debemos ir trascendiendo. Para ello es necesario sumergirse en la densidad de la materia, conocerla en toda su extensión y de acuerdo a la comprensión adquirida y a la respuesta que demos a cada paso, ser conscientes de que todo cuanto hagamos o dejemos de hacer será sometido a la Ley del karma, la cual no puede ser eludida, viéndonos obligados a enfrentarnos constantemente a nosotros mismos para hacernos conscientes de nuestra realidad y de lo que hay que seguir perfeccionando en cada nueva encarnación.
La evolución es todo un proceso de aprendizaje que nos enseña a saber diferenciar lo real de lo irreal, entendiendo por real, la comprensión inteligente de que nosotros no somos los cuerpos que utilizamos y que formamos parte de una Unidad Mayor, una Inteligencia Suprema que nos ha creado y cuya finalidad o Propósito todavía desconocemos. Lo que si sabemos es que llevamos impresos en nuestros genes Su Amor e Inteligencia y que nuestra misión como magos blancos inmersos en cuerpos de materia elemental, debemos contribuir a que Su Plan evolutivo se cumpla y manifieste plenamente. Es urgente que en estos tiempos que nos ha tocado vivir salgamos de la inercia que nos paraliza y empecemos a aplicar a la vida práctica de cada día lo que mentalmente sabemos en teoría. El servicio desinteresado es la primera manifestación del Alma, el cual contribuye al despertar de las consciencias en sus diversos niveles evolutivos. Una vez se ha despertado ya no hay vuelta atrás, porque hemos traspasado el portal que se abre ante el Sendero de Retorno que nos conduce a nuestro verdadero Hogar.
Desde el proceso de individualización y a medida que se suceden infinidad de encarnaciones, los seres humanos acumulamos gran cantidad de karma experimentando en la densidad de la materia. La primera etapa evolutiva es muy lenta, han de transcurrir miles de encarnaciones antes no somos capaces de darnos cuenta de que no somos lo que hemos creído durante toda nuestra existencia y ser plenamente conscientes de haber infringido las leyes de la naturaleza al pensar únicamente en nosotros mismos.
Hemos tropezado infinidad de veces con la misma piedra, hasta que tras muchas experiencias vividas, el sufrimiento y la soledad que conlleva el egoísmo y el vivir de espaldas a la luz, hemos empezado a darnos cuenta de que toda causa produce sus efectos y esto ya es señal de estar utilizando la mente discernidora, lo cual nos permite aprender finalmente de nuestros errores.
Sin embargo, la evolución no se detiene y habiendo llegando a la etapa final del sendero evolutivo, surge con fuerza una nueva y más real comprensión del porque de nuestra existencia en este mundo y la necesidad de cultivar unos valores verdaderamente humanos, que contribuyan a transformar la vida y la relación con todo ser existente, lo cual producirá un cambio substancial en la dirección de nuestras vidas.
Ahora ya hemos aprendido la diferencia que existe entre el bien y el mal, lo cual implica mayor responsabilidad.
A medida que corregimos nuestra actitud frente a la vida y los acontecimientos, trascendemos el karma negativo que generamos en el pasado, esto indica que hemos comenzado a redimir la materia de nuestros cuerpos y aunque todavía sigamos generando karma, pues aún nos quedan muchas experiencias y encarnaciones por vivir hasta llegar a la perfección, ahora existe suficiente luz en nuestra mente y la capacidad de comprensión como para ir imponiendo nuestra voluntad sobre las tendencias personales que han dominado durante tantísimo tiempo nuestras vidas. Actualmente la propia consciencia nos impone la aplicación de la voluntad al bien, ya no se trata únicamente de la buena voluntad de las personas corrientes que más bien son pasivas, hay que ir más allá y empezar a actuar dando ejemplo, sabiendo que podemos conquistar la paz y el equilibrio que tanto necesitamos al aprender a vivir y a convivir armónicamente con el mundo que nos rodea.
El proceso evolutivo se acelera a medida que abrimos la mente y expandimos el corazón, al paso que redimimos la materia elemental de nuestros cuerpos, contribuyendo con ello a redimir al mundo. Al propio tiempo, la voz de la consciencia se hace sentir cada vez con más fuerza en nuestro interior antes de decidir cualquier cuestión, induciéndonos a actuar con responsabilidad e impersonalidad, lo cual es indicio de estar actuando como el verdadero Ser que somos en esencia, un Alma en encarnación.
Así pues, os daréis cuenta de que, de una u otra forma, estáis produciendo la redención de la materia de vuestros cuerpos cada vez que actuáis conscientemente de forma positiva y a la vez estáis reorientando vuestras vidas.
