Traducción del Catalán al Español publicado en audio en este blog el 6/5/2014.
Conferencia a cargo de Marta Parramon en la Sociedad Teosófica Rama Armonía de Barcelona, Catalunya (España) año 1999
Hoy enfocaremos el tema de forma distinta a como lo hemos tratado últimamente observándolo desde otro ángulo.
Al iniciar el estudio sobre la evolución de la consciencia generalmente se hace desde la perspectiva de la evolución individual del ser humano. Sin embargo a medida que se avanza en el estudio y va surgiendo una nueva comprensión el campo de visión se amplía y descubrimos que el desarrollo de la consciencia lo abarca todo, que la consciencia no es únicamente patrimonio de la humanidad,
sino que es universal.
Nuestro Universo es Trino: Espíritu, Consciencia y Forma. Son tres Aspectos o estados de consciencia del Logos Creador que manifiesta en este segundo universo, en que el Aspecto medio de Su Propósito consiste en desarrollar la *Consciencia*.
Esta es la razón de que exista la dualidad en esta etapa evolutiva que se corresponde con la ley de Atracción y Repulsión, que en definitiva es la ley de Afinidad química. Precisamente la evolución de la consciencia es uno de los temas más atrayentes para el aspirante espiritual que busca incansablemente conocerse a sí mismo y hallar la nota clave de su propia alma a fin de poder saber en qué etapa de evolución se encuentra. El aspirante al discipulado acostumbra a ser un buscador esotérico incansable, su mayor deseo consiste en construir el puente que lo unirá con el Ser superior del que tanto habla la Sabiduría Eterna a fin de establecer la conexión entre lo superior espiritual e incorpóreo y lo externamente perceptible, porque sabe que cuando lo consiga su mente superior le permitirá comprender lo que realmente es la Consciencia, ya no únicamente para sí mismo sino que al observar en profundidad todo cuanto existe en la creación sabrá que se está viendo a sí mismo. Esta no es tarea fácil, sin embargo muchas de las respuestas pueden ser contestadas y darnos una vislumbre de lo oculto si aprendemos a aplicar la mágica ley hermética de Analogía.
Sabemos por experiencia que la mente concreta es separativa, necesita desmenuzar todo conocimiento para poder conocer, comprender a fondo lo que observa y sacar conclusiones que le permiten verse a sí mismo reflejado con lo que se identifica. Esta es la forma como vamos desarrollando la autoconsciencia, en primer lugar como personalidades y posteriormente en una vuelta superior de la espiral al enfocar la mente en los subplanos superiores como almas en encarnación.
Al principio este proceso es correcto desde la perspectiva personal, pero cuando nos queremos introducir en lo oculto no podemos medirlo con la mente concreta, hay que ir más allá y este más allá es la intuición, que podemos desarrollar con el estudio y la meditación sobre los símbolos, sabiendo que todas las formas existentes en la creación: físicas, astrales y mentales son símbolos que ocultan realidades internas.
La Madre Naturaleza es el más Grande de los Devas aquí en la Tierra. Constituye en sí misma el conjunto de los reinos formados de elementos moleculares químicos y físicos que en sí mismos forman la materia, desde la partícula atómica más pequeña hasta la forma más inmensa que podamos imaginar.
La Naturaleza es el mayor de los símbolos y el que contiene todas las respuestas a nuestros interrogantes.
Seamos atentos observadores y percibiremos que detrás de cada forma existe una entidad que nos está transmitiendo un estado de consciencia. Esto no significa que influya en nosotros, sino que hemos conectado mutuamente porque existe una vibración similar, lo cual va introduciendo en nuestro ser la consciencia de Unidad.
Si queremos tener una vaga idea de lo que representa nuestro Creador, primero tendremos que conocer Sus creaciones y para esto hay que ser muy observadores e impersonales al analizarlo. La causa que subyace detrás de cada forma es la consciencia, a la cual deberíamos acceder si queremos hallar estas respuestas que para nosotros todavía son un misterio. Ir a las causas nos acerca a al Yo superior. Cuando nos conocemos a nosotros mismos es cuando podemos reconocer la realidad de lo que está fuera. Luego en una etapa más avanzada las causas descubiertas se habrán convertido en efectos de una causa mucho más profunda, pues la causa primordial se halla muy por encima de los niveles del Alma.
