Traducción del Catalán al Español publicado en este blog el 18/04/2012
El universo se desenvuelve en la dualidad, una dualidad que surge del Propósito del Logos de Crear.
¿Qué significa esta dualidad para nuestro universo? ¿De dónde surge y cuál es su naturaleza?.
En un principio el Logos extrae de Su propia naturaleza dos corrientes de vida monádica, una Humana y la otra Dévica.
Estos dos grupos de mónadas dirigen conjuntamente la construcción de las formas que han de servir de vehículos a los Devas constructores de cada uno de los seres que forman parte de los reinos de la Naturaleza, impulsando su evolución hasta convertirlos en canales adecuados, a fin de que el alma del reino pueda utilizarlas y manifestarse externamente.
Son dos corrientes de energías surgidas de una misma Fuente de Vida evolucionando paralelamente, aunque manifestando características de diferente densidad y vibración, pero con un propósito evolutivo complementario.
Los devas evolucionan impulsados por el Sentimiento mientras que los seres humanos lo hacemos impulsados por la Mente.
Centrándonos ya en nuestro planeta y para comprender de una forma más cercana esta dualidad, cabe remarcar que en nuestro sistema las mónadas humanas representan el principio masculino, positivo, eléctrico, mental y creador.
Mientras que las mónadas dévicas representan el principio femenino, negativo, magnético, emocional y constructor.
Representan espíritu y materia que al unirse para crear producen la evolución de la consciencia.
Cuando hablamos sobre el desenvolvimiento de la consciencia generalmente pensamos que esta es patrimonio único del reino humano y no es así. La consciencia es universal y latente en todo ser vivo desde el mismo instante de su creación, aunque se manifieste de forma distinta en cada uno de los reinos y para nosotros sea difícil de comprender que incluso un mineral posea consciencia.
Sabemos que todo cuanto existe es energía más o menos comprimida, pero lo que desconoce la ciencia materialista es que la energía es esencialmente Dévica.
Sabemos bastante sobre la evolución humana y su desenvolvimiento a través del tiempo, pero ¿Qué sabemos de la evolución angélica?
En primer lugar sabemos que las formas están compuestas de elementos más o menos densificados, siendo habitadas una vez terminada su obra inicial por el mismo deva que las ha construido. En el instante en que toman posesión de la forma, encarnan e inician o continuan su proceso evolutivo.
Existen tres grupos de devas elementales constructores, 1º. Los menos evolucionados que son en sí mismos los elementos o materia con que se van a construir las formas.
2º. Los devas constructores de una evolución superior que utilizando este "material" lo moldean hasta darle la forma y la vibración del modelo que se les ha proporcionado.
En tercer lugar existe un Deva de una evolución muy superior que es quien dirige la construcción.
Cuando se trata de la construcción de la forma de un ser humano muy evolucionado, es el mismo Ángel solar quien dirige la construcción.
Dentro de la evolución dévica existen distintas jerarquías evolutivas al igual que ocurre en cada reino, siendo los menores los espíritus de la Naturaleza y los más excelsos y evolucionados los Arcángeles constructores de sistemas solares, de universos y de galaxias y si nuestra imaginación es capaz de ir más allá, quién sabe... Lo que si sabemos es que la dualidad es una Ley en este segundo universo y siempre que exista creación habrá un Deva y un Hombre, ya sea humano o celestial que crearán y construirán conjuntamente.
Otra pregunta que nos podemos formular referente a esta dualidad si queremos comprender como se desenvuelve la evolución y cuál es nuestra participación en ella es esta: ¿Cómo se construyen las formas?
Aunque quizás habréis leído u oído a menudo esta frase:! El hombre piensa y el deva construye! Sin embargo, no es lo mismo el conocimiento que la experiencia, la cual nos confirma su auténtico significado.
¿Cómo es posible que el ser humano esté creando conjuntamente con los devas constructores desde el momento en que empieza a pensar, si es totalmente inconsciente de su relación con ellos?
En su gran mayoría los seres humanos desconocen que constantemente están invocando a los elementales constructores cuando tienen un pensamiento, sienten un deseo o emiten una palabra.
Todo cuanto se conocía desde no hace demasiadas décadas sobre el reino dévico era lo que las religiones nos habían enseñado de forma muy limitada, creyendo que los devas únicamente se hallaban en las iglesias y además todos ellos eran seres muy evolucionados.
Durante siglos se los ha revestido con los atributos humanos pensando que sus reacciones y forma de "pensar" era similar a la nuestra.
Hoy en día sabemos que existen infinidad de jerarquías angélicas cuya evolución difiere grandemente de la humana.
Muchas de ellas no tienen nada en común con el ser humano, sin embargo existe una jerarquía con la cual venimos unidos por razones kármicas avanzando paralelamente con el fin de contribuir a la realización del Plan. La misión del ser humano consiste en Crear y la de los devas elementales en Construir.
La construcción de las formas en la entera creación, son una gran obra dévica, desde lo que pueda pareceros más insignificante hasta lo más excelso.
Un reino sin el otro no sería posible en un universo como el nuestro en que la evolución consiste en el desarrollo de la consciencia, pues para ello deben estar representados Espíritu y Materia, (el Hombre y el Deva).
Hemos mencionado anteriormente que el ser humano es un creador en potencia desde que empieza a pensar. Siempre que el ser humano piensa, atrae energía dévica elemental, la cual como entidad constructora, dará forma a aquel pensamiento en el plano que le corresponda según si se trata de una forma mental, emocional o física.
Cada cual atrae energía del mismo grado vibratorio de su propia consciencia y los devas son la energía, lo cual significa que lo que construyan siempre estará matizado por la cualidad del ser humano pensante.
Cómo en el reino dévico también existen estados de consciencias muy diversos, cada grupo de devas constructores responderá a las energías emitidas por el hombre que vibren en su misma sintonía.
Pero aquí existe una diferencia a destacar. Los devas elementales, a no ser que posean una evolución muy avanzada, no tienen consciencia del bien ni del mal. Ellos tan solo responden al pensamiento o vibración que el ser humano les proporciona y tan solo se limitan a construir.
Con ello podemos darnos cuenta de la gran responsabilidad que tenemos quienes somos conscientes de lo que ocurre cuando pensamos.
Ahora somos conscientes del poder del pensamiento y de que podemos dar a construir a los devas formas mentales positivas y de elevada vibración, pues cuanto más amor e inteligencia exista en nosotros, más avanzados espiritualmente serán los devas constructores que respondan.
Marta Parramon
Tal y como lo describes y si te he entendido bien, la creación es fruto del trabajo conjunto de Mónadas humanas y dévicas.
ResponderEliminarSi la parte humana y masculina contribuye a la creación con su mente y la parte femenina y dévica con el sentimiento, eso debería significar que en nuestro universo dual el acto de creación necesita de una mente dotada de sentimiento. O en otras palabras, todo Plan (como elaboración mental), necesita revestirse de sentimiento o motivación, para poder llevarse a cabo. Es decir, la idea mental necesita, en todos los niveles, de la Voluntat creadora. Y la voluntat no deja de ser en cierta medida un deseo sublimado.
¡Gracias por dar luz a nuestra intuición!
Un abrazo,
Neus