A medida que avancéis en sentido ascendente, la luz que desprende la materia redimida de vuestros cuerpos estará contribuyendo a disipar la oscuridad del mundo. A partir de aquí habréis dado un paso importante en el Sendero de Retorno, que os conducirá a su debido tiempo a la Iniciación, pero no sin antes haber abandonado gran parte del yo trascendido. Hasta que finalmente cuando la renuncia de los apegos personales sea total, vendrá la Liberación y las vidas elementales que constituyen la materia de vuestros cuerpos habrán sido totalmente redimidas. Redimir significa,..Iluminar!
La Renuncia nos permite traspasar la Puerta que conduce a la revelación de lo que siempre ha existido y sin embargo, los velos de la materia lo han mantenido oculto. Toda revelación, por insignificante que pueda pareceros, es el preludio de una gran expansión de consciencia.
En cada Iniciación se activa y eleva la frecuencia vibratoria del cuerpo que ha sido motivo de atención, al penetrar en ellos la radiación que proviene del plano Búdico. Entonces, las células, moléculas y átomos de materia densa serán totalmente redimidos y el aura del iniciado se iluminará.
Hasta aquí nos hemos referido a la redención de la materia de nuestros cuerpos, sin embargo cuando entramos en el camino del discipulado y nos consagramos al servicio, nos convertimos en redentores de la humanidad.
¿Qué intención le mueve al discípulo mundial que sirve como Alma encarnada? acaso no es la introducción de Luz en las consciencias para que por si mismas se conviertan en Redentoras?
No existiría evolución sin redención y si el alma no pudiera encarnar y adquirir consciencia a través de los distintos planos y subplanos que paso a paso debemos ir trascendiendo. Para ello es necesario sumergirse en la densidad de la materia, conocerla en toda su extensión y de acuerdo a la comprensión adquirida y a la respuesta que demos a cada paso, ser conscientes de que todo cuanto hagamos o dejemos de hacer será sometido a la Ley del karma, la cual no puede ser eludida, viéndonos obligados a enfrentarnos constantemente a nosotros mismos para hacernos conscientes de nuestra realidad y de lo que hay que seguir perfeccionando en cada nueva encarnación.
La evolución es todo un proceso de aprendizaje que nos enseña a saber diferenciar lo real de lo irreal, entendiendo por real, la comprensión inteligente de que nosotros no somos los cuerpos que utilizamos y que formamos parte de una Unidad Mayor, una Inteligencia Suprema que nos ha creado y cuya finalidad o Propósito todavía desconocemos. Lo que si sabemos es que llevamos impresos en nuestros genes Su Amor e Inteligencia y que nuestra misión como magos blancos inmersos en cuerpos de materia elemental, debemos contribuir a que Su Plan evolutivo se cumpla y manifieste plenamente. Es urgente que en estos tiempos que nos ha tocado vivir salgamos de la inercia que nos paraliza y empecemos a aplicar a la vida práctica de cada día lo que mentalmente sabemos en teoría. El servicio desinteresado es la primera manifestación del Alma, el cual contribuye al despertar de las consciencias en sus diversos niveles evolutivos. Una vez se ha despertado ya no hay vuelta atrás, porque hemos traspasado el portal que se abre ante el Sendero de Retorno que nos conduce a nuestro verdadero Hogar.
Desde el proceso de individualización y a medida que se suceden infinidad de encarnaciones, los seres humanos acumulamos gran cantidad de karma experimentando en la densidad de la materia. La primera etapa evolutiva es muy lenta, han de transcurrir miles de encarnaciones antes no somos capaces de darnos cuenta de que no somos lo que hemos creído durante toda nuestra existencia y ser plenamente conscientes de haber infringido las leyes de la naturaleza al pensar únicamente en nosotros mismos.
Hemos tropezado infinidad de veces con la misma piedra, hasta que tras muchas experiencias vividas, el sufrimiento y la soledad que conlleva el egoísmo y el vivir de espaldas a la luz, hemos empezado a darnos cuenta de que toda causa produce sus efectos y esto ya es señal de estar utilizando la mente discernidora, lo cual nos permite aprender finalmente de nuestros errores.
Sin embargo, la evolución no se detiene y habiendo llegando a la etapa final del sendero evolutivo, surge con fuerza una nueva y más real comprensión del porque de nuestra existencia en este mundo y la necesidad de cultivar unos valores verdaderamente humanos, que contribuyan a transformar la vida y la relación con todo ser existente, lo cual producirá un cambio substancial en la dirección de nuestras vidas.
Ahora ya hemos aprendido la diferencia que existe entre el bien y el mal, lo cual implica mayor responsabilidad.
A medida que corregimos nuestra actitud frente a la vida y los acontecimientos, trascendemos el karma negativo que generamos en el pasado, esto indica que hemos comenzado a redimir la materia de nuestros cuerpos y aunque todavía sigamos generando karma, pues aún nos quedan muchas experiencias y encarnaciones por vivir hasta llegar a la perfección, ahora existe suficiente luz en nuestra mente y la capacidad de comprensión como para ir imponiendo nuestra voluntad sobre las tendencias personales que han dominado durante tantísimo tiempo nuestras vidas. Actualmente la propia consciencia nos impone la aplicación de la voluntad al bien, ya no se trata únicamente de la buena voluntad de las personas corrientes que más bien son pasivas, hay que ir más allá y empezar a actuar dando ejemplo, sabiendo que podemos conquistar la paz y el equilibrio que tanto necesitamos al aprender a vivir y a convivir armónicamente con el mundo que nos rodea.