Quisiéramos que estos cambios y percepciones de los mundos ocultos se produjeran con solo desearlo. Sin embargo el concepto que tenemos del tiempo y el espacio lo determina el plano donde tenemos enfocada la consciencia. Es evidente que el plano físico es el que más nos condiciona y limita más en este sentido.
En el plano astral todavía existe cierta noción del tiempo y el espacio y esto lo podemos comprobar en los sueños cuando nos desplazamos al plano astral, o estando despiertos al experimentar un sentimiento o un deseo.
Todas estas experiencias forman parte del desarrollo de la consciencia y su reflexión nos permite saber la etapa que hemos alcanzado en el Camino.
Cuando el discípulo ha desarrollado la telepatía mental, el concepto que tenía del tiempo y el espacio se ha transformado tan significativamente que el enfoque de su consciencia cambia sensiblemente. Puede comunicarse con alguien que está al otro extremo del mundo en fracciones de segundos, pues la comunicación es casi instantánea.
Imaginemos pues lo que puede representar para el Logos que vive en un Eterno Presente, donde no existe tiempo ni espacio, más allá de nuestra comprensión humana, conoce el fin desde el principio y Su percepción lo abarca Todo.
Cuando el Logos decide crear fusiona Su vida con la materia y de esta fusión surge la Luz, (a la cual también denominamos Consciencia o Mente).
Cada forma creada está energizada por la Vida que la compenetra, ubicada en el núcleo o centro de sí misma, la mantiene en movimiento y le permite evolucionar. Cada átomo, cada molécula y cada célula poseen un tipo de consciencia adecuada a su condición reino o especie, si no fuera así no evolucionarían.
Sabemos que la consciencia del ser humano está ubicada en el cerebro, a diferencia de los animales avanzados y en proceso de individualizarse situada en el plexo solar.
Quizás pueda parecer algo difícil de comprender que el reino mineral o un átomo posean consciencia, sin embargo la tienen. Para empezar a entenderlo hay que tener en cuenta que nuestro universo es septenario, aunque las siete energías no entran en acción todas a la vez, sino que su manifestación es cíclica. Sin embargo cuando se produce atracción entre dos de ellas, una positiva y otra negativa, instantáneamente es atraída una tercera que es neutra, esta será el centro de consciencia que formará el triángulo perfecto.
Toda la evolución avanza por medio de la relación triangular que se establece cíclicamente entre las energías. Al principio se une el polo positivo con el negativo produciendo un tercero que es la consciencia.
Un átomo está compuesto del electrón, el neutrón y el protón.
Un ser humano, por espíritu, alma y cuerpo
Un Logos solar por el primero, segundo y tercer sistema solares.
El Logos planetario, por los tres centros mayores dentro de Su Cuerpo de manifestación; Shamballa, Jerarquía y la Humanidad.
Una Mónada por; Atma, Budhi y Manas y así podríamos seguir aplicando todas las correspondencias con los tres aspectos que conocemos y el central siempre será generador de Consciencia en este sistema, aunque lógicamente en distintas frecuencias vibratorias.
La triplicidad manifiesta la fuerza de los tres rayos mayores cuyos representantes son los Grandes Constructores del Sistema o, Señores de Rayo. Representan los tres cuerpos de manifestación de un Logos cósmico, que se desarrollarán e integrarán para replegarse en el Uno con toda la consciencia adquirida por medio de las formas que ha utilizado durante Su ciclo de manifestación.
Mientras nos situemos en el centro del triángulo que es dónde evolucionamos en este universo, existirá la dualidad con el consiguiente desarrollo de la Consciencia.
Marta Parramon Elies
Interesantes analogías entre Tríadas. El Uno en Tres; Éstos en Siete y los Mismos en multiplicidad que convergen (convergerán, mejor dicho) en el Uno.
ResponderEliminarLa Conciencia del Uno diseminada en muchos, que son lo mismo pero diferentes. Parece un acertijo, pero es así. Algún lejano día cuando nuestra conciencia se encuentre mas cercana a la Suya (la mía al menos), comprenderemos (es decir, haremos nuestra,) lo anterior.
Feliz Navidad a todas/os los que opináis, leéis y/o interactuáis en este blog y especialmente a su principal articulista, Marta.
Que el Espíritu de la Navidad nos envuelva en su Luz.
En realidad todos formamos parte de la Consciencia Una, lo único que nos diferencia son las formas y las tendencias de rayo que personifican la vida de cada cual.
EliminarNo se trata de convertirnos en Algo que ya somos sino en darnos cuenta que tan sólo estamos interpretando distintos papeles dentro de la Gran Obra de la Creación, que somos los actores, no los personajes que interpretamos y debemos aprender nuestro papel a la perfección para que la Obra sea un éxito.
El problema está en que nos identificamos tanto con el personaje que nos ha tocado interpretar que acabamos por olvidar Quienes somos en realidad.
Yo también os deseo a todos/as unas Felices Fiestas ! y que iniciemos el Nuevo Año con el propósito de contribuir activamente a que la humanidad despierte del letargo en que se encuentra.
Un fuerte abrazo
Muy interesante reflexión!
ResponderEliminarMe pregunto... Si la conciencia es el punto neutro entre el Espíritu y la Materia (si lo he entendido bien), entonces nos situamos en el centro de equilibrio. Y entonces... ¿No es todo punto neutro o centro de equilibrio profundamente creador? ¿Hacia dónde nos conduce la identificación con el punto neutro? Quizás hacia la realización de otro triángulo superior, hacia una octava superior en la esfera de la evolución.
Un abrazo,
Neus
Cuando nos situamos por encima de la polaridad surge el equilibrio.
ResponderEliminarEsto significa que los pares de opuestos han dejado de oscilar de un lado para otro; primero se repelen y finalmente se armonizan, se atren y fusionan y al igual que ocurre al encender una bombilla, se produce la Luz, algo totalmente nuevo y diferente a la polaridad que la ha producido.
Todo cuanto podamos observar cuya suma sea impar como es un septenari o una triplicidad, su centro siempre será el intermediario, el centro equilibrador neutro. En esta explosión de luz que es una expansión de consciencia, el círculo que nos envuelve desde el principio se expande, dentro del cual seguiremos ampliando la propia creación.
El punto neutro observado desde el ángulo superior espiritual corresponde a la consciencia búdica o sea que el perfecto equilibrio nos llega de la consciencia superior monádica, pues budi es el punto neutro dentro de la Tríada espiritual y pertenece al cuarto plano, al igual como lo es todo cuanto esté situado en el cuarto lugar dentro de un septenario.
Todo estudio que esté orientado a hallar este centro de equilibrio nos acerca a la intuición, donde no existen polaridades porqué nos hemos situado en el centro de nosotros mismos. La Ley de la gravedad se invierte y en vez de sentirnos atraídos hacia abajo nos expandimos en sentido vertical.
En cada iniciación aumenta en intensidad el punto neutro hallándose su ubicación en el centro cardíaco, siendo substituidos del cuerpo del iniciado átomos físicos por átomos búdicos, aumentando sensiblemente la intuición, la capacidad creativa y el amor demostrado en el servicio al Maestro. Podemos entender el porqué un iniciado cuyo cuerpo contiene tres cuartas partes de átomos búdicos, vive el Agni Yoga.
No podemos olvidar que el reino humano es el cuarto dentro de un septenerio de reinos, el intermediario, el que ha de constituir el punto neutro entre los reinos superiores y los sub-humanos.Tenemos aquí mucho material para meditar y para descubrir lo que se oculta detrás del propósito de Sanat Kumara referente al reino humano.
La consciencia monádica nos pone en contacto con Shamballa y habiéndonos identificado plenamente con el punto neutro después de la cuarta iniciación, seguirán surgiendo polaridades cada vez más elevadas, aún fuera del reino humano.
Un abrazo Neus