El proceso evolutivo se acelera a medida que abrimos la mente y expandimos el corazón, al paso que redimimos la materia elemental de nuestros cuerpos, contribuyendo con ello a redimir al mundo. Al propio tiempo, la voz de la consciencia se hace sentir cada vez con más fuerza en nuestro interior antes de decidir cualquier cuestión, induciéndonos a actuar con responsabilidad e impersonalidad, lo cual es indicio de estar actuando como el verdadero Ser que somos en esencia, un Alma en encarnación.
Así pues, os daréis cuenta de que, de una u otra forma, estáis produciendo la redención de la materia de vuestros cuerpos cada vez que actuáis conscientemente de forma positiva y a la vez estáis reorientando vuestras vidas.
A medida que avancéis en sentido ascendente, la luz que desprende la materia redimida de vuestros cuerpos estará contribuyendo a disipar la oscuridad del mundo. A partir de aquí habréis dado un paso importante en el Sendero de Retorno, que os conducirá a su debido tiempo a la Iniciación, pero no sin antes haber abandonado gran parte del yo trascendido. Hasta que finalmente cuando la renuncia de los apegos personales sea total, vendrá la Liberación y las vidas elementales que constituyen la materia de vuestros cuerpos habrán sido totalmente redimidas. Redimir significa,..Iluminar!
La Renuncia nos permite traspasar la Puerta que conduce a la revelación de lo que siempre ha existido y sin embargo, los velos de la materia lo han mantenido oculto. Toda revelación, por insignificante que pueda pareceros, es el preludio de una gran expansión de consciencia.
En cada Iniciación se activa y eleva la frecuencia vibratoria del cuerpo que ha sido motivo de atención, al penetrar en ellos la radiación que proviene del plano Búdico. Entonces, las células, moléculas y átomos de materia densa serán totalmente redimidos y el aura del iniciado se iluminará.
Hasta aquí nos hemos referido a la redención de la materia de nuestros cuerpos, sin embargo cuando entramos en el camino del discipulado y nos consagramos al servicio, nos convertimos en redentores de la humanidad.
¿Qué intención le mueve al discípulo mundial que sirve como Alma encarnada? acaso no es la introducción de Luz en las consciencias para que por si mismas se conviertan en Redentoras?
Marta
Parramon Elies
Comentario
Gracias por tu explicación, Marta.
Después de leer tus palabras, se ve con más claridad cómo la evolución está regida realmente por el Servicio/Renuncia. Por un lado el acto de "sublimar" la materia, de "iluminarla" para convertirla un receptáculo adecuado; por el otro (en el momento en que Alma ya ha tomado las riendas), el Servicio aparece como el "despertar de las Conciencias".
Así pues, sea de una manera u de otra, se hace necesaria la intervención de quien está más evolucionado para ayudar a quien intenta abrirse camino a encontrar (por sí mismo), la Luz.
Pero en este andar que debe realizar conscientemente y con responsabilidad cada uno, la renuncia de todo aquello que nos ata a la materia, es necesaria.
Gracias por tu explicación, Marta.
Después de leer tus palabras, se ve con más claridad cómo la evolución está regida realmente por el Servicio/Renuncia. Por un lado el acto de "sublimar" la materia, de "iluminarla" para convertirla un receptáculo adecuado; por el otro (en el momento en que Alma ya ha tomado las riendas), el Servicio aparece como el "despertar de las Conciencias".
Así pues, sea de una manera u de otra, se hace necesaria la intervención de quien está más evolucionado para ayudar a quien intenta abrirse camino a encontrar (por sí mismo), la Luz.
Pero en este andar que debe realizar conscientemente y con responsabilidad cada uno, la renuncia de todo aquello que nos ata a la materia, es necesaria.
Un
abrazo.
Neus
Gracias por tu explicación, Marta.
ResponderEliminarDespués de leer tus palabras, se ve con más claridad cómo la evolución está regida realmente por el Servicio/Renuncia. Por un lado el acto de "sublimar" la materia, de "iluminarla" para convertirla un receptáculo adecuado; por el otro (en el momento en que Alma ya ha tomado las riendas), el Servicio aparece como el "despertar de las Conciencias".
Así pues, sea de una manera u de otra, se hace necesaria la intervención de quien está más evolucionado para ayudar a quien intenta abrirse camino a encontrar (por sí mismo), la Luz.
Pero en este andar que debe realizar conscientemente y con responsabilidad cada uno, la renuncia de todo aquello que nos ata a la materia, es necesaria.
Un abrazo,
Neus